La moto perdida

Un alumno vino a consultarme y me contó que le habían robado la moto. ¿Y saben qué hizo? No lo van a creer!

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 04.05.21

Un alumno vino a consultarme y me contó que le habían robado la moto. ¿Y saben qué hizo? No lo van a creer, pero este hombre Le dio las gracias a Hashem: “Gracias, Dios mío, por haberme dado una moto. La disfruté mucho todo el tiempo que la tuve. Y gracias por haber querido que me la robaran. Yo sé que Tú me amas y haces todo por mi propio bien eterno. Yo estoy muy contento y Te agradezco mucho. Todo lo que haces conmigo es todo por mi propio bien. Hashem, Tú sabes lo que haces en el mundo. Quién sabe qué milagros nos esperan aún. Sólo Tú, Hashem, sabes de qué peligros me salvaste. No existe el mal en el mundo. Todo es bueno. Me parece muy bien que me hayan robado la moto. Gracias, Dios mío…”.

 

Así dio las gracias este hombre y al rato de terminar, ¡lo llaman de la comisaría para decirle que encontraron la moto robada! (Lo cual es un absoluto milagro, para todos los que entienden un poco el tema…).

 

Debemos saber que el trabajo de la gratitud a Hashem es lo más profundo y lo más verdadero que existe. Cuando la gratitud es incompleta, entonces la relación que uno tiene con Hashem también es incompleta, porque la gratitud no es únicamente un acto de integridad y buenos modales sino que es una expresión del nivel de emuná, en el sentido de que uno percibe todo lo bueno que Hashem hace con él a cada instante. Y cuando la persona Le da las gracias a Hashem, es porque percibe la Supervisión Individual Divina con que Hashem lo cuida. ¿Cuál es la emuná perfecta? Saber que Hashem me ama y Me cuida y todo lo que Él hace conmigo es todo bueno. La gratitud acerca a la persona a la verdad.

 

Es por eso que la gratitud tiene que tener precedencia por sobre cualquier tipo de plegaria, confesión o arrepentimiento. Y antes de hacer teshuvá, o sea, antes de arrepentirse, y antes de orar por algo, antes que nada, uno tiene que dar las gracias, porque a través de la gratitud uno alcanza la verdad y entonces ora con verdad y se arrepiente de verdad.

 

 

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