El Corazón del Judaísmo

Todos tienen un problema que les hace doler - problemas de salud, dificultades financieras, problemas matrimoniales, etc.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Todos tienen un problema que les hace doler – algunos tienen problemas de salud, otros dificultades financieras, muchos tienen problemas matrimoniales, etc. Pero en verdad, la raíz de todos nuestros males – se encuentra en…

El corazón del Judaísmo

Un campesino ucraniano sintió dolor en su brazo izquierdo. Fue a consultar al médico de su pueblo, que le dio un ungüento para untar sobre su brazo. El campesino se sintió mejor durante un día o dos, pero pronto volvió el dolor, aún más fuerte que antes. El campesino volvió al doctor del pueblo, que le mandó a un gran especialista en Kiev. El campesino hizo el largo viaje a Kiev, y después de mucho buscar, finalmente localizó el domicilio del especialista.

El campesino se quejó al especialista del fuerte dolor. El médico lanzó una mirada sobre su brazo y le pidió al campesino que se saque la camisa. El campesino perplejo preguntó, "Pero doctor, ¿por qué debo quitarme la camisa si me duele el brazo?".

El médico colocó su estetoscopio sobre el pecho del campesino, sonrió con paciencia, y contestó: "Debo examinar tu corazón. Lo que sientes en tu brazo es sólo un dolor irradiado. La raíz del dolor se encuentra en tu corazón…”.

 

 

El Corazón del Judaísmo – el Beit HaMikdash en Jerusalén
 

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Todo ser humano tiene un problema que le hace doler – algunos tienen problemas de salud, otros dificultades financieras, muchos tienen problemas matrimoniales, otros tienen penas de sus niños. Algunas parejas no tienen hijos en absoluto, mientras otras personas aún anhelan encontrar a su alma gemela y viven en soledad. Si no he aludido a tu problema particular, simplemente completa la lista. Tenemos nuestros males, sean físicos, emocionales, espirituales, o interpersonales. La mayor parte de nosotros piensa que "un ungüento" de aumento en el sueldo, un nuevo juguete, unas noches en un hotel u otro alivio de nuestro problema terminará con nuestros males. Incorrecto.

La raíz de todos nuestros males se encuentra en Jerusalén – la carencia de nuestro Templo Sagrado y de la Presencia Divina dentro de nuestro medio. Profundamente necesitamos los Temidím, los sacrificios diarios en el altar, y sobre todo el Seír Jatát mensual, la ofrenda que expía los pecados de todo el Pueblo de Israel. No sabemos cuán terriblemente nuestras almas se han marchitado, ya que nunca hemos oído (en esta reencarnación) las melodías sublimes de la armonía de los Levitas ni las cuerdas mágicas del arpa Levítico – una canción o una plegaria en el Beit HaMikdash serían suficiente para enviar nuestras almas a una órbita celestial, dejando la repugnancia del pesado mundo material al cual tantos de nosotros estamos atados. Tal como aquellos nacidos en cuevas y que nunca han visto la luz, no sabemos lo que hemos perdido. La raíz de todo nuestro dolor se encuentra en el Corazón del Judaísmo – Jerusalén y el Beit HaMikdash, el Santo Templo.

HaShem no quiere que seamos ignorantes, entonces Él nos ha dado tres semanas – entre el 17 del mes hebreo de Tamúz hasta el 9no día del mes de Av – para meditar sobre el sentido de la destrucción del Templo, no meramente desde un punto de vista histórico, sino desde una perspectiva contemporánea muy pragmática también. Cuando pensamos en todo lo que nos falta en nuestras vidas como observadores de la Torá – el Sumo Sacerdote, las Ofrendas, los Levitas, los Preceptos que sólo pueden ser cumplidas en el contexto del Templo Santo, el Sanedrín, la verdadera pureza espiritual y la auténtica espiritualidad – sólo entonces podemos comenzar a lamentar la destrucción del Templo con alguna apariencia de sinceridad.

Rabi Najman de Breslev no quiso que seamos espiritualmente flojos, insensibles, y apáticos en lo relativo a la destrucción del Templo, el exilio de Jerusalén, y la diáspora. El Rebe, por lo tanto, requiere que recitemos la plegaria de "Tikún Jatzót" y que clamemos a HaShem que nos redima pronto.

Pero, más bien que clamar a HaShem, estamos de acuerdo tácitamente con la disección y la rendición final de Jerusalén, el corazón del Pueblo Judío. ¿Acaso hemos pedido de HaShem, aunque sea una sola vez, que prevenga la disección de Jerusalén? ¿O acaso estamos más preocupados por la nueva cerámica de nuestro baño?

Queridos amigos, donde sea que se encuentren, en Miami, España, Argentina, México y en cualquier otro lado – no piensen que Jerusalén es únicamente el problema de Israel; es el problema de todos. Ustedes son miembros del mismo corazón que es conocido como Yerushalaim (Jerusalén) y Beit HaMikdásh (el Templo). Cuando nosotros aquí en Breslev Israel clamamos por Jerusalén y por el verdadero Mesías, es porque nuestra cura nacional depende de un corazón sano – la construida Jerusalén y la Redención completa de nuestro Pueblo. Con la Presencia Divina dentro de nosotros, hay una ilimitada bendición de abundancia de salud, de felicidad, y de todo lo que necesitamos.

Nuestros Sabios dicen que si Jerusalén y el Beit HaMikdash no son reconstruidos en nuestra generación, es como si nosotros mismos los hubiéramos destruido, Di-s nos salve.

Levanten su voz ahora – hacia el Cielo. HaShem está escuchando. La Gueulá, le Redención, podría estar no más lejos que un latido del corazón. Sus plegarias podrían ayudar a la llegada del Mashíaj, y la completa Redención, rápidamente y en nuestros días, Amén.

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