El Plano del Mundo

Los Sabios Místicos enseñan que cuando se construye un palacio, hay que hacerlo de acuerdo con los conocimientos de un artesano…

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Grupo Tora

Posteado en 05.04.21

Los Sabios Místicos enseñan que cuando se construye un palacio, hay que hacerlo de acuerdo con los conocimientos de un artesano…

 

      "Busca y revisa (en la Torá) ya que absolutamente todo está en ella"…

Los Sabios Místicos enseñan que cuando el ser humano construye un palacio, no lo hace según su propia erudición, sino de acuerdo con los conocimientos de un artesano. Y éste no edifica según su propia teoría, sino que cuenta a su vez con planos y registros a fin de saber cómo alzar las paredes y los techos. El Creador, que enseña la Sabiduría de Israel, hizo exactamente lo mismo: consultó la Torá y después creó el universo.

De igual modo sucede a un nivel aparentemente mucho más comprensible para nosotros. Si un edificio está bien diseñado, entonces se levantará en torno a un concepto. El arquitecto comienza su trabajo con una idea, y a partir de ella surge el plano.
 
La construcción en sí constituye una enmarañada red de decenas de contratistas, cientos de subcontratistas, miles de obreros, decenas de miles de herramientas, tornillos y clavos. Las cañerías pueden extenderse varios kilómetros, y es posible que el conjunto de cables alcance a cruzar un país entero. ¡Pero todo esto surge a partir de ese concepto único!
 
¿Cuánta gente es consciente de la idea central cuando aprecia el edificio una vez finalizado? Muy poca. La mayoría sabe dónde están ubicados los ascensores y los corredores, que es lo que ellos necesitan para sus fines particulares. Durante años van al trabajo todos los días y no tienen idea de dónde se encuentran las columnas que evitan que se derrumben sobre ellos miles de toneladas de ladrillos. El arquitecto que visita el edificio se maravilla ante la construcción, pero el hombre de la calle no comprende qué tiene eso de extraordinario.
 
La grandiosa fortaleza del clásico puente colgante puede ser una inspiración para ingenieros y proyectistas, pero las miles de personas que lo atraviesan a diario no hacen más que rezongar por el retraso, tratando de ganar aunque sea unos segundos más, y pocas veces se detienen a pensar que viajan a través de un tributo al intelecto humano. A fin de comprender a fondo una estructura, se debe conocer el plano, pero hace falta mucho entrenamiento y una enorme sagacidad para repasar miles de páginas de un anteproyecto y lograr descifrar el concepto unificador, a partir del cual surgieron y el cual les da sentido.
 
Pero incluso cuando no se posee la capacidad de comprender el propósito del arquitecto, toda persona inteligente sabe que ese plano tiene un objetivo, y que todo el voluminoso anteproyecto solamente sirve para que tome forma.
 
El plan sintetiza en potencia al futuro edificio tal como la semilla sintetiza al árbol más frondoso. Si lo descifráramos a fondo, podríamos también conocer el futuro edificio y acercarnos a él. Si pudiéramos estudiar minuciosamente en un laboratorio la semilla, podríamos de algún modo conocer al árbol futuro.
 
La Torá, explican los sabios, es el anteproyecto o la semilla del mundo. Y la Mishná (Tratado de los Padres) lo confirma: "Busca y revisa (en la Torá) ya que absolutamente todo está en ella".

  
(Gentileza de www.tora.org.ar) 
   

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