Atención sana

Este artículo es para mujeres que quieren recibir más atención de sus maridos. Es un tema con el que trato mucho últimamente en mi función de terapeuta de emuná

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Yehudit Channen

Posteado en 15.03.21

Este artículo es para mujeres que quieren recibir más atención de sus maridos. Es un tema con el que trato mucho últimamente en mi función de terapeuta de emuná.

 

En el pasado me focalicé en el tema de los maridos que requieren más atención y ahora me estoy focalizando en las mujeres, porque por lo general es la mujer la que se siente desatendida. Este es un tema muy complejo que tiene varios niveles y que, de no ser resuelto, puede ser una fuente de mucha infelicidad para marido y mujer.

 

Empecemos analizando qué es lo que queremos decir cuando decimos que queremos más atención. A un nivel simple, esto puede significar que quiero que mi marido me saque a pasear una vez por semana, pase tiempo conmigo a la noche, se siente a escuchar los problemas que le quiero contar o simplemente pase más tiempo en casa. A veces, cuando la mujer dice que quiere que él le preste más atención, simplemente puede estar indicando que quiere más afecto físico, más valoración por su rol de madre o que su marido exprese más interés por el trabajo profesional de ella. Estas necesidades son razonables y si se las comunica en forma clara, muchas veces pueden ser llenadas, siempre y cuando estés casado con una persona normal (que es algo que la mayoría de la gente no es, pero ese es un tema que trataré en otro artículo…).

 

Hay maneras en las que la mujer comunica su necesidad de mayor conexión con su marido y esas maneras consisten de un enfoque no combativo y libre de sentimientos de vergüenza.

 

Cuando la mujer quiere que su marido pase más tiempo con ella, ella debe asumir responsabilidad por ese deseo. Ella no puede permitirse sentir vergüenza de esa necesidad de que su marido la ame. No siempre es fácil exponer nuestra vulnerabilidad pero eso es lo que una persona adulta debe hacer. La mujer también necesita pedir atención de manera productiva. Enfurecerse, deshonrar, cerrarse, deprimirse o hacer la “guerra fría” – todo eso solamente va a lograr que tu marido se aparte aún más de ti.

 

El hombre se toma muy en serio la falta de felicidad de su mujer. Después de todo, cuando la mujer no es feliz, el marido siente que fracasó. Ella confió en él y él la desilusionó. Este es un sentimiento muy doloroso para el hombre y él quiere evitar a la persona que “lo hace” sentirse así. Y no sólo eso, sino que él puede volverse agresivo y ponerse a la defensiva y antes de que se dan cuenta, los dos están metidos en una pelea que les hace la vida imposible. Así que sí, al final ella consigue la atención que quería, pero no de la manera que esperaba…

 

Eso me lleva a un sentido más complejo de la palabra “atención”, un significado cargado de necesidades no satisfechas de amor, seguridad y validación que tal vez te negaron en la infancia. Esta es una herida emocional que no se puede curar por mucha atención que te dé tu marido (o, para el caso, cualquier otra persona). Aprender a estar a solas con Dios, a encontrar la alegría, la espiritualidad, la amistad, un trabajo interesante, hobbies interesantes, satisfacción y autoestima, sin atención de tu esposo, es un logro muy poderoso que te puede cambiar la vida. Para eso hace falta una plegaria sincera, mucho trabajo y una tremenda fuerza de voluntad, pero si eres una persona valiente y comprometida, Hashem (y una amiga, terapeuta o coach) ciertamente te van a ayudar a ser menos “necesitada”. Una vez que aprendiste a prestarte atención a ti misma, a proveerte la atención y el placer que te mereces, ya no te vas a sentir tan desesperada cuando tu marido esté ocupado, distraído, preocupado insensible.

 

Ten paciencia con tu marido y ten la disposición para enseñarle a que te dé una atención sana. Pero hazlo con cariño y para eso primero tienes que amarte a ti misma. 

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