Más allá de la lógica – Mishpatim

¿Qué te parece más lógico, no robar o no comerte una hamburguesa con queso? ¿Evitar dañar la propiedad de alguien o evitar usar una prenda con shatnez?

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Rabino David Charlop

Posteado en 07.02.21

 

¿Qué te parece más lógico, no robar o no comerte una hamburguesa con queso? ¿Evitar dañar la propiedad de alguien o evitar usar una prenda con una mezcla de lana y lino llamada shatnez? La respuesta a estas preguntas es la base de una de las creencias más básicas en la Torá.

 

Hay dos categorías básicas de mitzvot (mandamientos): una llamada Mishpatim (estatutos legales) y la otra, Jukim (leyes sin una razón aparente). En la primera categoría se incluyen todas aquellas mitzvot relacionadas con las leyes entre el hombre y su prójimo, o sea, todas las pautas y prohibiciones necesarias, incluidos el asesinato, el robo, etc. En la segunda categoría se encuentran las leyes que no tienen una razón aparente, como, por ejemplo, no cocinar carne con leche, no arar con dos animales de diferentes especies, etc.

 

¿Por qué cumplimos las leyes llamadas jukim? La respuesta es muy sencilla: porque eso fue lo que el Creador del universo nos ordenó en el Monte Sinaí cuando nos dio la Torá. Las jukim tienen razones profundas y místicas pero, a un nivel básico, desafían la lógica humana. Y ¿por qué mantenemos mishpatim? La respuesta también parecería sencilla. Si no hubiera leyes que dictaran reglas básicas para la sociedad, entonces la humanidad no podría funcionar. Pero, ¿hay algo más que no estamos entendiendo acerca de estas dos categorías de mitzvot?

 

En el pasado hablamos tanto del error de Adán al comer el fruto como de la rectificación de su pecado por parte de Abraham. Resumamos algunas de estas ideas.

 

Entre los componentes más esenciales de este mundo está el libre albedrío. A menudo, existe una tensión entre lo que Hashem nos dijo que hiciéramos y lo que queremos hacer. A Adán se le ordenó no comer del árbol y, en lugar de acatar la voluntad Divina, eligió seguir su propia lógica y comer del fruto prohibido. Este error tuvo efectos devastadores en toda la Creación. Su castigo de ser enviado fuera del jardín simbolizaba un distanciamiento real y figurativo de Hashem.

 

Aproxidamente dos mil años después, Abraham entra en escena. En su prueba final y más difícil, Hashem le ordenó que sacrificara a su amado hijo, Isaac. Abraham también tenía dos opciones. La primera: no sacrificar a Isaac, lo cual era lógico por una serie de razones. La segunda: presentar a su hijo como ofrenda a Hashem. Al demostrar su disposición a sacrificar a Isaac y escuchar a Hashem a pesar de las razones en contrario, Abraham corrigió el error cometido por Adán.

 

Abraham anhelaba ser el padre de un pueblo que temería, amaría y seguiría el mandato de Hashem incluso si no entendían completamente las razones ocultas detrás del plan Divino. En la parashá de esta semana, cuando Hashem le ofreció la Torá al pueblo judío, estos dijeron la famosa frase "Naase ve-nishma" (haremos y escucharemos). Es decir, seguiremos las mitzvot implícitamente aunque no entendamos la lógica de su cumplimiento. Estas palabras abrieron las puertas celestiales a una conexión eterna entre Hashem y nosotros.

 

El Talmud nos dice que alguien a quien se le ordena hacer una mitzvá y la cumple es más grande que alguien a quien no se le ordena realizar una mitzvá y la cumple. Esto puede parecer difícil de entender. Una explicación que he escuchado de algunas fuentes es que si hago una mitzvá porque Él me lo ordena, me estoy enfocando principalmente en la voluntad Divina. Sin embargo, si hago una mitzvá porque quiero hacerla, entonces la motivación se limita a mi comprensión finita. La definición de una mitzvá es hacer algo y conectarse con la voluntad Divina. O sea que si hago el acto porque me lo ordenan, me estoy conectando con una fuente espiritual mucho más elevada.

 

¿Por qué no comemos hamburguesas con queso? Porque, con un amor infinito, Hashem nos dio Su Torá y nos dijo lo que Él quiere y lo que no quiere

 

Somos muy afortunados de poder anular nuestra voluntad ante la verdad y la belleza de la voluntad de Hashem, la Torá. Los Mishpatim (estatutos) de la parashá de esta semana son otra revelación de la Torá de la Vida que nos da una conexión eterna con nuestro Padre Celestial. Dios quiera que siempre sepamos valorar el regalo de todas las mitzvots, tanto mishpatim como jukim, y entendamos que ambas son un regalo de Hashem al pueblo judío para obtener bendiciones tanto en este mundo como en el próximo.

 

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