La Oveja Negra

De repente, tú subiste a un estándar más alto; los restaurantes que no son kasher no tienen tu aprobación; la comida de tu mamá, si bien es deliciosa, es taref...

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Rajeli Reckles

Posteado en 05.04.21

Querida Rajeli:

Desde que empecé a hacer teshuvá y acercarme al mundo del judaísmo y la Torá, vivo constantemente en guerra con mi familia. Todo el tiempo me atacan y me dicen que les estoy arruinando la vida. Se quejan de que ya no podemos ser una familia normal, porque no acepto esto o aquello. Ellos hacen todo lo posible por  hacerme sentir como una tonta y cuando trato de explicarles mi forma de actuar, al final resulta peor. Además, ellos ODIAN mi nueva forma de vestirme. ¿Acaso existe alguna forma de solucionar este problema?

Yosef
 
Querido Yosef:

¡Cuídate! ¡Están saliendo gusanos de la lata que acabas de abrir!

Este es sin lugar a dudas un tema muy complejo, como lo sabe perfectamente cualquier “baal teshuvá” (judío que retorna a sus raíces). Bueno, antes que nada, permíteme felicitarte por haber dado un paso tan valiente rumbo a tu realización espiritual. Después de haber pasado el 99 % de tu vida en forma completamente vacía, decidiste que tu vida tiene que tener un sentido y un propósito que va más allá de ti mismo. ¡Muy bien! Ahora, como judío observante, te das cuenta de lo gratificante que es en realidad este estilo de vida.

Contemplemos tu situación desde el punto de vista de tu familia. Toda tu vida fuiste “uno de ellos”. Actuaste igual que ellos, te vestiste igual que ellos, y comías lo mismo que ellos. De un día para el otro, decidiste dejar de hacer las cosas como ellos y te empezaste a distinguirte de ellos. No sólo que ellos no entienden qué fue lo que se apoderó de ti para que decidieras separarte de ellos sino que ya no te ven más como “uno de ellos”. Muy probablemente te miran y lo único que ven es un pingüino con barba que anda sermoneando con tono de superioridad moral…

No soporto tener que decir esto, pero para ellos eres en cierta forma un traidor. Lo único que ellos perciben es que por algún motivo has decidido que el estilo de vida de tu familia no es bueno para ti, que no quieres tener que ver nada más con ellos. La conclusión natural a la que llegan es que ellos ya no son suficientemente buenos como para ti.

De repente, tú subiste a un estándar más alto; los restaurantes que no son kasher no tienen tu aprobación; la comida de tu mamá, si bien es deliciosa, es taref (no kasher), ¿Y a qué madre judía no le daría un síncope si su hijo se negara a su comer de su cocina? Tu familia se siente dolida por tus nuevas decisiones. Después de todo ¿qué tiene de malo su estilo de vida? Si fueran gangsters o traficantes de drogas, o peor aún, ¡políticos!, entonces sería otra cosa, pero en realidad son buena gente, que vive una vida simple y trata de darles un buen ejemplo a sus hijos.

Yo creo que además  existe un motivo más subconsciente por el cual las familias se oponen cuando uno de ellos se vuelve religioso, y es que de repente, la forma de comportarse de ese familiar ahora religioso está resaltando el hecho de que los demás no están cumpliendo con sus deberes espirituales. Yo creo que este es un punto muy sutil y es por eso que tal vez muchas familias no logran percibirlo.

Así que, en pocas palabras, el problema es el siguiente: tú eres un traidor que fue secuestrado por un culto de ovejas blancas y negras, y que renunció a su vida y a su futuro tan prometedor para ir a adorar a Dios en una sinagoga anticuada.  En otras palabras: te volviste completamente loco!

Ahora bien: la buena noticia es que cuando la gente empieza a hacer teshuvá, suceden dos cosas en forma simultánea. Una es que se enamora del judaísmo y tiene una visión fantástica, y hasta diría “romántica”, de lo que va a ser su vida a partir de ese momento. Uno se imagina el encuentro con su alma gemela y se ve teniendo quince hijos en dos años. Uno empieza a oler el aroma increíble de las jalot que va a hornear su futura esposa y la sopa de pelotitas de matzá (sí! Los consabidos “kneidalaj!!”)  al volver de la sinagoga los viernes a la noche. En la mente, uno nunca va a volver a tener ninguna clase de sufrimiento: ni físico ni espiritual! Okay… tal vez tú no seas tan ingenuo como era yo, pero me imagino que entiendes lo que te quiero decir…

Lo otro es que Hashem ve nuestras intenciones sinceras de acercarnos a Él y entonces nos envía obstáculos en el camino. Muchos nuevos baalteshuvá caen en la trampa de sentirse víctimas, sin entender cómo es que la vida se vuelve más difícil y no viceversa. Después de todo ¿acaso no estamos tratando de acercarnos a Él? Entonces ¿por qué Él tiene que hacer que todo nos resulte tan difícil? Existe una famosa ley espiritual que dice así: “cuanto mayor es el logro, más alto es el precio”. Esto se aplica a cada aspecto de la vida. ¿Por qué nuestra conexión con Hashem habría de ser una excepción? Al contrario! Esta es un área de la vida en la que tenemos que pagar el precio más alto de todos, pues no hay recompensa más grande que una relación con Hashem!

Una vez dicho eso, te tengo que decir, querido Yosef, que tienes que actuar según un doble plan. Primero, nunca les respondas a sus agresiones. Si a ellos les da un ataque de nervios porque tú te niegas a celebrar sus fiestas de cumpleaños en “El Restaurante de Don Puerco”, entonces quédate callado o simplemente vete. Ya sé que no es lo mismo decirlo que hacerlo, pero ¿quién dijo que esto iba a ser fácil? De ninguna manera trates de convencerlos de que tú entiendes más que ellos, o que ellos se equivocan. Simplemente “trágatela” y no digas nada.

Segundo, deja que ellos vean el cambio para bien (esperamos!!) que te está sucediendo. Déjalos que sientan tu nueva sensación de Emuná y calma. Sonríe un montón y canta canciones .Se van a volver locos!! No, ahora en serio, deja que tu vida sea una lección, no tienes necesidad de defenderte ni demostrar que tienes razón.

Y no te preocupes, Yosef,  al final esta época tan difícil va a quedar atrás y tu familia se va a acostumbrar. Puede que esto lleve ochenta años, pero va a llegar! Y no te olvides de sentirte muy orgulloso de tu traje de pingüino! Eres un soldado de Hashem!
 
Rajeli.

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el matrimonio, la educación de los hijos, el noviazgo y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il

 

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