Amor Como Veneno

Ahora la gente cambia de pareja como cambia de medias: “¿Ah, Ricardo? ¡Fue súper para el verano pasado!”. Y si no, fíjense en las revistas de mujeres: “Nuevo verano – Nuevo Amor”…, incluso en medio del invierno… 

Las relaciones entre hombre y mujer pueden llegar a ser muy confusas, y en especial en nuestra época, en la que la mayoría de nosotros no seguimos ninguna regla aceptada. La etiqueta aceptada de las citas cambió en forma drástica y no para bien… Hoy en día, todo está aceptado. La mujer puede acercarse al hombre sin por eso sentir vergüenza. La vida útil de las relaciones ha decrecido enormemente, tanto para las parejas casadas como las parejas solteras. Ahora la gente cambia de pareja como cambia de medias: “¿Ah, Ricardo? ¡Fue súper para el verano pasado!”.

Pero no me tienen que hacer caso a mí. Fíjense en las revistas de mujeres: “Nuevo verano – Nuevo Amor”…, incluso en medio del invierno.
Pero esta mentalidad de “todo está aceptado” tiene un efecto secundario muy marcado – y es que la gente no entiende lo que significa sentir amor.

He aquí la relación típica: la pareja se conoce, tal vez en un club o a través de algún amigo. Su primera cita es en Starbuck’s o en Mac Donald’s, algo absolutamente antiromántico. Sienten una atracción mutua, así que deciden seguir saliendo. Ahí es donde empiezan los problemas: ella piensa que ella sale exclusivamente con él. Pero él en el contrato de novios no recuerda haber visto ninguna cláusula acerca de una “relación exclusiva” con ella, así que legalmente él puede salir con tantas jóvenes ingenuas como le plazca.

Finalmente, ella se entera de que su Casanova sale con diez a la vez y entonces lo deja. O por lo menos amenaza con abandonarlo. Entonces él empieza con el consabido cuento de “¡Pero te amo, dulce!” y antes de que ella se dé cuenta, ya le dio una segunda oportunidad. Y una tercera. Y una cuarta incluso…
 

Este escenario se aplica también a las parejas casadas: existen muchas relaciones en las que uno de los cónyuges engañó al otro pero aun así se le da otra oportunidad más y otra más y uno sigue matando al otro…

Los ejemplos abundan, pero la dinámica es la misma: uno hiere constantemente al otro pero se las arregla para volver a los brazos de la víctima. Esto a su vez causa una enorme confusión en la mente de la víctima, respecto a si verdaderamente esta es la pareja correcta.
He aquí una regla general para las mujeres jóvenes que están buscando marido: busquen a la persona de buen corazón. La pregunta es ¿cómo se traduce esto en términos prácticos?

Significa que si un hombre le está causando dolor a su pareja, pero después va y le dice todo tipo de palabras dulces o se comporta súper bien, entonces una tiene que ignorar todos sus “Lo lamento” y mirar muy bien en todo el dolor que le causó. El que abusa del otro suele ser luego amable y considerado y romántico en forma extrema inmediatamente después de abusar de su víctima. Esto le causa a la víctima gran confusión, porque no logra entender el “amor” que el abusador le está demostrando.

En situaciones menos extremas, la respuesta es un definitivo NO. La persona de buen corazón no lastima en forma repetida e intencional a la persona que ama. No importa cuán sinceramente se arrepienta después. Porque al final siempre vuelve a herir sus sentimientos, ya que esa es la forma en que demuestra su “amor”.

Si te encuentras en una situación parecida a esta, aunque no sea abusiva, da un paso atrás y mira a tu dinámica desde la perspectiva de un extraño. Incluso puedes preparar una lista, comparando ejemplos de acciones que te causaron dolor versus actos de amor. Ve por ti misma de qué manera las acciones abusivas pesan más que los actos de amor.

Debemos aquí aclarar que las palabras de amor no se consideran actos de amor. No te confundas las unas con los otros. Si ves que el que afirma amarte te causa más mal que bien, entonces eso no es amor. Es veneno disfrazado de flores y de corazones.

Si eres consciente de que en lo profundo esta no es una relación sana, entonces ¿para qué continúas? Muchas veces la gente sigue dentro de una relación no sana porque está sola o porque no piensa que pueda encontrar a alguien mejor. En ese caso, es hora de fortalecer tu Emuná! ¿Acaso piensas que Dios quiere que te quedes atascada en una relación auto-destructiva? ¡Tú eres Su hija! ¿Acaso tú permitirías que Tu hija se encontrara en una situación tan dolorosa? ¡Por supuesto que no!

“Entonces ¿Por qué Dios me mandó una persona así, para que me lastimara?”, te preguntas. Digámoslo de esta manera: Dios le envía a la persona pruebas precisamente en sus puntos débiles. A algunos les envía a alguien que los hace enojar. A otros, les envía una persona que los pone tristes. Dios hace esto para poner al descubierto sus puntos débiles y entonces uno se fortalezca en dichos puntos.

Si uno tiene baja auto-estima, entonces Dios probablemente le envíe a alguien que todo el tiempo presione en esos puntos dolorosos a fin de que esa persona desarrolle su sentido de autoestima. Cuando la persona por fin dice: “¡Basta! ¡Yo me merezco a alguien mejor!”, entonces esa es una tremenda victoria y se puede decir que hizo un enorme progreso en su viaje espiritual y en la corrección de su alma.

Por eso, juntemos coraje, y si sentimos que esta relación en la que estamos nos está causando demasiado dolor, sepamos decir ¡Basta!

¡Mucho éxito!
 

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il