El kiosquero – Parashat Devarim

La mayoría de la gente piensa que es humilde debido a que no hace alarde de lo que tiene. Pero de acuerdo con la Torá, la arrogancia es otra cosa...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 04.04.21

“Cuídate de no olvidar a Hashem, tu Dios… y tu corazón se vuelva arrogante y olvides a Hashem, tu Dios” (Deuteronomio 8:11-14)

 

Miguelito llegó a casa con el boletín del colegio. Lo mejor de todo eran sus notas “excelentes” en conducta y carácter. Según lo que había escrito la maestra, Miguelito era un excelente alumno – qué halago para sus padres!

 

Encantado, los padres de Miguelito le preguntaron qué premio quería. Miguelito, que vivía en una familia que favorecía los alimentos naturales, rara vez comía golosinas, fuera de algún dátil o alguna galletita de granola. “Por favor, mamá, papá, llévenme al kiosco de golosinas”.

 

“Bueno, Miguelito”, vamos a dejar elegir algún chocolate suizo extra fino”.

 

Muy alegres, entraron al kiosco, que tenía un riquísimo olor a chocolate, clavo de olor y canela. Los padres de Miguelito le contaron al kiosquero el trato que habían hecho con su hijo. Entonces los tres adultos llevaron a Miguelito a la sección del kiosco donde estaban los chocolates suizos y esperaron a ver cómo se llenaba los bolsillos con la mayor cantidad de chocolates posible. Sin embargo, Miguelito se quedó parado sin moverse, a pesar de todos los dulces que tenía enfrente.

 

Tras unos momentos de suspenso, el padre de Miguelito dijo: “Hijo, no tengas vergüenza. Toma todo el chocolate que quieras. Papá va a pagar”.

 

“Vamos, Miguelito”, añadió su madre.

 

“Estoy a tu servicio, Miguelito”, sonrió el simpático kiosquero.

 

 

Miguelito le dijo tartamudeando a su papá: “Papá, yo tengo las manos de un niño de siete años. ¿Cuántas tabletas de chocolate te parece que puedo sostener? ¿Tres o cuatro en cada mano? ¡Eso apenas me alcanza para una semana! El kiosquero dijo que está a mi servicio – entonces que él me ponga en los brazos todos los chocolates que pueda”.

 

Los tres adultos sonrieron. Miguelito extendió los brazos y el kiosquero lo cargó con varios chocolates rellenos de nueces, almendras y maníes, hasta que Miguelito ya no pudo sostener más…

  

***

 

En el versículo que hemos citado, que es una dura reprimenda, Moisés demuestra su rebosante amor por el Pueblo Judío. Él nos está diciendo que no conocemos el secreto del “Kiosquero”, que es Hashem. Olvidamos que Hashem nos provee el sustento y que al hacerlo, estamos renunciando a la enorme abundancia que Hashem, que no tiene limitación alguna, es capaz de darnos. En vez de confiar en que Él nos proveerá el sustento, tratamos de agarrar todo el “chocolate” que podemos con nuestras manitos de bebé y al hacerlo, perdemos toda la abundancia. Pero cuando depositamos nuestra confianza en el Kiosquero, Él nos da muchísimo más de que siquiera soñábamos recibir.

 

Moisés también nos enseña aquí la definición de lo que es arrogancia. La mayoría de la gente piensa que es humilde debido a que no hace alarde de lo que tiene. Pero de acuerdo con la Torá, la arrogancia es la actitud de aquel que piensa que él puede depender únicamente de sus propios esfuerzos y sus propios talentos. ¿Y por qué llegaron a ser así? Porque olvidaron a Hashem, pues Él solo es Aquel que nos da la salud, el sustento, y todo lo que tenemos en la vida, sin excepciones.

 

Por eso, si ustedes también quieren vivir la dulce vida, extiendan los brazos ante el Kiosqueros y estén seguros de que Él los llenará de abundancia, como jamás se hubiesen imaginado.

 

                                                                                                                                                                                                                                                  

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1. Lety

7/30/2017

Qué gran lección

Si es muy cierto … Decimos confiar …En Él Eterno pero cuando pasamos dificultades …no creemos que El Eterno siempre estará con nosotros por no hay nada fuera de Él ….

2. Lety

7/30/2017

Si es muy cierto … Decimos confiar …En Él Eterno pero cuando pasamos dificultades …no creemos que El Eterno siempre estará con nosotros por no hay nada fuera de Él ….

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