La confianza en Hashem

El principal consejo para los que sufren de un sustento insuficiente es adquirir el atributo de la confianza en Hashem. Un medio comprobado de aumentar fácilmente el sustento es estudiar El Pórtico de la Confianza en el libro Los Deberes del Corazón. El primer día, estudien quince renglones y repasen lo estudiado cuatro veces. Al día siguiente, estudien los quince renglones siguientes y repasen cuatro veces, y así sucesivamente, hasta finalizar el capítulo. Luego vuelvan a empezar desde el comienzo de la misma manera, tantas veces como sea necesario hasta que tengan la total certeza de que han adquirido el atributo de confianza en Hashem, que es la principal herramienta para obtener el sustento.

Después, pídanle a Hashem que les provea todas sus necesidades. Los Sabios del Talmud prometen que todo el que ore de todo corazón ante Hashem ha de recibir un doble sustento.

Aquel que verdaderamente anhele solucionar todos sus problemas financieros no deberá pedir por el sustento mismo, sino que solamente deberá pedir emuná y confianza en Hashem. Cuando uno pide por el sustento, eso solamente sirve en forma temporaria, como un remiendo de una prenda de vestir. Sin embargo, no basta para solucionar el problema de raíz, ya que finalmente esa persona volverá a caer en la preocupación y el desasosiego, pensando constantemente de dónde va a obtener el sustento. Por el contrario, si uno ora ante Hashem y Le pide que le dé emuná y confianza, entonces sí podrá resolver todos sus problemas financieros en forma definitiva. Tal como hemos visto, la principal herramienta para poder obtener un buen sustento es tener confianza en Hashem. Y cuando uno tiene el mérito de vivir con emuná y con confianza en Hashem, entonces cuenta con la herramienta que ha de asegurar un sustento fácil toda su vida.

Una vez vino a verme un joven estudioso de Torá y me contó todas las dificultades que tenía para llevar el pan a casa. Le dije que orara para tener emuná, ya que le faltaba.

El joven se quedó muy sorprendido por lo que le dije. “¿Qué dice, Rabino? ¿Que a mí me falta emuná? ¡Pero si yo tengo un montón de emuná! El problema que yo tengo no es que me falte emuná, sino que me preocupo por mis hijos, por cómo voy a devolver los préstamos, y por las deudas que contraje…”.

Le dije: “¡Abre bien los oídos y escucha lo que estás diciendo! Por un lado dices que tienes mucha emuná, ¡y por otro lado dices que estás preocupado! ¡Eso es una contradicción! Si tienes emuná, entonces ¿cómo es que estás preocupado? La persona que tiene una fe completa en que Hashem es el que le provee todas sus necesidades… ¡no se preocupa de nada!”.

¿Alguna vez vieron a un niño pequeño que se preocupe por su sustento? Por supuesto que no. Cada niño sabe que no es su responsabilidad mantener a su padre, sino que es responsabilidad de su padre mantenerlo a él. De la misma manera, la persona creyente sabe que no es su función proveer el sustento, sino que esa es la tarea de su Padre, o sea, de Hashem.

Nuestra tarea consiste en servir a Hashem y hacer todo lo posible por acercarnos a Él. Tenemos que relegarle nuestras preocupaciones financieras a Él. Hablen con Hashem y díganle:

Amo del universo, no tengo a quién recurrir excepto a Ti. Tú eres Quien nos da el sustento; Tú, solamente Tú. Mi sustento evidentemente no está en mis manos. Por lo tanto, no es problema mío. Eso no tiene nada que ver conmigo. Por favor, Dios mío, haz lo que consideres más adecuado. Solamente ayúdame a confiar en Ti, a aceptar Tu dirección con alegría y con emuná, y a acercarme cada vez más a Ti.

Cuando uno cree con completa emuná que Hashem es el Único encargado de su sustento, entonces inmediatamente se llena de confianza en que Hashem no ha de defraudarlo. Esa persona tiene la total convicción de que todos los ingresos que tuvo hasta ahora provinieron de Hashem y por eso está tranquilo, porque sabe con total certeza que el Creador continuará proveyéndole el sustento también en el futuro.