Un email a Hashem – Parashat Tazría

El cirujano entró a la habitación de David justo cuando se le estaba pasando el efecto de la anestesia.

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

David era la clase de hombre responsable y con los pies en la tierra por el que todos en la comunidad tenían respeto. Había egresado de la yeshiva y tenía una mente brillante. Se había recibido de contador y ganaba un muy buen sueldo. Estaba casado y tenía seis hijos. En síntesis: un tipo con éxito…

 

Pero a pesar de todo, David sentía que le faltaba algo en la vida. No sólo anhelaba con estudiar más Torá sino también con llegar a ser un tzadik. Quería ser un mártir pero entonces se daba cuenta de que eso iba a causar un tremendo sufrimiento a su familia. Quería ser un filántropo a gran escala, pero no tenía todo ese dinero. Sin embargo, soñaba con poder ser un gran tzadik. ¿Qué hizo?  Decidió enviarle un email a Hashem:

 

A: El Santo Bendito Sea

 

De: David Klein, contador público

 

Asunto: Mi deseo de ser un verdadero tzadik

 

 

Amo del universo: no tengo dudas de que Tú has de responder mi sincero pedido. Por favor dime cómo puedo convertirme en un verdadero tzadik. Con eterna gratitud, David hijo de Rajel.

 

No habían pasado doce horas cuando David recibió un email de Hashem@tronocelestial.com. El mail era breve y conciso:

 

Amado hijo, haz teshuvá – arrepiéntete sinceramente – por alguna de las veces que hablaste mal de alguien. Para más ayuda, haz clic en el enlace aquí abajo, el cual te dará acceso a tu base de datos Celestial de actos no rectificados…

 

En realidad, David se quedó un poco desilusionado. ¿Eso es todo lo que hace falta para convertirse en un tzadik? Rectificar una sola transgresión y BUM ahora eres un tzadik? Además, no recordaba haber calumniado a nadie. Pero qué sorpresa se llevó cuando hizo clic en el enlace y descubrió que tenía 22.360 transgresiones no rectificadas en el campo de las malas lenguas! A la edad de 44 años, con 31 años desde que celebró su bar mitzva, esto equivalía a un promedio de dos transgresiones diarias. Sin embargo, de las 22.630 transgresiones, Hashem quería solamente que rectificara una!

 

David hizo clic en una de las transgresiones más recientes, apenas cinco años antes, y que no daba la impresión de ser demasiado grave. David descubrió que había escuchado a un cliente quejándose de la incompetencia profesional de uno de sus colegas. Sin tener mala intención, cuando después escuchó el nombre de ese colega en una charla de negocios, David dijo: “Ah sí… uno de mis clientes solía trabajar con él. Al parecer, le hizo problemas, así que lo dejó a él y vino conmigo”.

 

Haciendo clic en otra lista, David descubrió que, hasta la fecha, la historia de la incompetencia de su colega se había difundido a 139 personas diferentes. Ahora se enfrentaba a dos alternativas: o bien le informaba a su colega el daño que le había causado o bien enviaba un email a cada uno de las 139 personas, tratando de convencerlas de que la historia no era cierta y que se arrepentía enormemente de haberla escuchado y haberla repetido. Les escribió un mail muy sentido pero las respuestas que recibió no fueron tan simpáticas:

 

“Elimíname de tu malvada lista de distribución”.

 

“No te hagas ahora el santurrón – yo sé que Fulano es una porquería de persona…”

 

“¿Ahora, cinco años después, te acordaste de salvarle el rostro…?  ¡Hace ya rato que abandonó su práctica!!”.

 

David se dio cuenta bastante rápido que hacer teshuvá por un solo desliz de la lengua no era tan fácil como había pensado. Ahora entendía por qué Hashem le había dicho que rectificar una sola transgresión podía ameritarle el título de tzadik…

 

El cirujano entró a la habitación de David justo cuando se le estaba pasando el efecto de la anestesia. “Tengo buenas noticias para usted, señor Klein. Le hemos quitado todo el tumor que tenía en la espalda. Era profundo pero era benigno. Muy pronto va a poder ponerse de pie…”.

 

Guau… qué sueño había tenido en el quirófano, pensó David. Y se acordó de lo que dice la Parashat Tazría: “Cuando una aflicción leprosa ataque a una persona” (Levítico 13:9). Nuestros Sabios nos dicen que aunque hoy no existe más la lepra, los problemas de piel suelen aludir a una falta en este ámbito. “Tal vez sea por eso que me salió ese tumor en la espalda… Gracias, Hashem, que no era maligno. Por favor ayúdame a aprender las leyes del buen hablar y a observarlas como es debido!”.

 

Nosotros también podemos mandarle emails a Hashem – lo único que hay que hacer es una hora diaria de plegaria personal. ¡Te vas a sorprender con la rapidez  que te van a responder desde tronocelestial.com!

 

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1. Nancy

10/14/2019

En la vida cada detalle cuenta…quieres ser zadik o realmente conocer tu mision en la tierra la cual es CONOCER A HASHEM. PUEDES SER UN ESTUDIOSO DE LA TORA Y NO CONOCER A FONDO A HASHEM O PUEDES SER ANALFABETA Y PRACTICAR LA VERDADERA EMUNA Y CONOCER COMO HASHEM SE MUESTRA EN CADA RESPIRO DE VIDA…NO IMPORTA LO QUE HAGAS…DESCUBRE AL ETERNO EN CADA INSTANTE ESO SI RECUESTATE DE LADO PORQ ERES UNICO E IRREPETIBLE, NO HAY DOS CADA UNO ES UNA HIJA DEL REY

2. Breslev Israel

4/13/2015

no entendiste

No entendiste. Esto es una forma de decir, una expresión humorística- no es que exista en verdad uמa página con ese nombre. Pero tienes que saber que el concepto de Trono Celestial es absolutamente judío. En hebreo se llama Kisé HaKavod.

3. Breslev Israel

4/13/2015

No entendiste. Esto es una forma de decir, una expresión humorística- no es que exista en verdad uמa página con ese nombre. Pero tienes que saber que el concepto de Trono Celestial es absolutamente judío. En hebreo se llama Kisé HaKavod.

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