Cómo enseñar las bendiciones

Nota del Editor: Rabí Avigdor Miller de santa y bendita memoria, fue uno de los más grandes líderes espirituales de las comunidades judías de Norteamérica de la generación pasada. Breslev Israel tiene el honor de presentar sus escritos que hemos recibido de la organización TorasAvigdor de Brooklyn, New York y hemos editado para beneficio de nuestros lectores.

PREGUNTA:

Da la impresión de que en la actualidad los niños no aprenden en la escuela el significado de las bendiciones de las comidas. Si los padres quieren educar a sus hijos, ¿a qué edad deberían comenzar?

RESPUESTA:

A la edad más temprana posible. A esa edad no vas a poder enseñarle el significado de las palabras, porque son demasiado pequeños. Pero diles las ideas. Por ejemplo, puedes decirle: “Sabes qué bueno es decir Hamotzi? Decir Hamotzi es una mitzá enorme. Le estás dando las gracias a Hashem por haberte dado este pan y Hashem te va a recompensar por darle las gracias. Es como si pusieras dinero en el banco”. Dile que al hacer la bendición está hablando con Hashem. No está simplemente “diciendo palabras”. Explícaselo a su nivel para que entienda. Más adelante va a poder tomar estos pensamientos y transformarlos en las palabras de la bendición entera.

¿De qué manera sale el pan de la tierra? Es un milagro. Es más milagro que el maná en el desierto. El maná por lo menos caía del cielo. Pero el trigo sale de la tierra. Nadie puede realmente explicarlo. Cómo es que grandes espigas de trigo crezcan de la tierra! Es un milagro. La mala inclinación te dice: “Bueno, es el proceso de fotosíntesis y la absorción de nutrientes por parte de las raíces”, etc. ¿Acaso piensas que si usas las palabras de los libros de ciencias para explicar los procesos, eso hace que sea menos milagroso? ¡En absoluto! Al estudiar estos procesos uno se da cuenta incluso más de todos los milagros que hacen falta para hacer crecer el trigo. Asegúrate de enseñarte a ti mismo a valorar la bendición de Hamotzí y entonces podrás enseñársela a tus hijos.

Por eso, tienes que saber que la comida es un tremendo milagro. Después, vas a poder explicárselo. Por ahora, es demasiado joven. Explícale únicamente que es una mitzvá recitar Hamotzí. Y explícale lo maravilloso que es que Hashem nos dé pan de la tierra. El niño lo va a poder sentir. No pienses que no te entiende. Incluso los más pequeñitos que parecen ignorar lo que estás diciendo son seres humanos y les está entrando en la cabeza. Ciertamente recordarán lo que les dijiste.

Yo me acuerdo por ejemplo de lo que me dijeron cuando tenía solamente dos años de edad (El Rav tenía noventa años cuando dijo esto). Y todavía me acuerdo. Te vas a sorprender. Es algo que se te queda grabado. Los niños no olvidan. Empieza lo antes posible. No es una pérdida de tiempo.