Piedad con sentido común – Shemot

Nuestros sabios enseñan que lo que el ojo ve, el corazón lo desea. Y viceversa

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 03.01.21

"Él vio su sufrimiento, y vio a un egipcio arrebatando a un hebreo de sus hermanos…" (Éxodo 2:11).

 

Rashi, comentando el pasaje anterior, dice que Moisés “dio sus ojos y su corazón” para sentir el sufrimiento de sus hermanos. “Dar sus ojos” es lo contrario a proteger sus ojos. Vale decir, Moisés abrió los ojos de par en par para ver el sufrimiento de sus hermanos. En lo que refería a la angustia de su pueblo, Moisés no se apartó, sino que miró, sintió su dolor e hizo lo que pudo para ayudar. Moisés nos muestra lo que es la verdadera piedad: la piedad con sentido común, la piedad que no es a expensas de una persona necesitada. Moisés cuidaba impecablemente sus ojos, pero los abría cada vez que necesitaba realizar una mitzvá con ellos.

 

Rabí Najman de Breslev se refiere a dos aspectos de lo que se denomina “cuidar los ojos” (shemirat einaim): la persona debe tener cuidado de evitar ver cualquier cosa que le esté prohibido ver, porque la Torá ordena que no dejemos que nuestros ojos se desvíen. Nuestros sabios enseñan que lo que el ojo ve, el corazón lo desea. Y viceversa: lo que el ojo no ve, el corazón no lo desea. El que guarda sus ojos evita que su corazón y su mente se impurifiquen con todo tipo de pensamientos lujuriosos. Así como la Torá yuxtapone los ojos y el corazón, Rashi da testimonio del verdadero nivel elevado de la piedad de Moisés, en el sentido de que pudo usar sus ojos y su corazón para ayudar a sus hermanos. Este nivel de piedad auténtica junto con el sentido común es lo que convirtió a Moisés en el líder de nuestro pueblo.

 

El segundo aspecto de cuidar los ojos es evitar mirar las locuras de este mundo con sus comodidades y tentaciones físicas. Moisés también sobresalió en esta área, porque al final de sus días, logró estar de pie ante toda la Congregación de Israel y declarar que nunca tomó nada de nadie.

 

Moisés nos enseña que hay momentos en los que debemos abrir los ojos. La Torá dice explícitamente, cuando se refiere a una persona necesitada, “No la ignorarás”. No podemos ver a una persona cayendo al suelo por lo pesado de su carga, y entonces cerrar los ojos y decir que no vimos nada. Aquel que ignora a una persona que necesita ayuda es culpable de lo que Rashi llama, "enterrar los ojos y abstenerse de salvar a una persona". Esto es lo que la Guemará llama el “idiota piadoso”, que deja que una mujer se ahogue en el río porque “él no mira a mujeres”. Evidentemente, “enterrar los ojos” y abstenerse de cumplir el mandamiento sagrado de “pikúaj nefesh” – salvar una vida humana – muestra que la supuesta piedad de esa persona carece de todo sentido común. El Tosafot agrega la historia de una persona que vestía tefilín y rezaba Shajarit mientras un niño pequeño se estaba ahogando; el insensato dijo: “salvaré al niño apenas me quite los tefilín”. Pero cuando se quitó los tefilín, ya era demasiado tarde.

 

No hace mucho, una persona iba caminando por el concurrido mercado al aire libre en el barrio Mea Shearim de Jerusalén. De repente, vio una bolsa de plástico de aspecto sospechoso con cables eléctricos que sobresalían de ella tirada en un bote de basura frente a una de las tiendas. Inmediatamente esta persona llamó a la policía. En resumen, un terrorista había colocado una bomba que habría mutilado a decenas de personas. Este individuo alerta y piadoso, y con mucho sentido común, ayudó a prevenir un desastre.

 

Cuando abrimos el corazón y ojos a las necesidades de los demás, Hashem satisface todas nuestras necesidades.

 

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1. yo

1/10/2021

Gracias por todos los esfuerzos que ustedes en Breslev, hacen siempre para hacernos llegar toda la preciosa enseñanza!!🌟

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