¿Por Qué No Obedecen?

Educación, sí; tiranía e insulto, ¡no! Los niños son mucho más inclinados a escuchar a lo que un padre tiene que decir, cuando ellos saben que el padre los trata con dignidad...

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 06.04.21

Educación, sí; tiranía e insulto, ¡no! Los niños son mucho más inclinados a escuchar a lo que un padre tiene que decir, cuando ellos saben que el padre los trata con dignidad.

En la mayoría de los casos, los niños no solo se parecen a sus padres – ellos actúan como sus padres. Los sabios Talmúdicos dieron en el blanco cuando dijeron, "los actos de los padres dan el camino a los hijos", en otras palabras, los hijos se conducen según las acciones de sus padres, y no necesariamente por el camino de los sermones de sus padres.
 
Probablemente la pregunta más trillada que recibo de padres – ya sea por teléfono, vía E-mail, o en la calle – es, "¿Qué debo hacer para que mi hijo me obedezca?" Otros comentarios de los padres incluyen, "no puedo entender por qué mi hijo no abre un libro," o "mi hija rechaza vestirse modestamente, y está completamente insolente en los últimos tiempos." Estas voces son más que familiares a muchos de nosotros.
 
Mi respuesta es doble: Primero, asegúrese que usted es un buen ejemplo personal para lo que usted quiere enseñar a su hijo; segundo, preserve la dignidad de su hijo.
 
Ejemplo de los padres
 
Los gritos no sirven para ningún objetivo. Los castigos físicos son aún peores. En el momento que un padre levanta su voz o la mano con cólera, ha perdido el control, justamente como un hombre que se está ahogando en el mar, gritando y salpicando mientras trata de mantenerse a flote. Los padres furiosos son tan ineficaces como una persona que se está ahogando.
 
Los padres que sirven como ejemplos personales nunca tienen que gritar o amenazar. Cuando los padres hablan con amor y respeto uno al otro, sus niños harán lo mismo. Cuando un padre reza con fervor, su hijo también buscará la unión con el Todopoderoso. Pero, cuando un padre es un hipócrita o un mentiroso, su hijo no escuchará ni una palabra que el padre le dice. Los niños aman la rectitud y la verdad, ya que ellos se sienten más seguro en un ambiente honesto.
 
Los padres que dirigen una casa materialista, miden el éxito y el valor de la gente y de las cosas con dólares, no pueden esperar que sus hijos sean espirituales. Si un padre mete su cabeza en el diario de la mañana, no tiene ningún derecho moral de exigir que su hijo ame el estudio del Talmud.
 
Los hijos son los espejos de sus padres; por eso en el pensamiento Jasídico de Breslev, siempre cuando tenemos un problema con un niño, no reprendemos al niño hasta que primero realizamos un examen de conciencia intensivo y extenso dentro de nosotros mismos. Por lo general, una vez que corregimos nuestras propias carencias y malas acciones, entonces el comportamiento de los hijos vuelve directamente a su lugar. "los actos de los padres dan el camino a los hijos" – no hay ningún mejor modo de educar a los hijos que el ejemplo personal de los padres.
 
La dignidad de un niño
 
Acuerdate de esta regla importante: Un hueso roto se cura mucho más rápido que un corazón quebrado. Esta regla es especialmente correcta con los hijos. He visto niños valerosos recibiendo la sutura de una herida sin ayuda de anestésico, no emitieron el más pequeño quejido. Sin embargo, ese mismo niño podría perder completamente su equilibrio emocional cuando es brutalmente insultado por sus padres.
 
Contrariamente a la opinión popular,
nuestros hijos no son nuestros; ellos son almas Divinas y preciosas que por la gracia del Todopoderoso nos han sido confiadas en depósito, para educarlos hasta que ellos sean lo bastante grandes para arreglarse solos. Los niños no son nuestros criados, y seguramente no nuestros esclavos. Las tareas que les damos en la casa deberían formar parte integrante de su educación – nuestra ayuda es prepararles para la vida – y no para disminuir nuestros gastos de trabajo doméstico o del jardín.
 
Según la ley judía, se requiere que hablemos a nuestros niños con el mismo respeto con que hablaríamos a cualquier forastero adulto. Tal como tenemos la obligación de proteger el estado físico de nuestros hijos, tenemos también la obligación de proteger su salud emocional. Padres que carecen de formación, conocimiento, o conciencia de la apropiada educación de los hijos según los estatutos de la Torá, son a menudo las causas principales de las dificultades emocionales de niños. Uno puede ser un padre estricto y un buen partidario de la disciplina estricta, sin atacar la dignidad del niño. Al contrario, un niño que sabe que es amado, respetado y tenido en alta estima, cumplirá fácilmente la voluntad de los padres. Un niño que vive bajo un reinado de tiranía se rebelará en la primera oportunidad.
 
Educación, sí; tiranía e insulto, ¡no! Los niños son mucho más inclinados a escuchar a lo que un padre tiene que decir, cuando ellos saben que el padre los trata con dignidad. Aun más, no hay ninguna regla Halájica de menosprecio a los propios hijos, Di-s no lo permita. Los niños menores de trece años no tienen, según la ley judía, la autoridad para perdonar. Por lo tanto, cualquier abuso verbal – y ni que decir, el abuso físico – de un padre contra su hijo es un pecado que hasta Yom Kipur (el Día de la Expiación) no puede expiar.
 
En conclusión, deberíamos tratar a nuestros hijos como dignatarios en miniatura, como si el Rey confió a Su propio pequeño hijo a nuestro cuidado. ¿Sabes qué? ¡Esto es exactamente lo que ellos son – los propios hijos pequeños del Rey!

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1. Everly Huanca Ramírez

6/24/2021

Gracias a esta lectura, reflexióne cómo debo tratar a mi pequeña princesa Naomi de tres añitos

2. Reyna de Ortiz

5/04/2021

Un artículo con mucha sustentación. Excelente forma de ayudar a abrir los ojos a un mejor trato.

3. Johan

4/25/2021

Todah rabah a al creador del universo. Pura emeh.

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