La gran cura

Una vez, estando yo dando una clase en Bet El, se me acercó un hombre y me dijo que su esposa había contraído la enfermedad más grave que existe, leucemia, y que los médicos le habían dado pocos días de vida. La pareja escuchó los CDs, Le dieron las gracias a Dios y ella se curó por completo.

Si tuviéramos que sintetizar en una sola frase todo este concepto de la gratitud, sería esta frase tomada de una de las Joyitas: “Si tú quieres lo que quiere Hashem, entonces Hashem va a hacer lo que tú quieras”.

Si tú quieres lo que quiere Hashem – la persona tiene que querer lo que quiere Hashem y aceptar todo lo que le pasa con emuná, con amor, con alegría. Uno tiene que saber que todo lo que le pasa es por obra de Hashem; tiene que vivir la emuná. Pero si la persona no quiere y no está contenta con lo que le pasa, y se echa la culpa a sí misma o les echa la culpa a los demás o atribuye su problema a las circunstancias, o piensa que le hicieron mal de ojo o le hicieron un hechizo, entonces así no va a poder ver la salvación. Tenemos que tener bien en claro que tenemos que querer lo que nos está pasando; no tenemos que oponernos a Hashem cuando nos pasa algo, porque Hashem hace todas las cosas. Tenemos que creer que todo lo que hace Hashem es todo para bien. ¡Y lo principal es que demos las gracias!

¿Por qué estás sufriendo? ¿Por qué la gente continuamente se lamenta y se queja? ¿Por qué hay personas que ya no tienen ganas de vivir? Porque les falta la emuná de que todo es por voluntad de Hashem y todo es para bien. Es por eso que uno no acepta el decreto de Hashem, lo que Hashem hace con él. Porque piensa que se merece todo lo mejor y que él sabe perfectamente cómo debería manejarse el mundo. Pero él tiene que saber que en realidad no se merece absolutamente nada y Hashem no le debe nada. Y entonces sin lugar a dudas va a dar las gracias por todo lo que Hashem le da y aunque tenga que pasar por ciertas cosas, siempre tiene que estar contento y feliz, fijándose qué es lo que tiene que corregir en el ámbito espiritual, ya que no existen los sufrimientos sin transgresiones.