No Toquen la Yerba!

Estoy sentado junto a un adolescente. Entonces surge la pregunta: “¿Qué tiene de malo fumar marihuana? ¿Qué tiene de malo ‘pasar un buen rato’?

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Rabino David Charlop

Posteado en 05.04.21

A medida que la marihuana va cobrando cada vez mayor aceptación en la sociedad en la que vivimos, su uso y su maluso también van creciendo. Mi motivación en el análisis de este tema tan controvertido está basada en mi propia experiencia personal con los jóvenes a los que enseño.

Primero permítanme establecer varios puntos aclaratorios. En primer lugar, es claro como el agua que los Sabios de Torá de la actualidad prohíben en forma terminante el uso de la marihuana, por una cantidad de motivos. Desgraciadamente, hay una enorme brecha entre la clara visión de nuestros rabinos y el éxito que tienen los padres y educadores para hacer que los jóvenes sigan ese consejo. En esta oportunidad me gustaría tratar algunos de los temas en cuestión, tanto en términos de nuestro propio entendimiento del tema como de las formas posibles de transmitirles estos mensajes a nuestros hijos.

Segundo, en el campo de la educación hay dos aspectos a tener en cuenta. Uno es la comprensión teórica del tema y el otro es la aplicación práctica del mismo y las estrategias en uso. Yo quisiera centrarme principalmente en el aspecto teórico y con la ayuda de HaShem, referirme al tema práctico en un artículo posterior.

Estoy sentado junto a un adolescente. Entonces surge la pregunta: “¿Qué tiene de malo fumar marihuana? ¿Qué tiene de malo ‘pasar un buen rato’? Pues bien: el primer paso al tratar esta pregunta es saber que por lo general el joven on está haciendo una pregunta. En la Hagadá de Pesaj, el hijo malvado pregunta: “¿Qué es este servicio para ustedes?” (o sea, “por qué me están molestando con todo esto?”). En el campo de la educación existe una regla esencial que explican los comentaristas de la Torá respecto al hijo malvado. La regla es que el padre o el docente siempre tienen que descifrar si verdaderamente se está formulando una cierta pregunta. Si un niño “pregunta”: “¿Por qué tengo que ordenar mi habitación?”, lo que en realidad está diciendo es que no le interesa en lo más mínimo la tarea que se le ha asignado y expresa su opinión en forma de algo parecido a una pregunta.  Pero no se dejen engañar. No se hizo ninguna pregunta, así que no es necesario ni tampoco posible falta dar una respuesta. Cuando el alumno pregunta: “¿Qué tiene de malo fumar marihuana?”, por lo general no está formulando una pregunta sino que está dando su opinión. Entonces uno no tiene mucho que hacer excepto decirle que si de veras le interesa tu opinión, que con mucho gusto estás dispuesto a dársela a conocer. Si él te dice que no, entonces déjalo ahí y mantiene abierto el canal de comunicación. Si dice que sí, entonces en mi opinión hay dos respuestas básicamente posibles.

La primera es la respuesta clásica, o sea, la verdad: que fumar es en la gran mayoría de los casos un camino destructivo y un trampolín a drogas más duras. Él seguramente no va a negar las consecuencias negativas de esta adicción. Además, casi seguro él tiene amigos o conocidos que están usando y abusando de otras sustancias. Esto es algo que tiene que quedar claro. Él no debería pensar que está libre de este riesgo. Y me gustaría añadir que todos estos temas son muy dolorosos y que si los padres no están seguros del grado de abuso de drogas en el que se encuentran sus hijos, conviene que consulten con un experto en el tema.

Yo siempre tengo un problema con el tema del “trampolín”. Estos jóvenes son muy perspicaces y es posible que nos pregunten respecto a esos amigos suyos que usan marihuana en forma asidua y que parecen estar llevando una vida perfectamente norma. Incluso pueden llegar a preguntar qué diferencia hay entre la marihuana y unas cuantas cervezas al final del día. Hay millones de personas que terminan el día tomándose un trago o fumando y al parecer llevan una vida normal y productiva. Yo escuché muchas respuestas a esta misma pregunta pero ninguna me satisface. Por eso a mí me gustaría proponer un enfoque que ya ha ayudado a muchos jóvenes.

Comencemos pidiéndole al joven que piense en algún jugador de fútbol famoso. Entonces preguntémosle: “¿En qué días este jugador entrena para alcanzar su objetivo y en qué días no?”. Los grandes se caracterizan por aprovechar cada oportunidad que se les presenta para llegar a ser los mejores. Cada uno quiere ser el mejor. Eso requiere un gran esfuerzo, pero vale la pena. La persona que fuma está “tomándose un descanso” todo el tiempo que fuma y demostrando que no quiere utilizar el tiempo que tiene a su disposición para llegar a ser todo lo que puede llegar a ser. No está aprovechando cada situación para transformarse en un grande. Su jugador de fútbol favorito no actúa así.

Supongamos también que el futbolista sufrió un esguince de tobillo. Pero en vez de tratar el problema decidió tomar un par de analgésicos. Esto tal vez acabe con los síntomas pero en realidad está empeorando el problema. Cuando uno fuma, es obvio que hay algo que lo está molestando o que lo hace sentir inquieto. Si no, ¿para qué va a fumar? ¿Acaso no puede sentirse feliz y “pasarla bien” sin la marihuana? Eso es una mala señal y el joven por lo general lo admite.

Por lo tanto, o bien la marihuana está impidiendo que llegue a concretizar su potencial o bien, peor aún, está cubriendo alguna forma de dolor que hay que encarar de la forma debida. Sinceramente, yo prefiero este segundo enfoque y además me ha ido mejor con él que con el primero (el de las consecuencias negativas), porque este último básicamente está diciendo que el chico está portándose mal y eso el joven lo interpreta como que él mismo es malo. El segundo enfoque, por el contrario, lo alienta a que pueda hacer realidad todo su potencial. Y además refleja el amor que sentimos por él y la esperanza que tenemos de que llegue a ser todo lo que puede ser. Sin embargo, cada uno conoce a su hijo mejor que nadie. Usa el enfoque que mejor te parezca. En mi opinión, en esta generación el enfoque tiene que centrarse en dar amor y aliento.

El tema de fumar marihuana en términos de la sociedad y más específicamente, con relación a nuestros hijos, es muy complicado. Y cada vez se vuelve más complicado que antes. Pero además de tratar de comprender y de lograr una mejor comunicación, hay un factor que es absolutamente esencial: la plegaria. Tenemos que orar por la salud física, emocional y espiritual de nuestros hijos y nuestras familias y por su felicidad. Y que HaShem nos dé la sabiduría para comprender y conectarnos con nuestros hijos y que ellos puedan crecer como personas sanas y felices.
 

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1. aaron

6/09/2014

otra realidad a la cual tenemos que enfrentarnos la plegaria es poderosa, el conversar con nuestros hijos nos da un aliento de que estan escuchandonos aunque sea un poco.

2. aaron

6/09/2014

la plegaria es poderosa, el conversar con nuestros hijos nos da un aliento de que estan escuchandonos aunque sea un poco.

3. maria luisa

6/03/2014

buen reportaje, gracias ¿como hacer entender a un joven que fuma yerba el daño que se hace a sí mismo.

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