Los Niños son Alegría

Querido lector, estás a punto de recibir la oportunidad única de salvar una vida o más. No te costará un centavo y no requiere ningún esfuerzo…

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Querido lector, estás a punto de recibir la oportunidad única de salvar una vida o más. No te costará un centavo y no requiere ningún esfuerzo…

 
 Los niños son Alegría, Parte 1:
 

Le pido a HaShem que esta serie de cuatro artículos pueda salvar la vida de al menos un bebé y quizás las de muchos más.
 
Querido lector, estás a punto de recibir la oportunidad única de ser nuestro socio en salvar vidas. No te costará un centavo y no requiere ningún esfuerzo, sólo enviar un E-mail o decirle las palabras necesarias a una persona que las necesita en el momento adecuado. Es así de simple, y la recompensa es muy grande. ¿Cómo?
 
El salvar una vida humana es uno de los Preceptos más elevados de toda la Torá, y es el mejor seguro de vida que se puede obtener, en este mundo y en el venidero. Veamos cómo:
 
En el Tratado Sanedrín 37a, el Talmud enseña que quien causa la pérdida de una vida es equivalente a alguien que ha destruido un mundo entero. Y a la inversa: alguien que salva una vida es equivalente a alguien que salva una vida que ha salvado un mundo entero. 
 
En el Tratado Baba Batra 11a, el Talmud cuenta la historia de Benjamín el Tzadik (Justo), que estaba a cargo de un fondo de caridad. Una vez, en un año de gran sequía, una pobre viuda se le acercó y le pidió dinero. No quiso que la viuda se fuera con las manos vacías, pero no tenía un solo centavo en el fondo de caridad.
 
Él sabía que si no ayudaba a la mujer y a sus huérfanos, se morirían de hambre  así que le dio de su propio dinero. Poco después, Benjamín el Tzadik se enfermó gravemente y corrió peligro de muerte. Los ángeles que fueron creados debido a sus buenas obras volaron hasta el Trono Celestial y Le rogaron a HaShem: "¡Dueño del Universo! ¡Tú Mismo has declarado que quien salva una vida es equivalente a alguien que ha salvado a un mundo entero! Benjamín el Tzadik salvó la vida de la pobre viuda y también la vida de sus huérfanos. Por Tu propia Ley – ¿acaso merece morir antes que haya terminadoel tiempo designado a su vida?".
 
Inmediatamente la Corte Celestial anuló el decreto severo contra Benjamín el Tzadik, y le concedió ventidós años más de vida.
 
No importa qué clase de vida vivas actualmente o hayas vivido en el pasado. Si salvas una sola vida, este gran Precepto es suficiente para garantizar tu salud, tus ingresos y tu bienestar en este mundo, y tu lugar en el Mundo Venidero.
 
Querido amigo y lector, te invito a ser nuestro socio en salvar vidas. Estoy hablando de vidas muy especiales, las vidas de los pequeños bebés que aún no han nacido y que están siendo amenazadas por el aborto. Como veremos enseguida, el hecho de que un bebé todavía no haya nacido no quiere decir que no sea una vida humana en todo el sentido de la palabra.
 
En primer lugar, en el tratado Julín 95b, el Talmud da tres buenas señales en la vida de una persona: un hogar, un bebé, y una esposa. Rashi, el gran Sabio y comentarista de la Torá, explica que un hogar, un bebé y una esposa son tres señales de éxito. En otras palabras, al construir una casa, al tomar una esposa, y al dar a luz a un niño, la persona goza del mayor éxito en todo lo que hace.
 
Veamos por qué cada nuevo hijo es una garantía no solamente para el éxito, sino también para la larga vida.
 
La Corte Celestial juzga con Justicia exacta a la persona de acuerdo a sus acciones. Supongamos que una persona ha hecho algo sin darse cuenta de que eso lo está haciendo merecedor de la pena de muerte. Una vez que la sentencia está a punto de ser decretada, si esa persona tiene un hijo, se presenta un ángel ante el Tribunal Celestial y testifica: "Santo Tribunal, sin duda su Justicia es correcta. Entiendo que este hombre merece la pena de muerte, pero no se olvide – ¡Es el padre de un niño pequeño! ¿Acaso este niño merece la angustia de crecer sin un padre? ¡No!".
 
Casi siempre la objeción del ángel es aceptada, y al padre – en virtud de su hijo o hija – le es concedida una extensión de vida. Cuantos más hijos tenga la persona, mayor posibilidad tiene de mitigar las sentencias severas.
 
La próxima vez que estés con un grupo de gente, mira a tu alrededor; muchas de las personas que ves están vivas en virtud de sus hijos y no en virtud de sus propios méritos.
 
Lo mismo ocurre con el sustento. Es posible que una pareja esté destinada a vivir en la pobreza. Pero traen a un niño al mundo; si ese niño está destinado a vivir con seguridad financiera, aunque los padres no merezcan un ingreso adecuado, recibirán mucho más dinero en virtud de ese hijo. Una vez más, cuantos más niños tenga una persona, mayor es la posibilidad de mitigar las sentencias severas y recibir mayores ingresos.
 
El sagrado libro del Zohar nos enseña que los niños, la longevidad y el sustento son las tres formas más elevadas de abundancia en este mundo, y por lo tanto están relacionados entre sí. Esto significa que cuando una persona corta el canal espiritual de los niños, él o ella también rompen el canal principal de la abundancia espiritual que también provee la longevidad y el sustento. Como veremos a continuación, puede ocurrir que muchos de los problemas financieros y médicos estén relacionados a algún aborto o al uso de algún anticonceptivo sin la autorización de una autoridad rabínica calificada. ¡Esto da escalofríos! Hay personas con dificultades financieras a las que nada parece poder ayudarlas. Hay personas que van de un médico a otro, de un tratamiento a otro y de una medicación a otra sin ningún alivio a la vista. Lo más probable es que el culpable de su sufrimiento sea un aborto o el uso de algún anticonceptivo sin autorización.
 
Los hijos no solamente son una bendición en la vida que garantiza el sustento de los padres y la longevidad, sino que son una garantía para el éxito y la felicidad. Muchas parejas se habrían divorciado hace ya mucho tiempo si no fuera por los hijos que trajeron al mundo. En un acuerdo de divorcio, no puedes dividir a un niño por la mitad. Así, muchos padres piensan dos veces y resuelven sus diferencias en virtud de los niños. La vida matrimonial no es fácil, pero cuando las cosas se ponen difíciles, una persona mira a sus hijos y entonces obtiene la energía emocional y la determinación necesarias para seguir adelante.
 
Cuando la persona es joven y está estudiando una carrera, puede ser que le parezca que los niños son un estorbo. Pero a medida que la persona madura, la satisfacción de los hijos y los nietos se convierte en una parte central de sus vidas. En el Tratado Nedarim 64b, el Talmud dice que una persona sin hijos es equivalente a un muerto. Ahora podemos entender por qué una vida sin hijos no es realmente vida – pues los niños son garantía para el éxito, la longevidad, el sustento, la felicidad y la paz matrimonial.
 
En el Tratado Sanedrín 104a, el Talmud nos enseña que un hijo puede salvar al padre. Ya sabemos cómo un hijo puede salvar a un padre en este mundo físico,  pero el sagrado libro del Zohar nos dice que un hijo puede salvar a un padre también en el Mundo Venidero. Veamos cómo:
 
Supongamos que una persona se va de este mundo sin haber corregido algunos pecados o con pocos méritos. La corrección de alma de esa persona será muy difícil si no dejó descendencia. Pero si un padre deja a un hijo en este mundo, cada pequeño acto bueno que el hijo hace, cada Kadish que el hijo dice por él, y cada palabra de Torá que el hijo aprende, servirá para elevar a los padres a un lugar más alto en el Mundo Venidero. Las buenas acciones del hijo pueden, literalmente, salvar al padre de un sufrimiento inimaginable y de veredictos severos.
 

 
Continuará… 
 

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