El Objetivo de la Creación

En este artículo podamos entender por qué la Creación no puede alcanzar su verdadera finalidad cuando hay carencia de paz matrimonial...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

En este artículo podamos entender por qué la Creación no puede alcanzar su verdadera finalidad cuando hay carencia de paz matrimonial…

La importancia de la paz
 
Es importante saber la importancia que tiene la paz conyugal. ¡Todas las cosas buenas en este mundo, desde la abundancia material pasando por la abundancia espiritual y hasta la redención del mundo entero – todo depende del Shalom Báit (paz hogareña)!
 
En el campo material – tanto la salud y bienestar físico de la mujer, su marido e hijos, como su bienestar emocional  todo depende de la paz matrimonial. Aquellos que viven en un hogar carente de paz sufren de inevitables problemas emocionales, así como dificultades económicas y falta de éxito en todos los campos.
 
En el campo espiritual – también todo depende de la paz doméstica. La luz de la Emuná, el logro en la Torá, la Teshuvá, están todos directamente relacionados con el Shalóm Bait.
 
Y sobre todo – ¡la Gueulá, la redención del mundo entero, depende completamente de la paz matrimonial! De hecho, el objetivo final de toda la Creación sólo puede realizarse por medio de la paz conyugal. ¿Por qué? Mientras hay una ausencia de armonía entre el marido y su esposa, aunque toda la gente del mundo cumpla los Preceptos de la Torá perfectamente, la verdadera finalidad de la Creación todavía no será alcanzada, como explicaremos.
 
El objetivo de la Creación
 
Dice la Torá: “Y Di-s creó al hombre a Su Imagen; en la Imagen de Di-s Él le creó; varón y hembra Él los creó” (Génesis, 1:27). Este versículo enseña que el “hombre” -se refiere al varón junto con la mujer – uno sin la otra no  responde a esta definición. Por lo tanto, ¡vemos que sólo un hombre casado es considerado un ser humano!, tal como dice el sagrado libro del Zohar que “cualquier imagen que no representa tanto el varón con a la hembra no representa la imagen espiritual del hombre…”. Cuando no existe una genuina unión entre hombre y mujer, es decir que existe una carencia de amor entre ellos, la imagen espiritual del hombre está incompleta (“ahavá”, amor en el Lenguaje Sagrado, posee el mismo valor numérico que la palabra “ejád”, uno en hebreo).
 
Esto nos enseña una ley básica de la espiritualidad: dondequiera que no se encuentra amor y unidad entre el hombre y su esposa, Di-s Todopoderoso no mora allí. Entonces, aunque una persona sea realmente piadosa, si está en un lugar donde no hay unidad entre la pareja – HaShem tampoco se encuentra allí…
 
El Midrash dice que el hombre no debería estar sin esposa, y una mujer no debería estar sin marido, y los dos no deberían estar sin el Creador. Aprendemos que un hombre sin esposa no es nada, tanto como una mujer sin marido no es nada. Y los dos juntos sin HaShem tampoco son nada… Sin la paz matrimonial, ellos no merecen la Shejiná, la Presencia Divina, en su hogar, pues sólo con ella pueden ser considerados como un ser humano. La Presencia Divina sólo mora en una casa donde hay paz y armonía entre los miembros de la pareja.
 
De las pocas fuentes que hemos presentado aquí, podemos al menos comenzar a entender por qué la Creación no puede alcanzar su verdadera finalidad cuando hay carencia de paz matrimonial. HaShem requiere que construyamos un hogar en el cual la Presencia Divina pueda morar en este bajo mundo material, pero si el marido y su esposa viven entre peleas y disputas, sin una auténtica unidad, el Creador no tiene donde morar. Como tal, el objetivo de la Creación no ha sido realizado.
 
No es bueno estar solo
 
La persona soltera alcanza su perfección y comienza a realizar el objetivo de su creación sólo cuando se casa. Sin embargo, el matrimonio en sí no es suficiente – ¡hay que esforzarse para disfrutar de la paz matrimonial! Las parejas casadas que viven en un ambiente de peleas y controversia no sólo dejan de realizar el objetivo de su propia creación, sino que crean también un caos virtual en la Creación entera. La desunión entre marido y esposa crea también una desunión en los mundos superiores.
 
La mujer casada debe hacer por lo tanto de la paz matrimonial su primera prioridad – el centro y la cosa más importante en su vida. Debe invertir todos sus esfuerzos en la creación de un hogar pacífico. Éste es el Precepto más significativo que debe cumplir a lo largo de su vida. Si ve que su hogar aún no es pacífico, debe rezar sin límites, y sobre todo por su marido para que logre entender que el objetivo final de su creación depende de la paz en su hogar. Ella debería pedirle a HaShem que su marido se una a ella en el esfuerzo para conseguir la paz hogareña. (Es por lo tanto aconsejable que cada esposa haga todo lo posible para que le llegue a su esposo el CD "El Respeto a la Esposa sobre la paz conyugal para hombres).
 
La paz en el hogar debería ser la preocupación central de toda mujer.
 
 
Continuará…
 

– Extraído del libro "La Sabiduría Femenina – En el Jardín de la Paz para Mujeres" por Rabi Shalom Arush, ¡próximamente en español!

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