Tras las líneas enemigas – Vaetjanán

Por qué Hashem dispersó al pueblo judío entre las naciones, víctima de persecución y discriminación?

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 04.04.21

“Y Hashem los dispersó entre las naciones…” (Deuteronomio 4:27)

 

Las fronteras constantemente estallaban. Incesantes bombardeos y ataques terroristas atormentaban el reino. El rey sabía que si no derrocaba al tirano que había tomado el poder en el país vecino, jamás gozaría de paz y tranquilidad. La vida no podía continuar así.

 

Como si todo eso no fuera suficiente, el enemigo secuestró al hijo del rey en una incursión nocturna. Eso ya fue la gota que colmó el vaso…

 

Si el rey quería volver a ver con vida a su hijo, tenía que declarar la guerra. Pero el enemigo era feroz. Los asesores militares del rey estimaban que incluso un triunfo costaría las vidas de miles y miles de personas, tanto civiles como militares. Y mejor no pensar lo que pasaría si perdían la guerra…

 

Con su brillante mente, el rey les dijo a sus asesores: “¿Para qué arriesgar las vidas de miles y miles de personas? Si le cortamos la cabeza a la serpiente, esta muere. Liquidemos solamente al tirano y una vez que él se haya muerto, subirá la democracia en el país vecino y nuestro mejor comando, el mismo que enviaremos tras las líneas enemigas, va a liberar al príncipe”.

 

El mejor comando fue convocado para la dramática misión de rescate. Iba a tener que enfrentar numerosos peligros. En varias ocasiones, casi pierde la vida. Sufrió heridas y golpes imposibles de describir con palabras. Pero al final cumplió con ambas misiones – acabó con el tirano y liberó al príncipe.

 

***

Por qué Hashem dispersó al pueblo judío entre las naciones, sometiéndonos a persecución, discriminación y un exilio interminable? ¿Acaso eso es lo que nos convierte en el “pueblo elegido”? ¿Acaso la Diáspora es una señal de amor de Hashem a nosotros? ¿Cómo es posible?

 

Los clásicos kabalistas nos enseñan que el exilio y la Diáspora no son un castigo para el pueblo judío, sino una misión sagrada. Los kabalistas enseñan que una vez que Adán y Eva pecaron, el bien y el mal se entremezclaron y las chispas de Luz Divina quedaron dispersas por todo el mundo. La tarea del pueblo judío es por lo tanto doble: primero, hacer lo que se llama “birur” – tamizar lo bueno de lo malo. Y segundo, elevar las chispas Divinas desde los abismos de la impureza, adonde están ocultas. A fin de llevar a cabo esta misión, deben  ir “tras las líneas de los enemigos” igual que el comando de la parábola. Debem sufrir persecución y exilio, no como castigo, sino como una misión sagrada que el Rey de Reyes les asignó.

 

Teniendo en cuenta lo antedicho, mi querido maestro, el Rabino Shalom Arush enseña que los judíos que viven fuera de Israel tienen una sagrada misión que cumplir a fin de traer paz y tranquilidad al mundo y devolver al “príncipe” a Hashem. Al igual que los comandos de la división élite, tanto en Israel como en el extranjero, todos tenemos la solemne tarea de difundir la emuná dondequiera que vayamos. Esta es nuestra misión en la tierra. Por eso, desde acá los invito a todos a difundir libros y CDs allí donde se encuentren.

 

Y que todos juntos podamos recibir al santo Mashíaj aquí en Jerusalén, muy pronto en nuestros días. Amén!

 

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1. Palmira

10/17/2019

Palabras llenas de reflexion y luz. Cuanta verdad. Estamos dispuestos a llegar siempre mas alla xq nuestro espiritu siempre tiene la fuerza que nuestro Padre celestial ha puesto en nosotros. Rendidod a su voluntad. Todo para su gloria eterna

2. Nancy

9/18/2019

Necesaria es la Diáspora y el exilio de las Tribus de Israel para derrocar el espíritu Tirano y lograr con tantísimas pruebas en la trinchera de la vida, EMUNA, HASTA QUE MESIAS RETOME SU TRONO Y VIVIMOS EN EL JARDIN DE LA FE Y DE LA PAZ…

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