Agua de la Roca – Jukat

Por qué a Hashem no Le gustó que Moisés golpeara la roca en vez de hablarle? El Rabino Lazer nos explica…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 04.04.21

El pasaje citado nos enseña que Hashem le ordenó a Moisés que sacara agua de una roca en el desierto Sinaí tomando la vara con su mano y hablándole a la roca. Mientras tanto, miles de personas estaban clamando en torno a Moisés y gritándole que les diera agua en medio del desierto. Por un instante, Moisés perdió la compostura y golpeó la roca con su vara en vez de hablarle. Le dio un solo golpe y el agua empezó a gotear. Entonces le dio un segundo golpe.

 

Y nosotros nos preguntamos:  qué tuvo tan de terrible el hecho de golpear la roca en vez de hablarle? Acaso sacar agua de la roca no fue ya de por sí un enorme milagro y una santificación del Nombre de Hashem? Por qué Moisés fue castigado tan duramente hasta tal punto que no se le permitió la entrada a la Tierra de Israel? Las circunstancias eran más que atenuantes – qué ser de carne y hueso  habría podido mantenerse calmo y tranquilo con miles de personas gritándole al mismo tiempo?

 

Para responder todos estos interrogantes, primero debemos entender qué vara Hashem le estaba ordenando sostener. Moisés y Aarón tenían dos varas distintas. En la parashat Vaera aprendemos que la vara que fue arrojada al suelo y se convirtió en una serpiente en el palacio del Faraón era la de Aarón. Rabí Shimon bar Iojai explica en el Zohar que la vara de Aarón se transformó en una serpiente debido a que la de Moisés era demasiado santa como para semejante tarea. Hashem no quería que la vara de Moisés se contaminara al entrar en contacto con las varas de los magos egipcios, que eran todos agentes de la brujería y la idolatría.

 

Ahora bien: qué tenía tan de sagrado la vara de Moisés? Dice el Midrash que en la vara de Moisés estaba inscripto el Nombre Sagrado de Hashem. Además, la vara de Moisés estaba hecha de piedra Sanprinon, que es la misma clase de piedra de que estaban hechas las Tablas de la Ley con los Diez Mandamientos. Nuestros Sabios nos enseñan que la piedra de Sanprinon es la piedra más fuerte del mundo, y que es tan brillante como un diamante pero más fuerte que él. Teniendo esto en cuenta, ahora podemos comprender mejor el mandato de Hashem. Hashem les estaba hablando a Moisés y Aarón, pero El quería que Moisés tomara su vara en la mano y le hablara a la roca, pues esa era la misma vara que Moisés había utilizado para partir el mar y vencer a los amalekitas. ¿Por qué? Porque toda la creación se somete a sí misma ante el Sagrado Nombre que estaba inscripto en la vara.

 

Si la gran roca en medio del desierto hubiera visto este Nombre, entonces inmediatamente se habría partido en dos y habría dado agua sin necesidad de que Moisés siquiera la tocara. Pero como Moisés golpeó la roca, y todos sabían que su vara estaba hecha de la piedra más fuerte del mundo, el magnífico nivel de santificación del Nombre Sagrado se había perdido, porque entonces la gente iba a atribuir la división de la roca a causas naturales. Era muy lógico, al fin y al cabo que la vara hecha de Sanprinon quebrara en dos una roca en el Sinaí, aunque fuera de greanito, cuarzo o una roca más fuerte. Por lo tanto, Moisés perdió la oportunidad de llevar a cabo una monumental santificación del Nombre de Hashem delante de la toda la nación.

 

Además, “hablarle a la roca” tal vez sea una metáfora de la emuná, y en especial hablarle a Hashem, que es la principal manifestación de emuná, pues la Torá misma llama a Hashem “La Roca”, tal como hace el propio Rey David en los Salmos. “Golpear la roca” alude al esfuerzo, a sudar “la gota gorda” y a actuar con la fuerza de los brazos.

 

Teniendo en cuenta todo esto, Hashem quería que Moisés le mostrara a todo el pueblo judío para la posteridad que no es su esfuerzo el que les posibilita los grandes logros sino su emuná. Si uno Le habla a “La Roca” entonces no le hace falta romperse la espalda bajo el sol ardiente rompiendo piedras todo el día con un mazo. Moisés, a pesar de toda su grandeza, no transmitió esta lección y al no hacerlo, fue castigado gravemente.

 

Que Hashem nos ayude a entender esta lección y que todos tengamos el mérito de hablarle a La Roca, a nuestra Roca y Salvación, a Hashem, todos los días de nuestras vidas. Amén!

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1. Jacqueline Gomez

6/16/2021

Hashem es mi roca, mi alto refugio, mi luz…lo amo🥰

2. Dananj esther

6/25/2020

Si me gusta mucho

3. Honorio

6/25/2020

Muy bien. Queda por fin aclarado el tema del castigo de Moisés por haber golpeado la roca. Era porque se supone que incurrió en trasgresión al no usar los nombres sagrados que poseia

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