Revisión de la realidad – Vaera

¡Ahora verás lo que haré! ¿Quieres ver la redención? Pues verás la redención, y luego te arrepentirás de haber cuestionado Mi proceder

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Rabino Pinjas Winston

Posteado en 10.01.21

Dios le habló a Moshé y le dijo: Yo soy Hashem (Shemot 6: 2)

 

Esta declaración aparentemente tan simple lo dice todo; dos palabras hebreas (Ani Hashem) que literalmente lo dicen todo.

 

Para aquellos que lo han olvidado, la parashá de la semana pasada terminó con la pregunta de Moshé a Dios, en traducción libre:

 

"¡¿Acaso llamas a ESTO “redención”?! ¡Desde que fui al Faraón, el sufrimiento del pueblo judío ha aumentado, no disminuido!"

 

A lo que Dios le respondió:   

 

"¡Ahora verás lo que haré! ¿Quieres ver la redención? Pues verás la redención, y luego te arrepentirás de haber cuestionado Mi proceder, porque ¡YO SOY HASHEM!"

 

¿Qué quiso decir Do-s con esta declaración? ¿Por qué reprendió a Moshé invocando Su sagrado Nombre de cuatro letras?

 

Cuando se trata de creer en Tanaj (Torá, Profetas y Escritos), hay básicamente tres grupos (con algunos tonos de gris en el medio). Están los que creen que los acontecimientos de la Torá nunca ocurrieron, que es una colección mítica de escritos sin una base real en la realidad. Ellos se sienten libres de guiar la historia como mejor les parezca.

 

Están también los que creen que el Tanaj trata sobre hechos reales que alguna vez ocurrieron. Según ellos, la sabiduría del Tanaj es apropiada para todas las generaciones, pero no sin algún tipo de ajuste a fin de alinear el pensamiento bíblico con el pensamiento moderno.

 

Y después está el tercer grupo, o sea, el que está esperando su momento y, a menudo, a los ojos del mundo occidental, aparece como un grupo de inadaptados sociales. No parecen ansiosos por integrarse de todo corazón en la sociedad occidental. Es cierto que pueden involucrarse en la vida cotidiana y "jugar el juego" hasta cierto punto, pero algo en este grupo le da a uno la impresión de que ellos creen más en los días bíblicos que en los días actuales.

 

La diferencia entre cada grupo es como la diferencia entre la noche y el día. El primer grupo solo conoce su propia versión personalizada de la vida, y nunca mira hacia atrás. La vida es para vivir, y vivir es para maximizar el placer en este mundo, porque, según ellos creen (y esperan no equivocarse), no hay nada que valga la pena después.

 

El segundo grupo camina con un pie en cada mundo. Mientras luchan por mantener una posición firme y beneficiosa en este mundo, también tratan de permanecer conectados a un plano más elevado y espiritual. Esto es muy agotador y además implica muchos compromisos; tantos, de hecho, que a menudo pierden claridad sobre qué es compromiso y cuál es verdaderamente el camino verdadero a seguir.

 

El tercer grupo lucha por mantenerse bien firmes en la realidad de Dios. Saben que sólo estamos "pasando por" este mundo. Son los que se llaman "temerosos de Dios".

 

El objetivo es que toda la humanidad vea la realidad como Dios la ve y viva de acuerdo con esa visión. La creación solo vale la pena para Dios cuando la humanidad está cumpliendo su razón de existir. De lo contrario, Dios entra en la historia y "rectifica" la historia, es decir, hace algo dramático, algo muy dramático, para alinear el pensamiento del hombre con el Suyo.

 

Todo esto está implícito en la frase, "YO SOY HASHEM" que Dios usó con Moshe Rabenu. El nombre de Dios, "Hashem", es otro nombre para la visión de la realidad de Dios, e invocarlo aquí con Moshé era otra forma de revelarle lo que venía, como si dijera:

 

"Moshe, te estás quejando sólo porque miras el mundo a través de los ojos de tu propia realidad subjetiva personal. Sin embargo, el que te habla es HASHEM. Y el resultado será una nación judía liberada y un opresor egipcio diezmado.

 

Y citando el Talmud: Eso será también lo que ocurrirá en los días del Mashíaj (Sanedrín 111a).

 

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