El Corazon que ve – Parashat Tetzavé

“… y estarán sobre el corazón de Aarón cuando venga ante Hashem…” (Éxodo 28:30).

 La ley religiosa exige que no haya separación entre el Pectoral del Sumo Sacerdote (Kohen Gadol) y su corazón. ¿Qué tenía tan de especial el Pectoral, o Joshen, en hebreo, para que el Urim Vetumim estuviera dentro de él? El Urim era el Nombre Inefable escrito en pergamino, que estaba doblado e insertado en el Tumim, que es el pliegue trasero del Pectoral que usaba el Sumo Sacerdote. Urim significa “Luces” o iluiminación mientras que Tumim significa inocencia o unidad. Intrínsecamente, si el Nombre Sagrado estaba siempre en el corazón del Sumo Sacerdote, este se beneficiaba de la la absoluta Guía Divina y de un espíritu sagrado que lo ayudaba a realizar siempre el juicio correcto. Pero lo que la Torá también está diciendo es que el nombre de Hashem debía estar situado directamente sobre el corazón de Aarón; en otras palabras: su corazón debía estar totalmente conectado con Hashem. De esa manera, siempre podía interpretar el Urim y el Tumim de la manera correcta.

Cuando el Sumo Sacerdote le hacía una pregunta al Urim veTumim, se iluminaban las gemas del Joshen y el Sumo Sacerdote recibía un mensaje compuesto de varias letras hebreas. Entonces debía interpretar el mensaje de la manera adecuada a fin de recibir el mensaje Divino. No todos los Sumos Sacerdotes se encontraban a un nivel espiritual tan elevado…

Nuestros Sabios nos dicen que cuando falleció Eviatar el Sumo Sacerdote, lo reemplazó Tzadok. El día de su muerte, Eviatar formuló una pregunta y no obtuvo respuesta, mientras que Tzadok formuló una pregunta y sí obtuvo respuesta. ¿Por qué? Porque a menos que el propio Sumo Sacerdote sea una vasija apta para el espíritu sagrado que hace falta para interpretar las respuestas de Hashem, entonces no recibe ese espíritu sagrado

He aquí otro ejemplo más: Hanna no tenía hijos. Ella fue el Tabernáculo de Shiló para derramar la angustia de su corazón ante Hashem. Sus plegarias eran tan sinceras que la Guemará dice que ella es un modelo de plegaria. Ella se arrodilló murmurando con lágrimas cayéndole por las mejillas. Pero cuando Eli, el Sumo Sacerdote, le preguntó al Urim y Tumim quién era esa mujer, recibió una iluminación de tres letras hebras: shin, kaf, reish. Él las interpretó en forma errónea y pensó que decía shikor, o sea, que Hanna era una simple borracha. El mensaje Divino era en realidad que ella era kasher, o sea, una mujer digna e íntegra. Eli acusó injustamente a Hanna de ser una borracha y ella, con gentileza pero con firmeza, le respondió que él no sabía reconocer un corazón quebrantado. De hecho, ella lo está reprendiendo diciéndole – “Señor, si usted no es capaz de diferenciar una borracha de una mujer con el corazón quebrantado, entonces tal vez debería usted evaluarse a usted mismo, para ver si es apto como Sumo Sacerdote”.

Rabi Najman de Breslev explica que uno no puede alcanzar la verdadera sabiduría a menos que se aferre completamente a Hashem. El corazón que ve es el corazón que comprende lo que ven los ojos. La gente suele interpretar las cosas del modo incorrecto, porque si bien sus ojos pueden ver, el corazón no entiende de la manera correcta lo que ellos ven.

Intrínsecamente, la Torá nos está enseñando que no basta con que el Sumo Sacerdote lleve puestas las vestimentas del Kohen Hagadol, incluyendo el joshen y el urim vetumim.  Porque además de la ropa, que es algo externo, él tiene que tener un corazón que ve, una gran medida de empatía y comprensión para cada persona, además de un alma clara como un cristal, que sepa interpretar correctamente los mensajes de Hashem. Estas cualidades y capacidad son producto de una total humildad y una total dedicación a Hashem y al Pueblo Judío, sin aspiraciones a obtener ganancias personales en absoluto. Esa persona es la que merece un corazón que ve. Que Hashem nos bendiga con líderes como estos. Amén!