El Jardín del Infierno

La semana pasada fue una semana difícil para mí. En un lapso de apenas cuatro días, tres mujeres distintas me dijeron que se estaban por divorciar: las tres con el mismo motivo.

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Rajeli Reckles

Posteado en 04.04.21

La semana pasada fue una semana difícil para mí. En un lapso de apenas cuatro días, tres mujeres distintas me dijeron que se estaban por divorciar. Y lo más loco es que las tres con el mismo motivo.

 

Las razones oscilaban entre: “Mi marido no me ayuda en nada en la casa ni con los niños” a “Inmediatamente después de que di a luz, necesitaba su ayuda y él lo único que hacía era quejarse de que no tenía la comida hecha y que la casa estaba hecha un desastre”. Y todo lo que hay en medio.

Oh…

Antes de que piensen que este es un artículo que le da con un martillo en la cabeza a los maridos, traten por favor de dominar las llamas que les están saliendo por las fosas nasales y por favor escúchenme.  O, mejor dicho, léanme.

 

Primero, me gustaría aclararles que de ninguna manera pienso que cada problema en el matrimonio es por culpa del marido. Nosotras las mujeres (excepto yo) estamos lejos de ser perfectas, y ciertamente tenemos cosas que mejorar.

 

Pero el Rav Arush explica en forma clara que el marido debe saber valorar todo lo que la mujer hace por él, no importa la forma en que ella lo trate. Obviamente  estoy excluyendo toda forma de abuso. De acuerdo con la ley judía, la mujer no tiene obligación de casarse y por supuesto que no tienen obligación de trabajar, hacer los quehaceres o incluso tener hijos.

 

El matrimonio es estrictamente una rectificación espiritual para el hombre.

 

¿Qué significa esto en términos prácticos? Enseguida se lo explico:

 

Uno: No tienes derecho a exigirle nada a ella. PUNTO. Tiren por favor a la basura esa mentalidad de “Me lo merezco porque soy el hombre de la casa”, porque allí es donde tiene que estar. Si quieren algo, pídanlo de buen modo. Si ella no puede hacerlo en ese momento, díganle que la entienden y esperen con paciencia hasta que ella pueda hacerlo!

 

Dos: No seas haragán. Eso significa que tienes que ayudar en la casa. NO esperes a que te lo pidan! Levanta esa almohada que pisaste ya cuarenta veces. ¿El bebé está llorando cuando tu mujer está bañando a tu otro hijo de tres años? Álzalo en brazos y trata de calmarlo. ¿Ella está doblando la ropa y los niños tiene hambre? DALES DE COMER!

 

Tres: Prestale atención a tu mujer .Si no logras alejarte un rato del smartphone, tal vez puedas dejarlo en el trabajo o directamente librarte de él si es que no lo necesitas para tu trabajo. Si no lo necesitas para el trabajo, cámbialo por un teléfono celular simple. No hay motivos para que te distraigas mientras estás en casa, a menos que tengas que trabajar desde casa.  Y en ese caso, hazlo cuando la casa esté tranquila, después de que los niños se hayan ido a dormir.

 

Siéntate con tu mujer a final del día cuando los niños están durmiendo y charla con ella, pregúntale cómo le fue hoy.

 

Cuatro: Dale las gracias! Dado que la mujer no está obligada a mover ni un dedo, todo lo que ella hace es cien por ciento un acto de bondad. Eso incluye lavarte las medias que apestan.

 

 

Queridos maridos: por favor paren un minuto y traten de ver las cosas desde la perspectiva de sus mujeres. Imagínense estar hasta la cabeza con las tareas hogareñas, la cocina, los niños, estar embarazada, sentirse mal, faltarle el sueño y posiblemente tener que trabajar, encima de todo.

 

Ahora imagínense al marido de ella (no, no ustedes, por supuesto que no) con sus exigencias y más exigencias y más exigencias, y siempre sin dar las gracias ni mover un dedo para ayudar en casa.

 

¿Cómo piensan ustedes que ella se siente?

 

Esto es un infierno. La mujer necesita sentirse valorada, especial. No quiere sentirse como una esclava o un perro. Pero así es como ustedes la hacen sentirse cuando no se comportan como debieran.

 

¿Cuánta paz matrimonial pueden tener en una situación como esta? ¿Por qué se sorprenden entonces de que ella esté insatisfecha e infeliz y que no tenga deseos de estar con ustedes?

 

Mírense bien al espejo. Sus mujeres no son perfectas. Y no es tarea de ustedes arreglarlas. Lo que ustedes tienen que hacer es asegurarse de ser el mejor marido y padre que puedan ser. Eso es todo.

 

Les prometo que si siguen estos consejos, sus hogares se transformarán de El Jardín del Infierno al Jardin del Edén. Y les pido encarecidamente que lean En el Jardín de la Paz, la MÁXIMA guía matrimonial para hombres.

 

Los invito a todos a enviarme muchas notas de agradecimiento en un email por haber formado parte de la salvación de sus matrimonios

 

Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il

 

 

 

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1. Un hombre informado

11/07/2019

Saludo fraternal y que HASHEM los bendiga siempre por muchas generaciones.

2. Un hombre informado

11/07/2019

Todo es maravilloso y hay que llevarlo a la práctica definitivamente y fuera de verdad extraordinario si llegase todo este conocimiento (libros, cd"s, etc) a toda a todo ser humano esto se los recompensará ASHEM o no?

3. Amauri Jiménez

6/02/2019

Soy hombre, tengo 40 años y aún soltero, sin hijos. Mientras muchos tienen esa gran bendición de la compañía de una esposa e hijos, yo con mucha frustración de no poder lograr tener familia. La soledad nunca será buena compañera. Shalom a todos!

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