La Sefirá – Un Regalo Doble

El prisionero estaba asombrado. Quedar en libertad solamente era más de lo que él se hubiera atrevido a soñar. ¡Pero casarse con la princesa también!...

3 Tiempo de lectura

Grupo Breslev Israel

Posteado en 06.04.21

El prisionero estaba asombrado. Quedar en libertad solamente era más de lo que él se hubiera atrevido a soñar. ¡Pero casarse con la princesa también!…

 
Un regalo doble – Reflexiones en torno a la Sefirá
 
Una vez un poderoso y rico príncipe se encontró a un prisionero encadenado en un calabozo. El príncipe lo miró y le dijo: "¡Te dejaré en libertad! Y en menos de dos meses después de que seas libre, te casarás con mi hija.

 

El prisionero estaba asombrado. Quedar en libertad solamente era más de lo que él se hubiera atrevido a soñar. ¡Pero casarse con la princesa también! Su dicha era sorprendente. Al día siguiente el príncipe cumplió con la primera parte de su promesa. El hombre salió libre, se le entregaron hermosas prendas de vestir y los sirvientes tenían órdenes de alimentarlo bien y de atenderlo y prepararlo para el día de la boda.
 
El futuro príncipe estaba tan ansioso de que llegara ese día que empezó a contar los días.
Nuestros Sabios cuentan esta historia para darnos una idea de lo que Sefirá Ha Omer significó para nuestros antepasados. HaShem Rey del Universo -liberó a los esclavos judíos de Egipto y prometió entregarles la Torá, su adorada hija- cincuenta días después. De inmediato los judíos empezaron a contar los días en ansiosa espera del gran momento (Rabeinu Nisim).
 
Un triste recordatorio
 
Siempre que tenemos un Precepto que acontece una vez al año, recitamos la bendición de SheHejeyánu en la que agradecemos a HaShem por habernos agraciado con vida y con salud y por permitirnos llegar al momento de la Mitzvá(Precepto). Pero no decimos esta bendición cuando se cuenta la Sefirá. ¿Por qué?
Antes de ser destruido el Bet HaMikdash (el Santo Templo en Jerusalén), el conteo de los días se iniciaba el día que se llevaba la ofrenda del Omer y terminaba con los preparativos para la ofrenda de Shavuot. En la actualidad podemos contar los cuarenta y nueve días pero no podemos llevar las ofrendas. Así el conteo resulta un triste recordatorio de que el Bet HaMikdash fue destruido y nunca se recita la feliz bendición de SheHejeyánu en ocasiones dolorosas (Rashba).
Cada día para sí mismo
 
¿Por qué empezamos a contar el segundo día de Pésaj (en vez del primero?).
El primer día de Pésaj es un día muy especial. No es sólo el día de nuestra liberación, nos recuerda también todos los milagros que comprueban que HaShem tiene poder sobre todo el Universo. El conteo de Sefirá también es algo especial -nos recuerda todos los preparativos que realizaron nuestros antepasados para hacerse dignos de recibir la Torá. HaShem quiso que existiera un día dedicado a cada uno de estos acontecimientos para que nos pudiéramos concentrar en las distintas enseñanzas que cada día tiene para nosotros (Sefer HaJinuj).
Ingredientes diferentes
 
Los días de Sefirá empezaban con la ofrenda del Omer y terminaban en Shavuot con la ofrenda de Shtei HaLejem (Dos Panes). El Omer era de cebada, que entonces se usaba primordialmente para alimentar a los animales. Los "Dos Panes" de Shavuot se hacían de la más fina harina de trigo, uno de los mejores alimentos del hombre. ¿Por qué eran hechas las ofrendas de ingredientes tan diferentes?
Cuando nuestros antepasados dejaron Egipto después de 210 años de exilio y muchos de esclavitud, ¿qué aspecto tenían comparados con Abraham, Isaac y Jacob, y comparados con lo que el HaShem había deseado que fueran los judíos? ¡Eran como animales! Y por eso la ofrenda del Omer se hace con alimento para animales. Pero durante las siete semanas en el desierto mejoraron constantemente hasta llegaron al Monte Sinaí. Y para entonces verdaderamente merecían ya recibir la Torá. Eran seres humanos de lo mejor y, por lo tanto, la ofrenda del día en que se recibió la Torá está hecha con el alimento humano de la mejor calidad (Rabino Shmuel de Slonim).
Días hermosos
 
Los días de la Sefirá son los más hermosos de todo el año. Es primavera, las plantas florecen, la tierra da su cosecha y el árbol sus frutos. Fue también la época en la que el Pueblo Judío floreció y se desarrolló. Ese pueblo de antiguos esclavos hizo todo el esfuerzo posible para llegar a ser un pueblo mejor y ser acreedor a la Torá. En realidad, esto no debe sorprendernos. HaShem hizo que el mundo espiritual y el mundo físico actuaran de la misma manera. Era la época de crecer, de mejorar, de belleza en todos los aspectos. La estación, las plantas y la gente (Sfat Emet).
 
 
– Extraído de la Revista “Olamenu” –
 
(Con la amable autorización de www.tora.org.ar)

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario