Una segunda oportunidad

¡Ningún tribunal civil cambiaría su veredicto y, después de terminar el juicio, decidiendo darle otra oportunidad a un criminal condenado!

3 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 29.09.22

Los Diez días de arrepentimiento, que concluyen con Iom Kipur, son una indicación de la tremenda compasión y misericordia de Hashem hacia la nación judía. ¡Ningún tribunal civil cambiaría su veredicto y, después de terminar el juicio, decidiendo darle otra oportunidad a un criminal condenado! Imagínese que el juez dice: “Estás condenado, pero te damos otros diez días para reparar el daño que has hecho. Al final de esos diez días, tendrás un nuevo juicio. ¡Buena suerte!” ¡Qué oportunidad increíble!

Pero eso es exactamente lo que sucede en Yom Kippur. Hashem nos juzga en Rosh Hashana, pasa un veredicto y luego nos da otra oportunidad, ¡un nuevo juicio, diez días después!

Una cita privada con el Juez

El Juez Mismo nos invita a Su oficina privada, a cualquier hora que elijamos, y todos los días que elijamos, durante los Diez Días de Arrepentimiento. Se nos da la oportunidad de explicar cómo nos metimos en esta situación, tranquilizar al juez y convencerlo de que nos perdone. A su vez, el juez promete ayudarnos, tratarnos con compasión y anular el veredicto original.

Por lo tanto, durante este lapso tan oportuno, qué importante es que reservemos un tiempo, todos los días, para estar a solas con nuestro Creador, para hablar con Él y rogarle que nos perdone y nos acerque a Él. En otras palabras, deberíamos usar este tiempo para contarle todo y resolver hacer cambios serios en nuestras vidas. Y la oración, por supuesto, es la clave para lograr eso.

Teshuvá, Tefilá y Tzedaka

En las oraciones de Rosh Hashaná y Yom Kipur recitamos las palabras bien conocidas: “Teshuva (arrepentimiento), tefilá (plegaria) y tzedaka (caridad) anulan el decreto malvado”. Durante estos días de arrepentimiento debemos enfocarnos y dedicar más tiempo a estas tres áreas de la vida.

Cuando una persona pasa una hora en Hitbodedut, ciertamente está haciendo teshuvá, reflexionando y arrepintiéndose de sus pecados y resolviendo cambiar su comportamiento. Además, está orando, rogándole a Hashem que merezca ser inscrito en el Libro de la Vida y crecer espiritualmente. En cuanto a tzedaka, caridad,  es obvio que debemos dar más tzedaká durante estos Diez Días de Arrepentimiento, mostrando compasión por las necesidades de los demás.

Haciendo Teshuvá por amor

Nuestros sabios afirman que cuando una persona regresa a Hashem por amor, sus abominaciones se convierten en méritos. Si los pecados que se describen como “abominaciones” pueden convertirse en méritos, entonces… ¡cuánto más los pecados que no se denominan “abominaciones”! ¡Imagínate! Es posible que alguien haya hecho las cosas más terribles del mundo, pero si tiene el mérito de regresar a Hashem por amor, esos actos atroces se transforman en méritos para su beneficio.

Pero, ¿quién puede alcanzar un nivel tan exaltado como para regresar a Hashem por amor? Parecería que muy pocas personas son capaces de alcanzar tales niveles. Pero, en realidad, cada persona es capaz de alcanzar este nivel. La clave está en hacer Hitbodedut. Al dedicar una hora al día a Hitbodedut, todos los días, incluso cuando todo va bien, y al regresar a Hashem en teshuvá, uno puede lograr regresar a Hashem por amor. Cultivar una conexión personal con Hashem, incluso antes de que uno esté abrumado por los problemas, crea un vínculo de amor. Su comunicación y teshuvá provienen de un núcleo de amor. Y así, cuando uno está ante Hashem arrepentido, con el corazón roto por transgredir ese amor, sus pecados se transforman en méritos.

Todos somos capaces de alcanzar este nivel tan elevado. Es muy simple. No tenemos que ser ni tzadikim ni genios. Lo único que se necesita es una hora al día de Hitbodedut.

La amada plegaria

Es imposible describir la importancia de la oración personal. A través de la plegaria, uno puede alcanzar el nivel más exaltado.

La oración es nuestro camino personal hacia alcanzar los cielos. Cuando hablamos con Hashem con nuestras propias palabras, Hashem mismo eleva nuestras oraciones.

¡Ahora es el momento de arrepentirse! Ahora que hemos aprendido a  alcanzar el nivel exaltado de arrepentimiento del amor, reservemos una hora al día para hablar con nuestro Creador. El verdadero Juez, el Rey de Reyes, está esperando que entremos a Su cámara personal y Le contemos todo: cómo nuestro yetzer hara (inclinación al mal) nos empujó al pecado, cómo tratamos de resistir pero fallamos, y que hemos decidido corregir nuestro comportamiento y cambiar ─ y lo que estamos haciendo para implementar ese cambio. Él está esperando a que Le pidamos su ayuda y Le roguemos que nos perdone. Una vez que hayamos tomado esas medidas, ¡ciertamente Él nos perdonará!

Que se nos conceda un perdón completo y que se nos inscriba en el Libro de la Vida. ¡Amen!