Torá real, amor real – Kedoshim

Mucha gente estudia Torá, pero cómo podemos saber cuál va por el camino correcto? Acá les pasamos el examen….

3 Tiempo de lectura

Rabino Lazer Brody

Posteado en 17.03.21

Y amarás a tu prójimo como a ti mismo

 

Un soldado romano fue a ver a Hilel y le dijo que se iba a convertir al judaísmo si el anciano rabino le enseñaba toda la Torá parado en una sola pata. Hilel aceptó el reto y le dijo así: “No le hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti mismo; esa es toda la Torá – el resto es comentario”.[1]

 

¿Por qué Hilel usó la frase negativa “No hagas” con el soldado romano? Vemos que Rabí Akiva usó un enfoque positivo con sus alumnos cuando dijo prácticamente lo mismo:  “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ese es un gran principio de la Torá”.[2] En otras palabras, la Torá está basada en un principio positivo.

 

La respuesta es muy simple. Hilel le estaba hablando a un individuo que todavía no se había convertido y que todavía no había probado el sabor de la Torá.  El soldado romano no contaba con las herramientas para captar el significado del verdadero amor, la conexión altruista y absolutamente abnegada entre las almas que nos exige la Torá. El soldado romano podía entender con facilidad que si golpeas a alguien, esa persona te va a devolver con la misma moneda. Por eso, si no quieres que te aplasten el cráneo, no vayas por ahí dando vueltas rompiendo cráneos. Esto es un requisito básico para cualquier sociedad organizada, pero está muy lejos de ser lo que la Torá exige en un precepto positivo de amar al prójimo tal como te amas a ti mismo, tal como el Rabí Akiva les enseñó a sus alumnos.

 

Todavía nos queda una pregunta sin responder acerca de la respuesta que le dio Hilel al soldado romano. Toda la Torá es luz Divina. Alguien que estudia la Torá como es debido merece la iluminación Divina, tal como afirma el Rey Salomón: “La sabiduría de la persona le ilumina el rostro”.[3] Rabí Najman enseña que la sabiduría con la capacidad de iluminación es la sabiduría Divina de la Torá.[4] No hay nadie que ame a la humanidad más que Hashem.  Por lo tanto, la prueba de que uno estudia Torá de la forma debida es si ama a su prójimo o no.

 

De esta manera, podemos entender a Hilel. En otras palabras, si estudias las leyes de Shabat, Tzitzit, tefilín, kashrut o cualquier otro precepto de la Torá, y tu intención es estudiar para cumplir con Su voluntad y acercarte a Él, y no por algún motivo egoísta, entonces automáticamente empiezas a amar incondicionalmente a tu prójimo, porque tú reflejas la luz Divina de la Torá que has aprendido. Esta es la mejor prueba de que estás estudiando Torá pro amor a Hashem, o sea, lishmá.

 

Por lo tanto, tenemos un barómetro muy efectivo para indicar si el estudio de la Torá es lo que debe ser o no.

 

Rabí Najman dice en forma explícita [5] que cuando la gente sufre de odio infundado, entonces hablan mal los unos de los otros. Esto tiene sentido, porque el odio infundado y las malas lenguas son ambas transgresiones de la Torá, y nuestros Sabios dijeron: “Una transgresión trae la otra”.[6] Y cuando uno habla las malas lenguas, parece un payaso. Y el payaso es lo opuesto a un sabio de la Torá. Dos personas pueden estudiar Torá, pero el verdadero estudioso ama a la humanidad mientras que el otro se vuelve un tonto arrogante que se burla de los demás. Es muy alarmante pero es cierto.

 

En síntesis: el real estudio de la Torá nos lleva a la unidad y al amor del uno por el otro. Eso es lo que necesitamos para traer al Mashíaj muy pronto!

 


[1] Shabat 31ª.

[2]

[3] Eclesiastés 8:1

[4] LIkutey Moharan I:1

[5] Sefer Hamidot lashon hara 6.

[6] Avot 4:2.

 

 

Escribe tu opinión!

1. Carlos Cruz Vazquez

4/03/2022

Gracias Rav por la enseñanza de vida que Ashem lo bendiga y le siga dando mucha sabiduría

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario