A La Luz del Shabát – Vaierá

Pero no estalló… Nadie supo la causa… Pero yo les contaré ahora a ustedes por qué ese auto no explotó"…

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Maór HaShabát

Posteado en 08.11.21

Publicamos este artículo en homenaje a la Rabanit Kanievsky z"l, que falleció hace unas pocas semanas. Que su memoria sea una bendición y que descanse en paz en el Gan Eden. Amén.

 

La bomba que no explotó
 
7:00 de la mañana en la calle Rashbam.
Entre los estrechos callejones de Benei Berak se encuentra la sinagoga "Lederman", lugar de oración del matrimonio Kanievsky, Rab Jaim y su esposa.
El mismo frente a quien llegan peregrinos de todas partes del mundo para escuchar una bendición de su boca y la misma que es seguida por miles de mujeres en busca de una bendición y un abrazo maternal.
 
Precisamente ella, la Rabanit Kanievsky, de 77 años de edad, transmitió a todas las mujeres un mensaje especial durante el transcurso de la asamblea nacional de mujeres, realizada en Tel Aviv, 48 horas antes de Iom Kipur.
La multitudinaria conferencia, reunió a casi diez mil mujeres y jóvenes de todo Israel. 
 
Para quien no la conoce, le contamos que la Rabanit Kanievsky es más que ´la esposa del Rab´. Bat Sheva Jaia, con el tiempo la ´Rabanit´, nació en Yerushalaim, en el seno de una familia de ´estirpe´. Hija mayor del Rab Iosef Shalom Elioshiv, su abuelo materno era nada más y nada menos que el Rab Arie Levin. 
 
Es difícil creer que nos encontramos frente a una mujer de 77 años de edad, equilibrada y poseedora de una sonrisa amplia e indulgente, para quien esta conferencia es solo una parte de su intensa actividad. 
Desde que fue autorizada por el Rab a ocuparse de las solicitudes del público, prodiga tanto bendiciones y sabios consejos, como pedidos de Tefilá de mujeres que golpean a su puerta mañana y tarde. 
 
Su hogar está abierto a todo el que pasa, así fue durante años y no hay nada en su vida que responda al título de ´privado´.
 
¿Cuántas horas de su día ocupa atendiendo a la gente? Entre las 9:45 y las 10:00 de la mañana se toma un descanso, después del rezo de Shajrit (que hace junto al primer Minian, al alba). Entre las 3:00 y las 4:00 de la tarde hace una pausa para recobrar fuerzas y entre medianoche y las 3:00 de la madrugada, duerme. 
 
Durante el resto del día, también ustedes pueden probar suerte y quizás reciban una bendición e incluso un saludo especial de la Rabanit Kanievsky.
 
"Cuando pedimos salud, sustento, satisfacciones, éxitos… debemos saber que para tener el mérito, debemos acercar un ´Korban a HaShem´", comienza la Rabanit con su mensaje, "¿y cuál es la ofrenda que HaShem espera de nosotras las mujeres? ¡Que nos reforcemos en el recato! Cada una debe recibir sobre sí misma el compromiso de aumentar en recato. La mujer judía es la hija del Rey y debe verse como tal".
 
"Antes de la última festividad de Pesaj, informaron en la radio que un ´coche bomba´, cargado con toneladas de explosivos fue estacionado en un shoping de Jaifa… y no explotó. ¿Es cierto o no?".
"Todos supimos de esta noticia, pero pocos se enteraron de cual fue la causa. ¿Por qué no explotó? Allí había miles de personas, todos fueron a hacer sus compras para las fiestas, el auto estaba preparado, ¡los cables estaban realmente conectados! Pero no estalló… Nadie supo la causa… Pero yo les contaré ahora a ustedes por qué ese auto no explotó".
 
"Unos días antes de las fiestas llegó a mí un grupo de 40 jovencitas de Zfat, muchachas maravillosas, pero que habían decidido salir de vacaciones y la influencia de la calle es muy peligrosa, por lo que la directora me pidió que las reforzara en la Mitzvá de recato.

Durante una hora hablé con ellas y les conté cuanto el Todopodero ama el recato, y les expliqué que cuando ellas se abstienen de usar una prenda inapropiada – esto representa una ofrenda a HaShem".

 
"Les conté la historia de una joven que se paseaba escandalosamente y que era adicta a la ropa – Di-s no lo permita – como si fuera una droga. Era capaz de viajar al exterior, en busca de un vestido de moda. Sus armarios estaban atiborrados de ropa…".
"Un día se sintió enferma y se acercó al hospital para hacerse atender – que HaShem nos proteja – descubrieron en su estómago un crecimiento de gran tamaño, del que además se habían ramificado metástasis hacia todo el cuerpo".
"El doctor le dijo: Escucha, no te queda ni un día de vida. No te enviamos a tu casa, porque si no continúas con vida, culparán al hospital de haberte negado atención. Quédate internada, te operaremos y si falleces – será considerado natural. Así le dijo el médico y así lo contó ella, con las mismas palabras".
 
"Imagínense cuanto miedo sintió la muchacha: ¿Qué haría? Se escapó del hospital y corrió a su casa. Con un grito que salió de lo más profundo de su dolor exclamó: ´¡Ribonó Shel Olam! ¡Quiero acercarte una ofrenda, pero ¿qué he de ofrecerte? ¡Te entregaré una ofrenda tal, que sentiré que te ofrendé toda mi vida!".

"Seguramente poseía un abuelo ´grande´ que desde el cielo la aconsejó tan bien. Abrió el armario, sacó toda su ropa… y la quemó.

No le quedó ni una prenda, ni siquiera para volver al hospital, por lo que, vestida con su pijama, tomó un taxi y regresó sin decirle nada a nadie."
 
"Los doctores no pusieron a su disposición un ´profesor´, le asignaron un simple doctor… le abrieron el estómago… ¡y de allí cayó una masa informe que pesaba medio kilo! Las metástasis habían desaparecido… en ese mismo momento el doctor cayó desmayado. ¡¿Dónde está todo?! ¡Ayer estaba! ¡Qué horror!".

"Ella ofreció lo más valioso para ella: la ropa sin recato – ¡y HaShem le devolvió una vida nueva!

"Ella vino a mí y me hizo llorar de emoción, se veía como una princesa. ¡Como se debe ver una mujer de Israel!".

"Conté esta historia y otras más a estas jóvenes, mostrándoles cuanto ama HaShem nuestro recato".

Ellas volvieron a Zfat.

 
Al día siguiente tomaron una decisión: "Ahora nosotras haremos una ofrenda de recato a HaShem".
Juntaron todas sus ropas y bajaron al gran salón. Colocaron allí una urna de dos metros de alto y comenzaron a clasificar la ropa. Toda prenda cuya manga no tenía el largo apropiado – iba a parar dentro del recipiente. Con cada vestido que arrojaban decían: "Creador del Mundo, te entrego esta prenda como ofrenda, por el pueblo de Israel, que no haya sufrimientos, que no haya atentados, que no hayan enfermedades, que no hayan viudas". 
 
Cada ropa que no cumplía con las reglas de recato, era arrojada a la urna, cada una con lágrimas y con resignación.
Todos los vestidos que HaShem no aprecia, colmaron el recipiente. 
Ni bien terminaron con su tarea… ¿Qué escucharon en las noticias?
 
Que un coche bomba, con toneladas de explosivos fue dejado en un shoping de Haifa y no había explotado…
Esto fue por el mérito de estas jóvenes que ofrendaron su ropa. Es realmente muy valioso, porque por el mérito de ellas, HaShem, salvó a muchos judíos.
 
Cerrando el encuentro dijo la Rabanit: "Que sea Su voluntad, que por el mérito de este hecho, cada una de nosotras se refuerce, y veamos la pronta salvación, por el mérito de las mujeres justas tengamos el mérito de la llegada del Mashiaj pronto en nuestros días.
 
 
Extraído y Editado por Maor Hashabat, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable:Eliahu Saiegh
 
(Gentileza de www.tora.org.ar)