Teshuvá – Un Retorno Con Conciencia

¿Quién puede permanecer tranquilo y no estremecerse al oír al shofar anunciar: ¡Durmientes, despertad de vuestro sueño!

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Rabino Eliahu Kitov

Posteado en 05.04.21

¿Quién puede permanecer tranquilo y no estremecerse al oír al shofar anunciar: ¡Durmientes, despertad de vuestro sueño!

Teshuvá – Un Retorno Con Conciencia

El Jaiéi Adám escribe: Por el amor que siente Di-s por Su pueblo -conforme Su modo, desear la benevolencia, no querer que el hombre muera, sino, más bien, que abandone su senda [de mal] y viva, y no motivado por alguna necesidad suya o algún beneficio- no espera uno o dos días para que el pecador se arrepienta, sino que nos amplía el tiempo, y en el comienzo mismo del año -Rosh HaShaná- y del mes, abre todos los portones -el Portón del Arrepentimiento, del Perdón y de la Expiación- y estos permanecen abiertos hasta el momento de Neilá, su "cierre" al final de Iom Kipur.

De Él emana la siguiente proclama: "Retornad a Mí, hijos errantes; Yo sanaré vuestras iniquidades" (Jeremías 3:22). ¿Quién puede permanecer tranquilo y no estremecerse al oír al shofar anunciar: ¡Durmientes, despertad de vuestro sueño! ¡Levantaos y clamad a vuestro Creador pues El es benevolente y misericordioso!?

Cuán grave es la transgresión de quien, durante estos días, no presta atención ni se ocupa de aumentar el tiempo dedicado al estudio de la Torá y las buenas acciones, más que el resto del año. ¡Ojalá seamos considerados entre aquellos individuos cuyas buenas acciones y pecados pesan por igual, cuyo juicio pende hasta el día de Iom Kipur!

Mientras el hombre vive, Di-s no aplica Su atributo de benevolencia para inclinar la balanza en favor de aquellos cuyas buenas acciones y pecados son equivalentes. Sólo después de su muerte, cuando Di-s, con Su bondad, al ver la balanza equilibrada entre buenas acciones y pecados, quita un pecado o agrega un mérito. Es sólo entonces que Di-s actúa de este modo, ya que el hombre no puede sumar más méritos. Pero mientras vive, Di-s le dice: "La puerta está abierta. En tus manos está el cumplir otra mitzvá y ganarte el mérito; si eres perezoso, tuya es la culpa".

Por lo tanto, cada persona debe esforzarse para lograr el arrepentimiento por el pasado e incrementar sus mitzvot y buenas acciones, y de ese modo poder estar limpio y puro antes de llegar este día sagrado, como declara el versículo (Levítico 16:30): "Ante Di-s, purificaos".

Que nadie diga: "Me pongo los tefilín, visto tzitzit, recito las bendiciones, y digo mis plegarias. ¡Seguro que la balanza está inclinada a mi favor!" ¡Solamente una persona insensible puede hablar de este modo, pues cuántas transgresiones se cometen también a diario, desperdiciando su tiempo, hablando mal de otros y pecando de otras maneras con el habla, y asimismo con los demás órganos del cuerpo! Muchos han incurrido en este mismo error, creyendo que deben arrepentirse solamente de los pecados graves, como ser la idolatría, las relaciones inmorales, el asesinato, la violación de las leyes del Shabat y similares. Este punto de vista es absolutamente falso, puesto que existen muchos otros pecados que el hombre pasa por alto y son mucho más graves que los mencionados.

Observa qué dicen nuestros Sabios respecto del chisme, considerándolo mucho más grave que la idolatría, las relaciones prohibidas y el asesinato, cosa que dedujeron de las Escrituras. Este es un pecado muy generalizado, y los Sabios dijeron: Toda persona es seducida por el lashón hará (la mala lengua). Mira la fuerza del lashón hará, al grado de que quien sólo diga: "¿Dónde hay fuego? En la casa de fulano, donde siempre están cocinando algo", ya incurre en "indicios de difamación" [avak lashón hará, ya que insinúa una crítica respecto de aquel sujeto].

Análogamente, existen otros grupos de pecados que el hombre comete habitualmente, demasiados como para enumerarlos. Jura en falso o en vano -a menudo mentimos a nuestros amigos o los convencemos de algo, y juramos "por Di-s" que es verdad; el pecado de jurar en falso en Nombre de Di-s equivale a la idolatría e incluso es más grave aún, como expresa el versículo (Exodo 20:7): Y [Di-s] no absolverá a aquél que jura falsamente con Su Nombre-, maldice su destino o a otras personas, utilizando el Nombre de Di-s -y es lo mismo si lo hace en hebreo o en cualquier otro idioma-, recita una bendición o pronuncia el Nombre de Di-s sin motivo alguno -de hecho, si reflexionamos acerca de nuestras plegarias, podremos darnos cuenta de que son recitadas sin la devoción adecuada, apenas como un hábito, por costumbre-.

