Coronando al REY

¿En qué debemos enfocar en Rosh Hashaná y los Días de Juicio? ¿Cómo podemos ser, de verdad, una “Luz para las naciones”?…

Coronando al REY

No esperemos hasta el último momento para prepararnos para Rosh Hashaná y los Días de Juicio, ¡ahora es el momento!

Todos nuestros ritos para los Días de Juicio hablan sobre la coronación del Rey. ¿Cómo podemos quejarnos de tanta gente y naciones del mundo que actúan en forma inmoral, sin ley y despreciando por completa las leyes del Rey, cuando miembros de Su Pueblo Elegido aún no han aceptado Su monarquía?

Todo en el mundo debe estar bajo la autoridad de una fuerza superior. En el mundo físico –al igual que en el mundo metafísico– no hay un vacío. Si la persona no elige el camino recto y corona a HaShem como Rey, entonces las fuerzas del Lado Oscuro –el Sitra Ajra– gobernaran sobre ella.

Durante todo el año, nos referimos a HaShem en la plegaria como  HaKeL HaKadosh, El Di-s Santo. Desde Rosh Hashaná hasta Yom Kipur, decimos HaMelej Hakadosh, El Rey Santo. Durante todo este tiempo de diez días, tenemos muchos recordatorios en nuestras oraciones que se refieren a HaShem como El Rey.

¿Por qué es tan importante recordarnos a nosotros mismos –especialmente durante esta época del año– que HaShem es el Rey?

Nuestros cuerpo físico y nuestro cerebro tienen una memoria corta, y si no nos acordamos de que HaShem es el Rey, entonces pronto nos veremos subordinados a quien el Rey Salomón llama, “Un rey viejo y necio”, en otras palabras, al Yetzer Hará, o sea la Mala Inclinación. En seguida que alguno de nuestros cuerpos, nuestras acciones, nuestro hablar o nuestros pensamientos se separan de la monarquía de HaShem, nos vemos subordinados – que HaShem nos libre – a los deseos del cuerpo, al materialismo y los malos rasgos.

El momento en que uno se aparta del reinado de HaShem, aunque piense que es libre de hacer lo que quiere, se convierte en subordinado de la Mala Inclinación. Ahora su cuerpo se verá obligado a hacer toda clase de cosas, pues será controlado por sus deseos físicos generados por la Mala Inclinación. Aquellos que piensan que son libres de hacer lo que quieren cuando quieren rebelarse contra HaShem, en verdad son los peores esclavos.

Por lo tanto, deberíaPmos considerar los Días de Juicio como el mayor regalo. Rosh Hashaná es el día en que toda la creación corona al Rey. Preguntémonos: ¿Por qué es tan importande a coronar al Creador?

Uno de los nombres de Rosh Hashaná es Yom HaDin, o Día del Juicio. La Mishná nos dice que en este día, toda la creación pasa ante HaShem en juicio. El juicio de HaShem es según el principio de medida por medida – cuando somos compasivos, así es Él. Cuando tratamos a los demás con perdón y humildad, así es Él.

Al ser humildes y aceptar la soberanía de HaShem, convertimos el atributo de juicio en misericordia. Cuando ponemos nuestras vidas, nuestras acciones, y el mundo entero en las manos de HaShem, estamos entregándonos a Su misericordia absoluta. Confiamos en Él que nuestro juicio será favorable. La dependencia – al igual que cualquier otro tipo de pensamiento – es realmente poderosa. Cuando verdaderamente confiamos en HaShem, invocamos una compasión divina increíble que mitiga el juicio más severo.

Rabí Natan, el gran discípulo de Rabi Najman de Breslev, nos enseña que el aspecto principal de coronar al Rey es la Teshuvá, o regresar a Él de todo corazón. En su obra Likutey Halajot (Hiljot Netilat Yadai’im, Shajarit 3:5) él escribe:  “En Rosh Hashaná, el primer día de los Diez Días de Teshuvá (arrepentimiento), el arrepentimiento principal es arrepentirnos de la arrogancia, ser humildes y sentirnos humildes… Por lo tanto, tenemos que anularnos a nosotros mismos por completo… Eso significa remover nuestras propias opiniones y anularnos completamente, como si no tuviéramos ninguna opinión en absoluto.” Rabí Natán se enfoca en que tenemos que aceptar la soberanía de HaShem con perfecta fe y con completa simpleza, sin ningún tipo de inteligencia propia, porque ésta es nuestra tarea principal en Rosh Hashaná y Yom Kipur.

Al coronar a HaShem, estamos cumpliendo con nuestra tarea de ser una “Luz para las naciones.” Rabí Natán añade que nuestra misión en el mundo, especialmente durante los Días de Juicio, es de revelar la soberanía de HaShem, iluminando así el mundo con este conocimiento. Damos a conocer a la humanidad de que existe un Di-s que gobierna el mundo, y sólo Él es el Rey.

Con esto en mente, por eso dedicamos tanto tiempo y esfuerzo viajando por todo el mundo difundiendo la Emuná. Cuando más pronto toda la humanidad sepa que HaShem es el Rey, más pronto veremos un mundo espiritualmente recto, donde la gente viva una vida de paz y productividad. Sin embargo, ciertamente no podemos ser luz para las naciones si no coronamos a HaShem nosotros mismos. Durante los Días de Juicio, coronamos al Rey. Rosh Hashaná es la coronación.

Todos declaramos: “Ahora, HaShem nuestro Di-s, pon Tu reverencia en todo lo que has hecho, Tu temor en todos los que has creado, que Tus obras te veneren, que todas Tus criaturas te adoren, que todos ellos se fundan en una armonía para hacer Tu voluntad de todo corazón… Tu reinarás sobre todos los que has creado, sólo Tú, HaShem, en el monte Zión, la morada de Tu Majestad… y no hay otro Di-s fuera de Ti” ( “ten pajdeja” de los Días de Juicio).

En Rosh Hashaná, no mencionamos nuestra justicia, ni tampoco pedimos nada para nosotros mismos. Nos anulamos por completo y nos enfocamos en coronar al Rey – aceptando plenamente a HaShem como nuestro amado y venerado Rey. Entre más tenemos el privilegio de conocer Su grandeza, más Él nos revelará Su misericordia, Su verdadera grandeza, más y más, sobre nosotros y sobre toda la Creación.