Feminismo judío

Si nos probamos unos zapatos que no son de nuestro número, enseguida nos damos cuenta de que no recorreremos largas distancias con ellos puestos. Sin embargo, hay personas que intentan ponerse zapatos de un número incorrecto para ellas y, además, se empeñan en recorrer kilómetros y kilómetros con ellos. El colmo es que después se quejan de que les hicieron daño.

Hace tiempo que hay grupos “religiosos” que intentan imponer la presencia de mujeres usando talit y tefilin en el Muro de las Lamentaciones. Esto está estrictamente prohibido ya que las mujeres no tienen costumbre de hacer estas mitzvot que están reservadas a los hombres.

Ya sé que en este momento se les estarán activando todas las alarmas feministas y anti-machistas que les han impuesto durante décadas en sus mentes acerca de la igualdad. Pues bien, les pondré un ejemplo para ilustrar mi punto de vista: si hay tres personas que quieren asomarse al mismo muro pero tienen diferente altura, cada una de ellas necesitará subirse a un cajón de distinto tamaño para alcanzar a ver por encima del muro, ¿cierto? De la misma forma, cada uno necesita cumplir en esta vida unas mitzvot diferentes que están adaptadas a sus circunstancias y características.

La mujer ha sido creada por Hashem para cumplir determinadas labores relacionadas con la procreación de la especie humana. Tiene el don Divino y exclusivo de dar a luz y amamantar y criar a sus hijos. Debido a esta tremenda responsabilidad, muchas de las mitzvot que están prescriptas para hombres, no son necesarias para las mujeres. Los preceptos que están delimitados por el tiempo, por ejemplo, no aplican a las mujeres ya que se sobreentiende que estas tienen unas determinadas obligaciones que cumplir y tener que cumplir estas mitzvot en un plazo fijo de tiempo les dificultaría en exceso el cumplimiento de estas tareas. Por lo tanto están exentas de cumplirlas.

En este momento pensarán que el judaísmo es una religión machista. Estos son dos puntos del todo erróneos ya que ni el judaísmo es una religión ni es machista en modo alguno. El primer punto lo dejaremos para un artículo más adelante y me centraré aquí en el no-machismo que impera en el judaísmo. Para la sorpresa de muchos de ustedes, les diré que Israel es un país en el que la vida laboral y familiar están plenamente conciliadas. Cuando pienso en el país en el que nací, donde las mujeres tienen que hacer una jornada laboral excesivamente intensa y luego correr todo el día para cuidar de su familia y apenas alcanzan a ver a sus hijos unas horas al día, veo el abismo que aún separa Israel del resto de los países “civilizados” del mundo entero. Solamente en Israel veo todos los días a papás empujando carritos para llevar a los niños a la guardería cada mañana, profesores que llevan a sus hijos a clases porque ese día necesitan que su hijo esté con ellos y familias que se mueven en transporte público para visitar a los abuelos cada Shabat puesto que no hay nada más importante que pasar este bendito día en familia. El hecho de que un día en la consulta de mi sesión de acupuntura la hija de 5 años de mi doctor en medicina china estuviera rondando por los pasillos haciendo las consultas con su papá, no me sorprende ya en absoluto pero me da una alegría inmensa.

Señores, cuando vuelvan a pensar que el judaísmo es machista por no dejar que unas mujeres vayan a montar jaleo a un lugar santo, replantéense muy bien lo que está pasando por sus cabezas, y piensen si no están tal vez dejándose llevar por esos medios de comunicación “feministas” o “igualitaristas” que lo que pretenden es en realidad que la mujer trabaje como una esclava para llegar al nivel de los hombres en el trabajo aún a costa de sacrificar su esencia natural de ser madres. Pensar es gratis, seguir a las masas tiene un precio muy alto.

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