Cuando ella se enoja

Si no empezamos la teshuvá por iniciativa propia entonces Hashem, que nos ama más que nadie, nos estimula...

3 Tiempo de lectura

Rabino Shalom Arush

Posteado en 15.03.21

Las semanas “Shovevim”, que acabamos de comenzar, son una época especial para mejorar la santidad personal y la teshuvá. Pero si no empezamos la teshuvá por iniciativa propia entonces Hashem, que nos ama más que nadie, nos estimula y muchas veces usa a nuestras esposas como un “codazo” para que hagamos introspección y teshuvá. Les explico cómo:

 

Los maridos periódicamente les encuentran a sus esposas defectos que tienen que corregir. Es posible que la mujer sufra de ataques de ira y les grite o les pegue a los hijos. Siendo una persona de emuná, él clama ante Hashem para que ella rectifique ese defecto: “Hashem, ayuda a mi esposa a que logre dominar la ira. ¡Tenle compasión y líbrala de este defecto tan terrible!”. Pero esta plegaria es incorrecta y es consejo de la mala inclinación, porque no viene de un lugar de verdad, ni es producto de la compasión de este marido por su mujer ni de su verdadero interés por el bienestar de ella. Él solamente quiere terminar con su propio sufrimiento y quiere que ella esté contenta para que él mismo pueda vivir tranquilo, o sea, por su propio interés.

 

Si Hashem no ama a este marido, entonces su plegaria será respondida. Suena extraño, ¿no? Veamos por qué:

 

El hombre que reza para que su mujer corrija sus propios defectos se está separando de la providencia Divina; no está percibiendo el hecho de que Hashem le está enviando tribulaciones bajo el disfraz de los defectos de su esposa, como un estimulante para que haga teshuvá. Por lo tanto, al rezar para que ella mejore en vez de hacer teshuvá, él comete dos errores:

 

Primero, al echarle la culpa a ella, él está afirmando que no necesita hacer teshuvá.

 

Segundo, al negarse a aceptar el “estímulo” de Hashem (en la forma del enojo de su mujer) está invocando un “estímulo” alternativo, que suele ser mucho más severo. Hashem no va a ceder sino que va a seguir insistiendo con los estímulos hasta que él se dé cuenta y reciba el mensaje y arregle lo que haga falta arreglar. Este marido simplemente está cambiando una forma de tribulación por otra, tal como dice Rabi Najman: “El que no acepta un poco de sufrimiento termina recibiendo una medida más grande de sufrimiento”.

 

La mayor parte de los divorcios se producen porque la gente no está dispuesta a enfrentar los desafíos cotidianos de la vida matrimonial. En vez de solucionar los problemas de raíz, tratando de entender lo que Hashem espera de ellos, buscan una salida fácil y rápida, que muchas veces no es ni fácil ni rápida. Si hubieran empezado a trabajar sobre el tema antes, habrían resuelto los problemas y vivirían felices, pero en lugar de eso, se divorcian, cambiando sus problemas matrimoniales (que son corregibles) por la indescriptible angustia del divorcio, que produce un daño mucho más difícil de corregir.

 

Por lo tanto, si Hashem ama al marido que reza para que su mujer deje de enojarse, entonces no va a responder a sus plegarias, porque Hashem no quiere cambiar un estímulo por otro. Pero si esta persona realmente hizo enojar a Hashem, entonces Hashem sí va a responder sus plegarias y entonces su mujer va a dejar de enojarse, pero esas no son buenas noticias, porque el marido finalmente recibirá un sufrimiento mucho mayor. Y cuando la persona es tan cabeza dura que no quiere saber nada de teshuvá, entonces Hashem no hace nada para despertarla. Y entonces todas las deudas espirituales van a tener que ser tratadas al final, Dios no lo permita.

 

La forma correcta de rezar es pedirle a Hashem que nos ayude a hacer teshuvá, pues no hay tribulaciones sin previas transgresiones (tratado Shabat 55b). Y especialmente en estas semanas de Shovevim Hashem está más que contento de ayudarnos a retornar a Él.

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario