Daniel

Daniel tomaba pastillas psiquiátricas en dosis muy altas. Pero a pesar de eso, a Daniel le daba terror salir de su departamento.

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 05.04.21

Daniel tomaba pastillas psiquiátricas en dosis muy altas. Pero a pesar de eso, le daba terror salir de su departamento.

Tras haber estado encerrado durante seis meses, Daniel salió a dar una vuelta un miércoles a la noche y fue a escuchar una charla del Rabino Shalom Arush. Poco tiempo después me llamó para averiguar por las sesiones de psicoterapia basadas en Torá y Emuná.

Cuando lo vi por primera vez, los ojos de Daniel escudriñaron la habitación llenos de sospecha. No me sonrió. No se atrevía a confiar en mí.
Dado que lo que más le molestaba eran aparentemente las alucinaciones auditivas (voces internas que le gritaban y le ordenaban hacer todo tipo de cosas), decidí comenzar viendo si podíamos cambiar la forma en que oyera esas voces.

Vimos que había muchas clases de voces persecutorias acosando a Daniel. Las voces variaban, empezando por voces de padres a voces de maestros y demás familiares, y más recientemente la voz de un cierto rabino. Nos dimos cuenta de que a menudo cuando oía voces al mismo tiempo veía una imagen cruel y persecutoria del rostro del rabino.

Con práctica, Daniel también aprendió que su alma podía formar imágenes igualmente vívidas de los verdaderos deseos de su corazón. Daniel pudo verse a sí mismo viviendo la vida apasionada que anhelaba llegar a tener un día. Y así fue como llegó a creer que su “futuro yo” era un mensaje que Dios le estaba enviando.

Por supuesto que al principio, la imagen del rabino era muchísimo más grande, más brillante y más cercana que la imagen de su futuro yo, pero rápidamente se dio cuenta de que con la ayuda de Dios iba a poder expandir la imagen deseada de sí mismo y reemplazar con ella la imagen del rabino que finalmente iba a reducirse hasta desaparecer. Con práctica, Daniel se fue afianzando hasta estar seguro de que podía disipar las imágenes aterradoras cada vez que lo deseara.

Esto no es más que una pequeña muestra de solamente una de las muchas técnicas que usé con Daniel. En síntesis: después de apenas dos semanas, Daniel salió de su estado psicótico (falta de realidad) y volvió a su trabajo. Además, seguimos ayudándolo a recuperar todo lo que le diera alegría y autoestima del pasado del cual se había sentido obligado a separarse. Por ejemplo, empezó a escuchar la misma música que le gustaba antes de hacerse religioso. Empezó a participar en deportes y a hacer ejercicio. Empezó a reactivar las aptitudes sociales que había enterrado hacía ya mucho tiempo.

Tras consultar con el psiquiatra de Daniel y con la guía del Rabino Shalom Arush, empezamos a reducir la dosis de remedios. Cuando viajé a USA para dar conferencias, en este pasado mes de junio de 2014, Daniel ya había disminuido la dosis a un mínimo. Su comunicación y su intimidad con su esposa había llegado a un pico y además tenía un aspecto mucho más energético y feliz. Mi esposa me comentó que Daniel parecía otra persona.

Según el plan, Daniel iba a permanecer en esa dosis baja de remedios, y si funcionaba bien las tres semanas que yo iba a estar de viaje, entonces lo íbamos a sacar de los remedios, pero Dios tenía otros planes…

El primer día de mi viaje, Daniel sintió pánico. Sintió que le volvían todos los síntomas que tenía al principio y fue a visitar de urgencia a su psiquiatra. Cuando llegó a la cita, el doctor le dijo que ese iba a ser su último encuentro con él, porque estaba a punto de jubilarse.Shockeado por la noticia, Daniel tuvo un milagro, que él mismo atribuye a las muchas horas de plegaria personal que hizo durante los seis meses pasados. Daniel le dijo a su psiquiatra que si les quedaba una sola sesión más entonces ni siquiera valía la pena que la tuvieran…

Entonces Daniel se subió a un micro y viajó a Bnei Brak a hablar con el gran rabino Jaim Kanievsky. Daniel tuvo que esperar mucho para ver al Rabino pero cuando llegó su turno, le dijo al rabino que estaba tomando pastillas y siguiendo una especie de psicoterapia bajo los auspicios del Rabino Shalom Arush. De inmediato el Rabino Kanievsky hizo un gesto con la mano en el aire y le dijo: “No necesitas ninguna pastilla… No necesitas nada!”.

Cuando Daniel oyó esas palabras, de inmediato se sintió mejor. Entonces fue a su casa y le dijo a su mujer lo que le había dicho el gran rabino y a partir de ese día dejó de tomar los remedios. Eso fue hace cuatro semanas.

Mi primera visita a Daniel tras mi regreso fue un verdadero deleite. Vi con mis propios ojos lo que pueden lograr la Torá y las bendiciones de nuestros grandes rabinos. Ahora que está sin remedios, el nivel de energía de Daniel y su alegría de vivir son increíbles. Ahora él quiere ayudar a los demás de la misma manera que lo ayudaron a él. Ahora Daniel está tomando un curso en nuestro programa de coaching de Emuná con vistas a ayudar a los demás a salir del pozo, igual que salió él.

 

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1. E. C.

12/22/2014

Un artículo muy interesante.

Mi hija hace 23 años tiene problemas siquiátricos y no he logrado una ayuda para ella aparte de tomar cantidades de pastillas que cuando las deja de tomar, o ya no le surten efecto le da una crisis de tener que hospitalizarla. Que bueno que este hombre encontró solución a su mal. B.H.

2. Anónimo

12/22/2014

Mi hija hace 23 años tiene problemas siquiátricos y no he logrado una ayuda para ella aparte de tomar cantidades de pastillas que cuando las deja de tomar, o ya no le surten efecto le da una crisis de tener que hospitalizarla. Que bueno que este hombre encontró solución a su mal. B.H.

3. charly

7/23/2014

buenisimo buenísimo , ahora mi novia esta tomando 3 pastillas psiquiátricas distintas a diario, quisiera que las dejara para siempre.

Gracias por tu respuesta

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