Namaste

Namaste es hoy en día una palabra muy común que casi todos han escuchado alguna vez. No es más que una palabra utilizada como saludo en la India pero se ha convertido en un indicativo de un estilo de vida para algunos o de una moda que probablemente dure unos años para luego desembocar en otra locura transitoria más.

La verdad es que no sabría describir el sentimiento que surge en mí cuando escucho a un judío alabar las bonanzas de la filosofía hinduista, hablar del karma con admiración o explicar cómo la meditación ha cambiado su vida. Me dan ganas de agarrarle por las solapas y decirle que todo eso ya lo tiene en el judaísmo, que son cosas tomadas de la Torá y cambiadas para crear religiones idólatras. Pero una a veces tiene que serenarse y no atacar a la gente, es una de las cosas que he aprendido en la vida, gracias a Di-s. Por mucho que entren ganas de abofetear a alguien, no siempre se puede hacer: toda una lástima (diría aún una parte de mí).

Empecemos por estos puntos básicos de esta moda que ha surgido de pensar que todo es más “cool” si viene de la India o de cualquier otro lugar menos de la Torá: el karma. Según la Wikipedia el karma se define de la siguiente forma: “Según varias religiones dhármicas, el karma es una energía trascendente que se genera a partir de los actos de las personas. También conocido como un espíritu de justicia y/o equilibrio”. De la Torá aprendemos el principio de מידה כנגד מידה, cuya traducción es “medida por medida” y quiere decir que de la forma en la que nosotros medimos a los demás, así es como HaShem nos mide a nosotros. Juzguen por ustedes mismos las similitudes evidentes que hay entre estos conceptos.

Tomemos, por otro lado, el concepto de la meditación, que tantas personas alaban hoy en día, con toda la razón del mundo. Meditar es una forma fabulosa de acercarse a HaShem, de conectarnos con nuestro Creador y encontrar paz interior. En este punto haré una mención especial a todos aquellos pseudo-cabalistas que promocionan videos populares con los que hacen mucho dinero y enseñan cosas erróneas o que no están al alcance de todos los videntes de sus enseñanzas. Tengan mucho cuidado en ver estos vídeos y hacer lo que dicen ya que es peligroso realizar meditaciones profundas usando los nombres de HaShem y es algo que solo deben hacer personas que sepan realmente de Torá y hayan estudiado lo suficiente para hacer estas conexiones. Para estudiar Torá y, sobre todo, para estudiar Cabalá es necesario en primer lugar ser humilde y dejar el ego de lado para aprender con corazón abierto y admitir las propias limitaciones, a la vez que se aprecian las virtudes que HaShem le ha concedido a cada persona. Muchos piensan que ser cabalista no es más que escuchar algunas lecciones por YouTube, ponerse una pulsera de color rojo y repetir como loros unas cuantas frases que leyeron en un blog de internet. Eso no es ser cabalista y uno tiene la obligación de guardarse mucho de este tipo de enseñanzas y escoger un buen maestro con Temor del Cielo con quien pueda estudiar personalmente.

Son muy conocidos los testimonios de miles y miles de judíos que viajaron a la India, a Nepal o a cualquier otro lugar (que estoy segura son lugares maravillosos) y volvieron con la idea de que las religiones idólatras que se practican en esos sitios eran “lo más de lo más” para darse cuenta de que ya tenían todo ese conocimiento escrito en la Torá en cuanto les da por abrir cualquier libro de judaísmo.

Que HaShem nos guarde siempre de irnos por otros caminos desviándonos del sendero hermoso de la Torá. Que sepamos siempre apreciar las maravillas de la Sagrada Torá y no confundamos nuestro entendimiento con copias de segunda, ya que tenemos en nuestras manos el original que debe regir nuestras vidas.

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com