El Síndrome de la Suegra Entrometida

Querida Rajeli:

Maya
 
Querida Maya:      
                                              
Dime algo ¿no somos hermanas? ¿Acaso fuimos separadas al momento de nacer? Porque para serte franca, no sabes el alivio que siento al saber que mi mamá no es la única que sufre de SSE –  el Síndrome de la Suegra Entrometida! Como dice el refrán: “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Ahora en serio: veamos las cosas desde el punto de vista de ella, antes que nada. Suponiendo que ya fuiste a ver al médico y él te dio el OK para probar otro embarazo más, aunque pueda ser un embarazo de alto riesgo, ahora tenemos que enfrentar el otro obstáculo principal: tu mamá. Aunque a nosotras nos cueste mucho, muchíiisimo, entenderlo, nuestras  mamás verdaderamente quieren lo mejor para nosotras. Sí, tienes razón…. Con todas sus constantes críticas y rezongos, nos vuelven locas…

Lo primero que te recomendaría es que te calmes. Para tu mamá, todavía sigues siendo su beba, y tu bienestar está antes que todo, incluyendo su propia vida. Por eso, la próxima vez que ella casi te arranque la oreja por tu decisión de ponerte en peligro de vida, no le respondas!  Simplemente deja que se desahogue y después dale las gracias por preocuparse por ti. No transformes cada conversación acerca de este tema en una lucha, al ponerte en la defensiva. No le digas que ella no entiende. Ay… ojalá pudiera escuchar mi propio consejo!

Yo no soy médica, pero tendría que haberlo sido, así que soy prácticamente una experta en todos los temas relacionados con la medicina. Y con mi brillante diagnosis de SSE o  “Síndrome de la Suegra Entrometida” tendría que haberme ganado por lo menos el Premio Nóbel…
¿Sabes por qué? Porque el SSE es producto de una anormalidad genética que tiene prevalencia en un 99,9 % de todas las hembras. Este gen se enciende apenas la mujer da a luz. Los síntomas comprenden una incapacidad absoluta de admitir que una está equivocada y una capacidad totalmente desproporcionada de preocuparse por sus hijos. Hasta el momento no se le ha encontrado cura y todo intento por suprimir sus síntomas no hace más que agravarlos…

Por lo tanto, todos los intentos por tu parte de convencerla de que sabes perfectamente lo que estás haciendo, y que estás mejor informada que ella, o que directamente ella está e-qui-vo-ca-da, no la van a hacer cambiar de opinión en lo más mínimo. Y en especial la última parte… eso de que ella “está e-qui-vo-ca-da”. Esa palabra no logra atravesar la barrera cerebral en las madres que sufren de SSE.

Muy bien, ahora pasemos a tu diagnosis. Tú y tu marido quieren tener otro hijo, pero tu madre se opone. Mmmmm… discúlpame, querida, pero ¿quién le pidió su opinión? ¿Eh?

¿Cuántas personas conforman este matrimonio? ¿Qué es esto – un triángulo amoroso? Lo último que sé es que las decisiones de vida se toman en pareja  – alias: marido y mujer-  no “marido, mujer, suegra”!!!!

Yo creo que este problema está apuntando en realidad a un conflicto más profundo. Maya, yo creo que verdaderamente te metiste en un triángulo amoroso, excepto que no estoy tan segura de que tu marido ame más a su suegra que a su esposa!

Por eso, quiero plantearte una serie de preguntas que te van a ayudar a aclarar qué es lo que está pasando acá.

¿Te pasa que te encuentras a ti misma en el medio de las opiniones contrastantes de ellos dos? ¿Te cuesta defender a tu marido al discutir con tu mamá? ¿Acaso tu mamá todo el tiempo critica a tu marido y todo lo que él hace? ¿No es verdad que  continuamente tú vas corriendo a pedirle su opinión sobre temas que no le incumben? Y lo más importante de todo: ¿Tu marido se queja de que tu mamá se entromete demasiado en las vidas de ustedes?

Tengo que confesarte que yo también estuve en una situación parecida. Y lo mejor que hice fue mudarme al otro lado del planeta, y así, cada vez que ella empieza a volverme loca, simplemente le digo que no logro oírla, porque hay mucha interferencia en las líneas…

Maya, lamento tener que decirte esto pero… llegó el momento de que cortes el cordón umbilical. Tienes que poner una cierta distancia entre tú y ella. Podrías decirle en forma amable que no se meta, pero es muy posible que se ofenda. Sea como fuere, trata de mantener limitadas tus conversaciones y trata de no pedirle consejo ni opinión. Tampoco le vayas con quejas.

Si vives cerca de ella, no vayas a verla todos los días. Limita tus visitas a una o dos veces a la semana. Y que las visitas sean breves y simpáticas, también cuando ella te viene a visitar a ti.

Y otra regla muy importante: nunca, pero NUNCA, te quejes de tu marido delante de ella! Esto es como si los EEUU les proveyeran armas a Iraq y después se quejaran de que Irak los ataca! Lo que estás haciendo al hablar mal de él delante de ella es darle más municiones para que use en tu contra en el futuro! Todo lo que digas puede ser usado, y será usado, en tu contra y jamás, JAMÁS, será olvidado.

Sé fuerte, Maya. Estoy seguro de que apenas aclares la cuestión de los límites con tu mamá, este triángulo de amor vivirá felizmente y con la ayuda de Dios, con muchos “regalitos” más!

Rajeli.
 
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