Sucót – Retorno a la Naturaleza

"En la Sucá habeis de habitar para que vuestras generaciones sepan, que en ellas hice habitar al pueblo de Israel, en su salida de Egipto"...

3 Tiempo de lectura

Rabino Abraham Bartfeld

Posteado en 06.04.21

"En la Sucá habeis de habitar para que vuestras generaciones sepan, que en ellas hice habitar al pueblo de Israel, en su salida de Egipto" …
 

El tiempo de nuestra alegría 
 
La festividad de "Sucót" es conocida también como "Zman Simjaténu" (el tiempo de nuestra alegría) en que exactamente consiste la fuente regocijo de "Sucót"?
 
No cabe duda que nuestra época, se distingue de todas las demás generaciones del pasado, en el hecho de que es la era de la ciencia y la tecnología. El conocimiento y la sapiencia humana, se duplica en nuestros tiempos cada cuantos años. Sin embargo, es impresionante y emotivo notar que al mismo tiempo y paralelamente se han incrementado en el mundo los actos de violencia, atropello y terror. El número de contiendas bélicas y batallas campales que existen crónicamente hoy en día, supera a todo lo conocido en la historia de la antigüedad.
 
Nuestro propio siglo fue la cuna de los dos combates mundiales más encarnizados y sangrientos, que ha conocido la humanidad. Nunca como ahora ha sido tan palpable y evidente, la posibilidad de un holocausto mundial. La devastación total de la vida en nuestro planeta, en la sombra de una nube nuclear.
 
Atónitos y asombrados contemplamos estos dos fenómenos y prodigios, paralelos y contemporáneos, y nos preguntamos, si realmente existe alguna correlación entre los dos. No cabe duda de los beneficios notables que la ciencia ha otorgado al mundo, los avances extraordinarios en la medicina y la prolongación de la vida de los humanos, los provechos, comodidades y bienestares tan notorios que la tecnología ha contribuido a la humanidad, sin embargo, al mismo tiempo nos percatamos que toda esta erudición y pericia, poco ha contribuido a levantar y elevar los valores éticos y la apreciación real de la vida. Por lo contrario, según es aparente han causado una reducción en ellos.
 
Pero nadie menos que el rey Salomón mismo, fue quien expuso y aclaró este acertijo, en palabras recitadas acertadamente en los días de "Sucót", en la Meguila de "Kohelet" (Eclesiatés, fin del ler. Cap.), "He aplicado mi corazón a conocer la sabiduría y también a conocer la sinrazón y la necedad, he comprendido que aún esto es insubstancial e ilusorio, porque donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien acumula ciencia, acumula dolor".
 
El sabio rey, penetró en la mente de los doctos y dictaminó (Id. 4-4) "He visto que todo afán y todo éxito en una obra, no es más que la envidia del uno contra el otro, también esto es vanidad e ilusorio". No necesariamente ha de conducir la ciencia, al mejoramiento y avance de la moral y la bondad. Basta contemplar una idea básica y fundamental en el mundo de la ciencia, la evolución del hombre de un primate prehistórico, canon y principio de la educación y filosofía contemporánea, que reduce al ser humano a una simple bestia evolucionada, y al universo a un mecanismo accidental e Irrelevante, carente de valores inherentes e intrínsecos principios humanos.
 
Nuestra avanzada era, proporciona entendimiento a aquel primer pecado, el comer del fruto del árbol del conocimiento, un fruto que no viene sólo, sino lo rodea la sagaz serpiente, dispuesta a inyectar su veneno de envidia y destrucción.
 
"En la Sucá habeis de habitar para que vuestras generaciones sepan, que en ellas hice habitar al pueblo de Israel, en su salida de Egipto" (Vaikra 23). Este pueblo que residió cientos de años en la tierra de Egipto, la civilización más avanzada y evolucionada de la antigüedad, ya en el comienzo de su camino como nación independiente, recibió, esta ordenanza fundamental: el regreso a lo simple y sencillo de la vida.
 
La "Sucá", compuesta únicamente de lo natural, y lo orgánico, donde no ha intervenido la mano del hombre, es el símbolo del retorno a la vida original y franca, llana y carente de complicaciones y embrollos.
 
Una anécdota sobre uno de los filósofos de la Atenas de antaño, relata, cómo el maestro paseaba por los mercados de la ciudad, de puesto en puesto, colmado de risas y alegría. Al preguntarle sus alumnos la razón de su gran regocijo, el sabio respondió: Me alegro al ver todo lo que hay acá en venta y que realmente no necesito".
 
El origen de la felicidad reside en la sencillez de la vida. El que menos requiere, menos padece carencias, y más propicio y cercano está a la tranquilidad y la satisfacción.
 
La fiesta de "Sucót" llamada al igual "Hag HeAsif" (la festividad de la recolección), es también el tiempo de la alegría (Zman Simjatenu). Enseñándonos la "Sucá", la verdadera relación existente entre la recolección material y el regocijo de nuestra existencia.
 
 
– Selección extraída del libro "Días de afecto y Resolución", por el Rabino Abraham Bartfeld –
 
 (Con la amable autorización de www.tora.org.ar)

Escribe tu opinión!

1. Nancy

10/16/2019

Cuando hay Emuna vivimos en el jardín de la Fe, qué más necesitamos?????

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario