Rebelión de los Adolescentes

Todas las formas de comportamiento de nuestros hijos son dirigidas por el Creador.  Él ansía nuestras plegarias y desea que nosotros, los padres, recurramos a Él con los “problemas” de nuestros hijos…

La Rebelión de los Adolescentes

De acuerdo con el Rabino Shalom Arush, autor del gran éxito “En el Jardín de la Fe”, la mejor forma de encarar a tu hijo adolescente es haciendo todo lo posible por mantener una relación pacífica y afectuosa con él, a toda costa. ¿Qué quiere decir “a toda costa”? El Rabino Arush explica que incluso si él se “rebela” contra tus creencias y tus valores más preciados, lo principal es que mantengan una relación de paz y afecto.

La pregunta es ¿de qué manera los padres pueden alcanzar este nivel? Por cierto que el Rab Arush no está predicando que abandonemos nuestro papel de educadores. La Torá nos obliga y a final de cuentas nos hace responsables de enseñarles a  nuestros hijos a vivir de acuerdo con lo que establece la Ley Judía. Entonces ¿cómo podemos evitar los enfrentamientos con nuestros hijos y educarlos en estos años tan difíciles en que demuestran desprecio y rebeldía por nuestra forma de vida?

Tienes que saber con absoluta certeza que por más que tu hijo adolescente se haya alejado del Creador, él secretamente te ama y te respeta mucho más de lo que te imaginas. Aun si no te hace caso y te muestra oposición en cada oportunidad que se le presenta, tienes que saber que él necesita tu amor, tu apoyo y tu guía. Es posible que él no tenga las fuerzas suficientes para admitir que sus amigos no son buena compañía. Es posible que no crea en sí mismo lo suficiente como para admitir todo esto delante de ti o incluso delante de sí mismo, pero eso no quiere decir que él no lo sienta.

El adolescente que se opone a sus padres, a la Yeshivá y a la forma de vida en la que nació no se está rebelando contra sus padres. Esa es una pavada de los psicólogos…

Todas las formas de comportamiento de nuestros hijos son dirigidas por HaShem, el Creador del Universo, porque Él ansía nuestras plegarias y desea que nosotros, los padres, recurramos a Él con los “problemas” de nuestros hijos en vez de tratar de solucionarlos nosotros mismos o echarle el fardo al terapeuta de turno…

En lo profundo de su ser, el adolescente que está perdiendo su control de la santidad y la salud emocional sabe que está perdido y que sus padres sí saben cuál es la Verdad. Él sabe que a sus padres de veras les importa de él y quieren lo mejor para él; que sus padres le están dando el mejor consejo a pesar de que él rechaza la Verdad. El padre que comprende que el comportamiento de su hijo es algo orquestado desde Arriba y no se echa la culpa a sí mismo ni se la echa a su hijo… ese padre ciertamente podrá salvarlo.

Cuando el Rabino Arush tuvo dificultades con sus propios hijos, hace ya muchos años, no se quejó ni llevó a su hijo a realizar todo tipo de exámenes, sino que fue directamente a la tumba del Profeta Samuel y rezó por sus hijos hasta que se cancelaron los malos decretos. Eso es lo que HaShem también está esperando de nosotros: que roguemos y Le imploremos a Él que salve a nuestros hijos. ¿Cómo? Diciéndole a Él todos los buenos rasgos de carácter que ellos tienen.

HaShem quiere que defendamos a nuestros hijos, no que nos quejemos de ellos. Tenemos que decirle a Él que nuestros hijos quieren retornar a Él pero que necesitan tener más fuerzas y creer más en sí mismos; tenemos que decirle a HaShem que en realidad nuestros hijos sí quieren hacernos caso pero que necesitamos Su ayuda para saber cómo hablar con ellos, cómo encararlos; tenemos que decirle que el único motivo por el cual ellos se “rebelan” es porque sus pecados hicieron que se sientan tan mal consigo mismos que les es demasiado doloroso admitir que se equivocaron.

Debemos mencionar cada uno de los buenos puntos que nos vienen a la cabeza de nuestros hijos porque incluso un poquitito de cosas buenas y de luz son capaces de anular millones de malas experiencias y lugares oscuros en los que cayeron. Una vez que HaShem ve que aceptamos con amor a nuestros hijos y que, por más cosas malas que hayan hecho, los defendemos ante Él, entonces Él romperá el mal decreto en contra de ellos y entonces ellos perderán interés en todas las tonterías propias de la adolescencia y seguirán al padre en una vida de pureza, salud y Verdad.

He aquí algunas ideas sobre lo que puedes rezar:

• Pídele a HaShem que te dé claridad para entender de qué manera criar a tu hijo y cuáles son las mejores opciones que puedes ofrecerle.

• Pídele que te guíe la emuná. Eso no significa que no tienes que esforzarte por ayudar a tu hijo, sino que el resultado depende de HaShem. Él hará que tu hijo vaya por la senda que tiene que ir para poder alcanzar su autocorrección y la corrección de su alma. Pídele que te dé la sabiduría y la fuerza para demostrarle a Él que vas a aceptar lo que Él decrete con gratitud, con humildad y con auto-anulación. Pase lo que pase – el hijo necesita las Bendiciones de su padre. ¡Ámalo en forma incondicional!

• Pídele que te permita aceptar la realidad de que tal vez no vas a entender la causa por la que tu hijo se está comportando de esta manera. Cada situación es sumamente compleja y es orquestada desde el Cielo.

• Pídele que te permita creer que el comportamiento de tu hijo no es culpa tuya ni culpa de él; que incluso si se equivocaron, no importa. Su comportamiento proviene de HaShem por lo que no hay que echarle la culpa a nadie.

• Pídele que te permita saber con absoluta certeza que HaShem los está conduciendo –a ti y a tu hijo-  por una serie de pruebas en las que ambos estarán re-visitando “lugares” de vidas anteriores para ver cómo se manejan ahora en esas mismas situaciones. Ése es un motivo por el cual el consejo simplista del terapeuta puede causar mucho daño.

• Pídele que te deje estar en paz contigo mismo y con tu adolescente y con tu cónyuge durante todo este proceso. No te enojes nunca ni entres en “discusiones pacíficas” con tu hijo en las que se deja entrever una pizca de agresividad. En esas ocasiones lo mejor es pedir disculpas e irte…

• Pídele que puedas arrojar a la basura todos tus libros seculares de psicología y educación. Literalmente sácalos de tu casa.

• Pídele que te ayude a ser un modelo de Emuná, fe auténtica, para tu hijo. Al dedicarte a la plegaria personal, también le estás enseñando a él a rezar.

• Pídele que tu hijo se dé cuenta de que tú tampoco tomas ninguna decisión antes de consultar con Él y con Sus Tzadikim (los Justos).

• Pídele que admitas con humildad que fue Él Quien le asignó a tu hijo la tarea de rechazar todo lo que tú representas y defiendes y que Él quiere poner a prueba tu voluntad a someterte por completo ante Su Compasión.

• Y por sobre todas las cosas –mantiene siempre una actitud afectuosa y cariñosa hacia tu hijo. Los padres nunca deben dejar de amar a su hijo… ni siquiera a ese hijo al que tienen que amar de lejos para poder proteger a sus otros hijos. Nunca dejes de rezar por él, pidiendo que llegue el día en que retorne a tus brazos.

Amén.