Las monedas dispersas

“Llamó (Vayikra) a Moisés. Vayikra le habló desde la tienda de la reunión. (Vayikra 1:1)

Moisés fue muy humilde. Por eso, no quiso escribir la palabra Vayikra en la Torá con una alef como la última letra. Vayikra significa "llamar" con la connotación de amor y alta estima. En cambio, Moisés quería escribir va-yikar, que significa “llamar” en el idioma de los plebeyos. Hashem le dijo a Moisés que lo escribiera con alef porque "tienes gran estatus ante Mí". Moisés tuvo que escribir a Vayikra con una alef porque Dios así se lo ordenó, pero lo escribió con una alef pequeña. Y así, encontramos en cada rollo de la Torá que la alef de Vayikra es pequeña (Meam Loez)

Una pareja pobre tenía una hija que de repente se quedó paralítica, Dios no lo quiera. La llevaron a algunos médicos locales, pero ninguno logró diagnosticar el problema, y mucho menos sugerir una cura. Al no tener otra opción, decidieron llevarla a Rabí Israel Baal Shem Tov, el legendario tzadik, obrador de milagros y sanador. Es cierto que realmente no creían en los cuentos de viejas y no creían que el rabino fuera capaz de realizar milagros, pero ¿qué más podían hacer?

Poco después, la pareja se enteró de que el Baal Shem Tov estaba visitando un pueblo cercano. Entonces pusieron a su hija paralítica en la parte trasera del carro y viajaron allí. Al llegar a la posada, se enteraron de que el Baal Shem Tov se hospedaba en una habitación en el segundo piso. Por supuesto, había una larga fila de personas subiendo las escaleras esperando reunirse con el Baal Shem Tov para obtener una bendición.

Finalmente, llegó su turno y llevaron a su hija paralítica a la habitación. Le entregaron al Baal Shem Tov un kvittel (nota) pidiendo una curación completa para su hija.

El Baal Shem Tov tomó la nota y dijo: "Antes de darles una bendición para la curación de su hija, espero recibir un rublo (equivalente a 100 kopeks)".

La pareja se miró y buscó en sus bolsillos. Lo único que pudieron encontrar fueron 27 kopeks. “Rabino, aquí hay 27 kopecks. Somos muy pobres y eso es todo lo que tenemos”.

El Baal Shem Tov tomó los 27 kopeks y los puso sobre la mesa. Luego dijo: "Lo siento, pero realmente no puedo ayudarla a menos que reciba un rublo".

Así que la pareja buscó en todos sus bolsillos y encontró otros 12 kopeks, o sea, un total de 39. “Rabino, por favor, tómelos. Pero eso es todo lo que tenemos ”, dijo el esposo.

El Baal Shem Tov extendió la mano y tomó los 12 kopeks y los puso sobre la mesa con los otros 27. Luego dijo: "Como dije, realmente no puedo ayudarte a menos que reciba un rublo".

"Pero rabino", suplicó la esposa, "eso es todo lo que tenemos. Por favor, dele una bendición. Estamos desesperados".

El Baal Shem Tov los miró y dijo: "Lo siento mucho, pero no puedo ayudarlos. Y en cuanto a estos 39 kopeks, no es suficiente ". En ese momento tomó las monedas de la mesa y las arrojó por las escaleras.

De repente, la hija se levantó de un salto y bajó corriendo las escaleras recogiendo las monedas dispersas a medida que avanzaba. El esposo y la esposa se quedaron boquiabiertos y entonces miraron al Baal Shem Tov, quien tenía una gran sonrisa en el rostro.

La pareja se dio la vuelta rápidamente y bajó corriendo las escaleras gritándose: "Vayámonos de aquí antes de que el rabino realmente piense que fue él quien la curó".

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Adaptado libremente de una historia escuchada directamente por Rav Shalom Ber Chaikin de Cleveland, Ohio.