Fe Tangible

"Es muy probable que el Creador te dará ropa, sustento y todas tus necesidades vitales aunque no las pidas. Pero entonces, tú eres como un animal…"

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

"Es muy probable que el Creador te dará ropa, sustento y todas tus necesidades vitales aunque no las pidas. Pero entonces, tú eres como un animal…

 
Nos podemos preguntar: ¿Acaso es posible adquirir una fe tangible en el Creador, una fe que verdaderamente podamos sentir? La respuesta es "sí", se puede adquirir cuando pedimos al Todopoderoso colmar todas nuestras necesidades, hasta la más pequeña. ¿Necesitas nuevos zapatos? Dirígete hacia un rincón de la habitación y pide: "Amo del Universo, te ruego, mira mis viejos zapatos, encuéntrame el dinero necesario para comprar nuevos". Y cuando tienes el dinero dile: "Creador del Mundo, Todopoderoso, por favor ayúdame a encontrar un buen par de zapatos a un precio que pueda permitírmelo. Haz que sean cómodos y confortables. Por favor, haz que sean lindos y elegantes así podré usarlos también en las festividades y en ocasiones especiales…". Y así debemos conducirnos en todos los casos. ¡Nos sorprenderemos al ver como encontramos exactamente lo que necesitamos! De este modo, nos acostumbraremos a reconocer y a sentir que Él es Quien nos da todo. ¡Así se adquiere una tangible fe!
 
Es aconsejable que cada uno se aísle, derrame su corazón delante del Creador como un hijo frente a su amoroso padre, pidiéndole con palabras simples que tenga piedad de él y que le prodigue sus favores. Este tipo de plegarias – fervorosas, sinceras peticiones de misericordia, comprensión y ayuda Divina – son siempre atendidas.
 
Y así enseñó el gran Justo de Breslev a sus discípulos: "Hay que rezar por cada cosa. Si tu vestido está desgarrado y necesitas reemplazarlo, rézale al Creador por uno nuevo. Hazte la costumbre de rezar al Creador por toda cosa, por cada necesidad, grande y pequeña. Aunque lo más importante es rezar por lo esencial, es decir sobre el servicio al Creador para merecer acercarse a Él, aun así es también necesario rezar por las pequeñas cosas".
 
El Justo enfatizó: "Es muy probable que el Creador te dará ropa, sustento y todas tus necesidades vitales aunque no las pidas. Pero entonces, tú eres como un animal. Dis da a cada una de sus criaturas su alimento sin que se lo pidan. También tú puedes recibirlo de ese modo, pero ya que no recibes tu subsistencia por medio de la plegaria, tu vida es verdaderamente como la de un animal. En efecto, el hombre debe recibir todas sus necesidades vitales del Creador, sólo mediante sus plegarias y súplicas".
 
Su gran discípulo, contó la historia siguiente: "Una vez, me faltó un botón de mi camisa; y el Maestro me dijo: "Reza al Creador por esto". Me asombré pues me parecía raro rezar por una cosa tan insignificante y en realidad superflua". Viendo mi sorpresa, el Justo me preguntó: "¡¿Qué – No corresponde a tu honor rezar al Creador por tal cosa?!".
 
En general, el hombre tiende a pensar que no necesita rezar y pedir al Creador por cosas pequeñas, o le parece que podría obtenerlas por sus propias fuerzas. ¡Este pensamiento es erróneo! Refuerza la herejía de "Con mi propia fuerza y el poder de mi mano, logré este acierto ", es decir que cree que estas cosas provienen de su propia fuerza, sin tener el conocimiento que recibe ese poder únicamente del Creador.
 
Por otro lado, cuando el hombre logra rezar también sobre las cosas que le parecen obvias, tiene el mérito de comprender y sentir que también ellas provienen únicamente del Creador y que sólo Él se las da por Su Bondad y Su Misericordia. Acostumbrándonos a rezar por las más pequeñas cosas, penetrará en nuestro corazón la creencia que toda la fuerza que poseemos proviene del Creador. Esto es lo esencial de la fe – saber que "No hay más nada fuera de Él".
 
Cuando, a pesar de todo, el hombre se empeña en creer en su propia fuerza y aptitudes, se expone a todo tipo de tribulaciones designadas a revelarle su futilidad. A veces, la sensación de autosatisfacción provoca problemas casi inmediatamente. Por ejemplo: un hombre está manejando con aire satisfecho su nuevo coche deportivo por la carretera, sintiéndose como quien dirige el mundo y de pronto una de las llantas del automóvil revienta. Cuando trata de cambiarla, descubre que su rueda de reserva está sin aire. Ahora debe llamar al auxilio, gastar tiempo, perder dinero – todo por causa de un pequeñito clavo en el autopista – el cual es nada menos que un mensajero Celeste para demostrarle su inherente futilidad y para que empiece a rezar por toda cosa hasta lograr así adquirir la fe.
 
"Bueno es el Eterno para todo"
 
Existe una regla muy importante – ¡Hay que rezar al Creador por todas las cosas del mundo!
 
La manifestación de la fe es la plegaria. Quien tiene fe, reza al Creador.
 
Así está escrito (Salmos 145:9): "Bueno es el Eterno para todo; Su Misericordia se extiende sobre todas Sus obras". Cuando el hombre posee la fe que el Creador es bueno para todo, para su salud, sustento, hijos y todas las demás cosas, ciertamente que lo esencial de sus esfuerzos serán dirigidos a la oración, pidiendo sus necesidades directamente a Él sin ningún subterfugio. Sólo el que no cree en el Todopoderoso, debe siempre utilizar todo tipo de subterfugios y esfuerzos, así por ejemplo, cuando necesita una curación, busca toda clase de diferentes tratamientos y distintos médicos, y muchas veces descubre que son inaccesibles o ineficaces. Pero el Creador es bueno para todo, es bueno para curar todas las heridas y es siempre accesible, como está escrito (Deuteronomio 4:7): "¿Quién es como el Eterno, nuestro Dis, accesible para nosotros siempre que Le invocamos?".
 
En otras palabras, el hombre creyente sabe que en toda situación el Único que puede resolver sus problemas y colmar sus faltas, es el Creador. Ya sea la falta de sustento, de paz doméstica, de salud, problemas con la compra o venta de un apartamento, con sus vecinos o sus hijos, en su trabajo, cuando cae en depresiones, etc. En todos los casos, el hombre creyente sabe invertir sus esfuerzos en la plegaria.
 
Y si este es el camino para tratar los problemas materiales, con más razón aun se podrán resolver los problemas y necesidades espirituales, que son mucho más importantes, y sobre las cuales debe concentrar sus plegarias. Porque realmente, los problemas espirituales son la raíz de los problemas materiales…
 
 
Continuará…
 

(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por R.S. Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")

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