Kabalá y nutrición – 1ra parte

¿Qué tan importante es la comida en tu vida? Piensa: para la mayoría de la gente, la comida es mucho más que una mera cuestión de nutrición: es una parte fundamental de nuestra cultura. En todo el mundo, las distintas sociedades organizan reuniones familiares en torno a la comida.

Comida y energía

¿Alguna vez te preguntaste por qué necesitas comer? La respuesta más obvia es para obtener energía. El organismo necesita energía para subir escaleras, levantar objetos, correr y hasta para pensar. Así como el auto necesita gasolina, de la misma manera, el cuerpo necesita comida para realizar todos estos trabajos, y la comida es el combustible. Las células convierten la energía química almacenada en la glucosa y demás moléculas en ATP.

Analicemos esta pregunta desde una perspectiva más profunda.

La mayoría de la gente, desafortunadamente, lleva a cabo la rutina de proveer energía al cuerpo comiendo, bebiendo, durmiendo, etc, sin prestar demasiada atención a lo que dichas actividades implican a nivel espiritual. Las preguntas que debemos plantear son: ¿por qué Dios me creó de esta manera? ¿Por qué tengo que comer para obtener energía?

La Torá nos enseña que “el hombre no vive solamente con pan, sino de la palabra de Hashem”. En la Torá, la palabra “pan” se refiere a toda clase de alimentos, no solamente al pan en forma específica. Este versículo nos está enseñando que dentro del “pan” que comemos hay una fuerza vital Divina y que tenemos que saber que esta fuerza vital proviene directamente de Dios, que es el Creador y el Proveedor de la vida.

Si comemos la comida con esta conciencia, podemos extraer la fuerza vital, o destello Divino, que es la esencia interna de la comida. Como resultado, el nivel de nutrición, tanto físico como cognitivo y espiritual, que obtenemos de la comida va a ser mucho más grande que si comemos sin tener en mente este concepto.

La energía que se encuentra disponible en la comida puede medirse muy fácilmente: quemando la comida. Al quemar comida, el contenido de energía de la comida se convierte en calor, que se mide en calorías. La cantidad de calor que se necesita para elevar la temperatura de un gramo de agua en un grado Celsius es una caloría. Los científicos llaman a esa energía que está almacenada en la comida como “Calorías de la dieta” con C mayúscula. Una C equivale a 1000 calorías o 1 kilocalorías (kcal).

Al quemar alimentos, el contenido de energía se convierte en calor. En la visión judía, la quema de comida nos lleva inmediatamente al Templo Sagrado de Jerusalén, donde todos los días se quemaban numerosos sacrificios en el Altar. La quema de un sacrificio producía la elevación de la energía contenida en el sacrificio a un nivel espiritual más elevado, dedicándola a la pureza y la santidad.

Si bien el Templo aún no ha sido reconstruido, los sabios han revelado que incluso hoy en día, cada mesa donde comemos simboliza el altar del Templo. Al ser conscientes de que la mesa simboliza el altar y que la comida que comemos libera energía de modo similar a los sacrificios agrega una nueva dimensión a nuestras comidas. Cada vez que comemos, deberíamos tener presente que estamos elevando la energía del alimento como una ofrenda a Dios, o sea, que tenemos la intención de utilizar esa energía que obtenemos de la comida para servir a Dios.

Únicamente la comida kosher libera su energía de manera conducente para servir a Dios, elevando nuestro nivel de conciencia de modo tal que reconocemos la Presencia de Dios en nuestras vidas y dedicamos nuestras vidas a Su servicio.

En hebreo, el idioma de la Creación, la palabra “vida”, o fuerza vital, jaím, se relaciona con la palabra “calor”, jam. En el Templo, bajaba fuego del Cielo para consumir los sacrificios del altar. Del mismo modo, cuando comemos, deberíamos tener la intención de conectarnos con ese fuego sagrado.