Máscara Divina

¿Cuántas máscaras usamos a lo largo del día? ¿Es eso lo que HaShem quiere de nosotros?

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Tali Mandel

Posteado en 14.03.21

¿Cuántas máscaras usamos a lo largo del día? Puede que a veces no haga falta ninguna, como cuando estamos con la familia o en la intimidad del hogar, pero en otras ocasiones utilizamos una cubierta “protectora” para no mostrar nuestra verdadera reacción. ¿Es eso lo que HaShem quiere de nosotros?

 

Nuestro Creador está presente en cada instante de nuestras vidas. También en esos momentos en los que elegimos ponernos una máscara y actuar de otra manera distinta a lo que correspondería según lo que estamos sintiendo en ese momento. Incluso cuando ocultamos nuestra verdadera reacción ante una frase o un comentario no tan agradable y elegimos no enfadarnos. Y cada una de las cosas que hacemos se nos es tomada en cuenta. Si decidimos utilizar una máscara temporal y actuar tranquilamente aparentando que todo está bien después de que alguien nos ha dicho algo hiriente, este esfuerzo por poner un buen semblante es recompensado, pero hay que tener cuidado porque la intención debe ser verdadera. Si ponemos una buena cara y en realidad no decidimos quitar el odio y el resentimiento de nuestro corazón esta herramienta se puede volver en contra de nosotros y causarnos tristeza y odio. Por tanto, hay que usar las “máscaras” con precaución y para hacer el bien.

 

Se puede hacer el bien de muchas formas. Por ejemplo, ayudando a alguien que tiene necesidad dejando en su casa comida o ropa sin que este lo sepa para no causarle vergüenza. Se puede prestar ayuda monetaria haciendo donaciones en lugares donde destinan el dinero a familias necesitadas. Si bien en la donación que se realiza aparece el nombre, la persona que recibe el dinero no sabe quién se lo ha dado directamente.

 

Hay muchas ocasiones en las que podemos hacer actos de misericordia con quienes nos rodean y no tenemos por qué hacer notar que somos nosotros quienes solidariamente estamos dando de lo nuestro a otras personas. En realidad, no está prohibido hacerlo pero el publicar y alentar que los demás inflen el orgullo del donante no hace más que disminuir su propio mérito.

 

Y es que el mérito que realmente cuenta es el que se atesora en los Cielos. En este mundo no podemos saber cuál es nuestro resultado del “extracto bancario celestial” y por lo tanto, lo más sabio y sensato es ahorrar mientras más mejor. De esta manera, cuando llegue el momento en el que tengamos que abrir esta cuenta bancaria y ver qué saldo tenemos podremos contar con unos ingresos mayores. Mientras más agreguemos, ¡tanto mejor!

 

Lo importante es que todo este atesoramiento de mitzvot o preceptos positivos lo hagamos con el mayor recato posible. Todo lo que hacemos, HaShem lo ve. No hace falta que publiquemos en el periódico lo que hacemos por los demás ya que el Creador no se pierde ni el menor detalle de nuestras vidas y se ocupa de apuntar escrupulosamente todos los ingresos y débitos de nuestra cuenta.

 

En la meguilá de Ester el nombre de Di-s no está escrito ni una sola vez. Sin embargo, Su Presencia se hace patente a lo largo de toda la historia. ¿Cómo lo sabemos? Muy fácil, la Divina Providencia hace que cada acontecimiento tenga lugar en un orden determinado que desencadena todos los hechos de tal forma que los judíos de ese tiempo son salvados aún a pesar del edicto que caía sobre ellos. Esta Presencia oculta continúa en este estado en nuestros días.

 

Con cada pequeño detalle que sucede en nuestras vidas HaShem nos enseña que no nos abandona y que está con nosotros. Así como sabemos quién dejó el dulce que encontramos al llegar a casa para que lo disfrutemos, también debemos saber que cada momento dulce que sucede en nuestras vidas se debe a la mano de HaShem.

 

 

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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1. María S.

3/25/2019

¡Muy lindo!

¡Muchas gracias al redactor! Es un artículo muy lindo que nos anima a limar las asperezas del carácter desde lo más profundo del corazón para que, en la vida cotidiana, podamos sentirnos más y más identificados con las máscaras de bondad que eventualmente usemos cuando algo no nos guste…El objetivo final debe de ser que podamos desarrollar una bondad absoluta y así no necesitemos más máscaras…¡Que el Creador, en su infinita bondad, lo permita! Y también permita que podamos ser generosos sin reservas, como tan sabiamente señala esta publicación, y nos aleje del orgullo y la altivez. ¡Amén!

2. María S.

3/25/2019

¡Muchas gracias al redactor! Es un artículo muy lindo que nos anima a limar las asperezas del carácter desde lo más profundo del corazón para que, en la vida cotidiana, podamos sentirnos más y más identificados con las máscaras de bondad que eventualmente usemos cuando algo no nos guste…El objetivo final debe de ser que podamos desarrollar una bondad absoluta y así no necesitemos más máscaras…¡Que el Creador, en su infinita bondad, lo permita! Y también permita que podamos ser generosos sin reservas, como tan sabiamente señala esta publicación, y nos aleje del orgullo y la altivez. ¡Amén!

3. Ludys España Atencia

3/23/2019

Dar y no esperar recompensa.

Una de las festividades del pueblo judío, la de Purin es de las q más me gustan. Me encantó el comentario sobre las máscaras; excelente muy acertado. Todo el tiempo estamos utilizando mascaras, pero como dice el escrito hay q tener mucho cuidado, podemos engañas a todos menos a El Éterno.

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