Deja de preocuparte!

Y el más grande enfrentamiento que tiene la persona es consigo misma. Se dice a sí misma que no vale nada y que es un fracaso. Que jamás podrá arrepentirse...

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Rabino Nissan Dovid Kivak

Posteado en 17.03.21

 Y el más grande enfrentamiento que tiene la persona es consigo misma. Se dice que no vale nada y que es un fracaso. Que jamás podrá arrepentirse…

La gente tiene propensión a preocuparse antes de Yom Kipur, pero la verdad es que tenemos que librarnos de todas las preocupaciones.

El Rebe nos da una lista de cosas que tenemos que sacarnos de la cabeza: y lo primero de todo son las preocupaciones. Preocupaciones por cosas pasadas, y preocupaciones por cosas futuras. También tenemos que librarnos de todas las cosas tras las cuales nos dejamos ir, vale decir, los placeres mundanales. Si te caíste, vuelve a levantarte. ¿Otra vez te caíste? Levántate otra vez más. No te vuelvas “viejo”. Empieza siempre de nuevo. En el medio del día, da una moneda para caridad, estudia un poco. Es posible librarse de los malos miedos y alcanzar el buen temor. El Rebe dice que la persona debe también librarse de todos los enfrentamientos.

Y el más grande enfrentamiento que tiene la persona es consigo mismo. Él se dice a sí mismo que no vale nada y que es un fracaso. Piensa que no puede hacer teshuvá y ve con sus propios ojos que no logra mejorar. Si vas a la sinagoga en Yom Kipur y rezas la plegaria de Kol Nidre y no sientes nada, relájate. Deja que tu mente se ajuste a la situación. Piensa en HaShem. Si insistes en pensar que no sientes nada, eso es un enfrentamiento contigo mismo. Dentro de tu cabeza oyes voces que te dicen: “Vete de aquí. Este no es tu lugar. Por más que te esfuerces, no tienes posibilidades de hacer teshuvá”, pero tú no te mueves y no te das por vencido y dices: “Aquí es donde quiero estar. No tengo ningún otro lugar adonde ir”. Cuando no les prestas atención a todos los pensamientos y los sentimientos que tratan por todos los medios de tirarte abajo, ahí es cuando te ayuda la teshuvá. Todo eso no son más que obstáculos que te ayudan a arrepentirte mejor. Tienes que ser fuerte y no bajar los brazos.

En Yom Kipur se abren las puertas de la compasión. Confía en HaShem. Rabi Najman dice que tenemos que combinar el amor con el temor. Tenemos que pensar en el objetivo final de nuestra vida. Tenemos que clamar ante HaShem: “Amo del Universo, quiero tenerte presente en forma constante y mantenerme apartado de las transgresiones. Quiero estar cerca de Ti”. Esto es lo que se llama “guevurá”, temor al juicio de HaShem y al castigo.

Pero el Rebe dice que tenemos que combinar este temor con amor. Se aproxima Yom Kipur: el Rey te está llamando. Quiere perdonarte. Podemos hacer las paces con Él. Se cuenta la historia del Rabino Shalom de Belz que una vez llegó muy tarde la primera noche de Selijot. ¿Y por qué? Porque había hasta la otra punta de la ciudad para mirar dentro de la ventana de la casa de un judío que había estado apartado de la comunidad judía durante muchos años. El hombre estaba sentado a la mesa con dos enormes libros de contabilidad y parecía que estaba hablando consigo mismo. Después de un rato, levantó los libros, los arrojó al fuego y después trajo dos vasitos y brindó “Lejaim” Por la vida, aparentemente consigo mismo. Luego fue a la sinagoga para los Selijot por primera vez en muchos años.

Después, cuando le preguntaron qué es lo que había hecho, el judío explicó: “Lo que pasa es que hace ya mucho tiempo que estoy enojado con HaShem y vivo como un gentil. No Le había hablado en años. Él me trajo tanto sufrimiento en la vida que decidí abandonarlo a Él y a Su Torá, y vivir como un gentil. Hacía años que no Le hablaba. Hoy sentí deseos de retornar a la comunidad, pero entonces pensé en todo lo que había hecho. ¿Cómo iba a volver? Entonces saqué mis libros de contabilidad e hice un cálculo. En un libro escribí todo el sufrimiento que tuve en mi vida. En el otro, hice una lista de todos los pecados que hice desde que me alejé de la comunidad. Le propuse a HaShem que llegáramos a un compromiso: yo Lo iba a perdonar por todo el sufrimiento que me hizo pasar y Él me iba a perdonar todas mis faltas. Sintiendo que esta era una solución aceptable para los dos, arrojé los dos libros al fuego y Le propuse un brindis para sellar nuestro trato y celebrar la renovación de nuestra relación”.

HaShem quiere hacer las paces con nosotros. Quiere darnos una buena vida. En Yom Kipur podemos hacer borrón y cuenta nueva. Por eso, en estos días tenemos que esforzarnos. Son días en los que HaShem quiere ver a quién le importa de Él. Si hasta ahora las cosas no fueron tan bien, a partir de hoy todo puede cambiar. HaShem te va a ayudar. No mires hacia atrás. Cada paso que damos en aras de HaShem en esta época del año tiene muchísimo poder.

El sonido del shofar en Rosh Hashaná quiebra todos los juicios estrictos que penden sobre la persona. Y entonces se revela la gran compasión de HaShem. Esto ocurre aún más en Yom Kipur, y después se alcanza el punto máximo de amor y alegría en Sucot y Simjat Torá.
¡Deja de preocuparte! ¿Cómo? Ten presente a HaShem todo el tiempo. Otro capítulo de Tehilim, otra palabra de plegaria personal, otro rezo, otro poco de estudio. Clama ante HaShem. No dejes que tu mente se fermente con todo tipo de preocupaciones.
Que seas inscripto y sellad para un año bueno y dulce!

 

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