Humillamos a nuestros semejantes en público, y nos enaltecemos a costa de la vergüenza ajena. Lastimamos y afligimos a nuestro prójimo, tanto con acciones como con palabras. Si lo hacemos a una viuda o a un huérfano, seremos merecedores de morir a manos del Cielo. Cobramos [y pagamos] intereses sin utilizar un `heter iská´ (contrato Rabínico legal mediante el cual la operación deja de ser un préstamo y se convierte en una sociedad). Cada cual encuentra justificativos que le permiten realizar todo tipo de acciones, sin consultar a los maestros halájicos y rabinos respecto del modo en que debemos conducir nuestros asuntos. Esto es especialmente así en aquellos que se dedican al comercio, donde es muy difícil evitar el violar las leyes relativas al cobro y pago de intereses.

Guardamos rencor hacia nuestros semejantes, actuamos con ira, contemplamos a las mujeres con avidez y deseo, adulamos, nos burlamos, malgastamos el tiempo en conversaciones vanas, hablamos de negocios en Shabat y en las Festividades – todo esto nos hemos acostumbrado a hacer. Incluso quienes son grandes eruditos de la Torá descubrirán, de reflexionar sobre sus acciones, que muchos incurren en estas conductas y cometen varios pecados más. El peor es la negligencia en el estudio de la Torá, que equivale a todos los demás, puesto que al alejarse de la Torá, uno se distancia del servicio a Di-s. Es por este motivo que los Sabios vincularon ambos temas en una misma bendición en la Amidá: Haznos retornar, Padre nuestro, a Tu Torá; acércanos, Rey nuestro, a Tu servicio (Sidur, pág. 53). Cuanto mayor sea la dedicación al estudio de la Torá, tanto más se acercará el hombre al servicio a Di-s.

Por este motivo, los Sabios de antaño establecieron que se haga sonar el shofar desde el comienzo del mes de Elul, un mes antes de Rosh HaShaná: para que cada uno tome conciencia de que está siendo convocado para el juicio… El día del ajuste de cuentas se aproxima, todas sus acciones están registradas -incluso su más leve movimiento- y en ese momento Di-s revisará todos sus actos, decidiendo si fueron buenos o malos.

Ahora bien, si el hombre tuviera que comparecer en juicio ante un rey de carne y hueso, ¿no temblaría y estaría sobrecogido de temor? Como dijo Rabí Iojanán ben Zakái [al describir el pensamiento del hombre ante el juicio de un rey humano]: Si el rey aplica un castigo a mis finanzas, éste no será eterno, ya que en algún momento podré ganar más dinero. Si me encarcela, no será para siempre, pues es posible que el rey muera y su sucesor me deje en libertad. Si me mata, tampoco mi muerte será eterna, ya que él sólo puede tener dominio sobre mi cuerpo, más mi alma regresará a Di-s, Quien me la ha concedido.

Sin embargo, pese a esto, el hombre siente temor de todos modos y acude a cualquier recurso posible cuando enfrenta un juicio humano, procurando medios para mitigar la sentencia o eludir el castigo. Nunca se le ocurriría desperdiciar su tiempo en actividades cotidianas. No labraría su parcela; más bien, en el momento de su tormento abandonaría todo otro pensamiento y preocupación y se dedicaría de lleno a la búsqueda de alguna posibilidad de salvación. Y si esto es cierto tratándose de un juicio humano, ¡cuánto más aún debe serlo al estar -junto a sus hijos y todas sus pertenencias- frente al Rey de los reyes, el Santo, bendito sea! Si El castiga al hombre en sus bienes y le decreta pobreza, el castigo es eterno. Si lo hace físicamente, el dolor perdura por siempre. Y si decreta su muerte o la de su hijo, también es para siempre.

Cuán necias son entonces aquellas personas que continúan con sus actividades cotidianas durante este período -especialmente durante los días de Selijot y los Diez Días de Arrepentimiento- sin saber cuál será su sentencia.

Por lo tanto, es imperioso que cada uno tome conciencia y se dedique menos a sus actividades regulares, fijando tiempos específicos durante el día y la noche para la introspección y el autoanálisis. Debe levantarse más temprano y reflexionar sobre las formas de teshuvá y el modo de enmendar su conducta, abriendo su corazón al Creador y confesando sus pecados. Aumentará su cumplimiento de mitzvot y buenas acciones, y dedicará más tiempo de lo que acostumbra habitualmente al estudio de la Torá. Será más generoso al dar caridad, puesto que éste es un tiempo de gracia y benevolencia Divina en el que las plegarias son escuchadas.

(Gentileza: www.tora.org.ar)
 

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1. Nancy

9/26/2019

Alabad todos los Pueblos porq HASHEM ESCUCHA TODA PLEGARIA Y PORQ A LLEGADO HASTA EL CONFIN DEL UNIVERSO EL CLAMOR DEL PUEBLO ELECTO DESDE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO…TODO ES TRANSFORMADO EN LA HIJA DE SION, Q DESCIENDE COMO LA SIEMPRE Y AHORA NUEVA JERUZALEM…JUBILO Y RECOGIMIENTO EN EL GRAN JUICIO DE HASHEM Y DESPUES LA REDENCIÓN…EL EXILIO QUEDO ATRÁS Y LOS CAMPOS FLORECEN EN LA EMUNA…

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