Dar de todo corazón

Aquel que no separa el diezmo y no da caridad como corresponde no está haciendo ningún “ahorro”, porque al final va a terminar perdiendo el dinero...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 29.03.20

La persona debe dar caridad con buen semblante, con alegría y de todo corazón.

 

Al dar el diezmo, uno se salva de tener enemigos y tiene el mérito de estar satisfecho con lo que tiene (Likutey Moharan 221).

 

El acto de separar el diezmo invoca gran bendición y abundancia, tal como está escrito: “Separa el diezmo y serás rico”.

 

Escribe Rabí Menajem Mendel de Vitebsk en su obra Pri Haaretz que aquel que da el diezmo con la intención de enriquecerse, en virtud de la emuná que tiene al creer que este precepto tiene el poder de enriquecerlo, ciertamente gozará de gran abundancia y bendición.

 

A través del diezmo uno tiene el mérito de tener confianza en Hashem.

 

Aquel que no separa el diezmo y no da caridad como corresponde no está haciendo ningún “ahorro”, porque al final va a terminar perdiendo el dinero de alguna forma. En ese caso, uno pierde todavía más, porque la caridad sirve de protección para el individuo y aquel que se niega a dar caridad no tiene con qué protegerse de todo el daño y de las catástrofes que pueden acometerlo.

 

Aun la persona pobre debe dar caridad.

 

Grande es el poder del diezmo, que transforma la maldición en bendición.

 

A través de la caridad que uno le da al tzadik, recibe bendición en forma inmediata.

 

La caridad regula el universo y a través de ella llegan todas las bendiciones.

 

La caridad ensancha todas las aperturas de la santidad.

 

Aquel que tiene el mérito de dar caridad para la distribución de libros y la difusión de la emuná, revelando así la voluntad del tzadik en el mundo entero (por ejemplo, donando a instituciones de Torá y distribución de libros y CDs), ya al poco tiempo ve que empieza a tener éxito en todo. En efecto, así dijo Rabí Najman de Breslev: “Los que me siguen nunca salen perdiendo, porque a aquel que me da, yo le doy”.

 

A través de la caridad uno tiene el mérito de ser socio en la creación del mundo y tiene su parte en el mantenimiento de la Torá.

 

El precepto de la caridad es la rectificación general de todos los negocios y todas las transacciones comerciales. Esto significa que incluso si uno se dedica a los negocios con emuná y honradez, de todas maneras debe separar una parte de sus ingresos para caridad, tal como señala el Shulján Aruj – Código de Leyes Judías. Uno debe realizar cada transacción teniendo en mente la intención de cumplir con el precepto de dar caridad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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1. Angelica

12/14/2022

Shalom!! Gracias BARUJ HASHEM Por todo lo qué me das por qué se qué todo viene de ti, y se qué nos amas mucho HaShem siempre cuidas de nosotros, gracias grupo Breslev de qué Dios los puso en mi vida y me han enseñado cómo dar mi diezmo y con la ayuda de HaShem he aprendido a cambiar malos hábitos en mi vida por medio de sus enseñanzas, muchas gracias HaShem los bendiga hoy y siempre 🥰🇮🇱🌍

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