Socios en la Creación

En la parashá de esta semana se nos informa de la prohibición de erigir un tipo de altar llamado matzevá

3 Tiempo de lectura

Rabino David Charlop

Posteado en 16.08.20

Rara vez en la Torá se nos dice lo que Hashem "aborrece". En la parashá de esta semana se nos informa de la prohibición de erigir un tipo de altar llamado matzevá. El versículo luego nos informa que es algo que "Hashem tu Di-o aborrece". ¿Qué tiene de terrible este altar? Además, la Torá nos ordena construir un tipo de altar llamado Mizbéaj como parte del Santuario. Este tipo de altar (Mizbéaj) es digno de alabanza, mientras que el otro (matzevá) está prohibido. ¿Por qué hay una diferencia tan sustancial entre estos dos tipos de altares? Finalmente, nuestro antepasado Jacob construyó diferentes tipos de altares durante su vida, siendo el primero de ellos una matzevá. Pero si Hashem aborrece este tipo de estructura, ¿por qué Jacob construyó una?

 

Es interesante notar que, en una época posterior de su vida, Jacob terminó haciendo un Mizbéaj. Intentaremos explicar por qué se produjo este cambio.

 

La respuesta a estas preguntas se basa en las ideas del gran líder judío alemán del siglo XIX, el rabino Samson Raphael Hirsch. ¿Cuál es la diferencia entre una matzevá y un Mizbéaj? La matzevá es un altar de piedra único, a diferencia del Mizbéaj, que está hecho de muchas piedras. Esta simple diferencia contiene un profundo simbolismo.

 

En la época de nuestros Patriarcas, la humanidad básicamente desconocía la existencia de Hashem. La idolatría y el paganismo eran algo natural. Nuestros grandes antepasados, Abraham, Isaac y Jacob, pasaron su vida enseñando y difundiendo la creencia en un solo Dios. La idea de que toda la naturaleza estaba unificada y emanaba de una sola fuente, Hashem, estaba simbolizada por la matzevá de una sola piedra. La conciencia de esa unidad fue un gran avance para la humanidad y, en ese momento, el símbolo correspondiente de la unidad de la vida, el matzevá, fue amado por Hashem.

 

Esta idea fue primordial hasta el momento de la entrega de la Torá. En ese momento, el pueblo judío fue llamado a vivir una vida que no solo revelara la unicidad de Hashem en la naturaleza, sino que se demostraría al convertirse en socios de Hashem en la construcción de un mundo ideal. A partir de ese momento, se convertiría en la tarea del pueblo judío vivir y enseñar al mundo no solo la existencia de un  Creador, sino también el desafío y la responsabilidad de la humanidad en la creación de este mundo perfecto. Este concepto está simbolizado en el Mizbéaj de piedras múltiples.

 

En la época de los Patriarcas, el concepto de matzevá de una sola piedra sirvió para crear una conciencia que se utiliza para despertar al mundo de su paganismo erróneo y desarrollar una conciencia de la verdad de la realidad, que Hashem está detrás de todo y unifica toda la existencia. Sin embargo, una vez que nos convertimos en la nación  de la Torá en el monte Sinaí, esta conciencia fue insuficiente. A partir de ese momento, nuestra participación humana se volvió esencial para lograr la perfección de este mundo.

 

Esta transición también quedó simbolizada en la vida de Jacob. Antes de viajar a la casa de Labán para casarse y formar una familia, su enfoque estaba en difundir el mensaje de Abraham e Isaac, vale decir, que hay un único Creador, Hashem, Quien está involucrado en todo lo que sucede y dirigiendo toda la creación. Después de casarse y regresar a la tierra de Israel con la familia que sería la base del pueblo judío, su misión cambió. Ahora, su responsabilidad y la de su familia sería trabajar juntos para formar una sociedad que reflejara la verdad, la santidad y la luz Divina en este mundo. Por eso, construyó un altar de una piedra, una matzevá, antes de irse de Israel, pero a su regreso, levantó una estructura de varias piedras, o sea, un Mizbéaj.

 

Necesitamos apreciar el increíble privilegio de convertirnos en socios en la Creación, para construir, metafóricamente, un altar de piedras múltiples en el que cada persona contribuya con sus dones únicos a la rectificación del mundo. Con esta visión, esperamos utilizar todas y cada una de las oportunidades que se nos presenten para contribuir con nuestros talentos al mundo entero y convertirlo en un lugar verdaderamente Divino.

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario