Fanática de las Compras

Alberto se mata trabajando para traer un salario a casa, pero parecería que su mujer lo gasta con el doble de rapidez que él lo gana. Alberto le pide consejo a Rajeli…

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Rajeli Reckles

Posteado en 14.11.21

Estimada Rajeli:

Mi esposa es una fanática de las compras. Por más que compre y compre, siempre necesita comprar más. Esto me produce un tremendo estrés, porque yo soy el único que traigo un salario a casa. Todo el tiempo nos peleamos por el tema del dinero. Yo trato de ajustarme al presupuesto pero ella hace lo que se le antoja. ¿Cómo puedo hacer para que deje de comprar tanto?

Alberto

Hola Alberto!

¿Alguna vez conociste a alguna mujer a la que no le guste ir de compras? Es algo que tenemos en el ADN, y no hay forma de arreglarlo.
No, ahora en serio: hay un problema que subyace a este tema y que no tiene nada que ver con las compras.

Primero analicemos lo que tú piensas que está sucediendo, y después veremos qué es lo que realmente está sucediendo.

En tu mente, estás tratando de vivir en forma responsable. Estás trabajando con todas tus fuerzas, estás cuidando cada centavo que te llega a las manos y estás tratando de ahorrar algo en el banco para el futuro de tus hijos. Pero por otro lado, estás mirando totalmente frustrado la forma en que tu mujer, que no trabaja, se lleva todo el dinero que ganaste y lo despilfarra en un par de zapatos terriblemente caro que muy probablemente use una sola vez en todo el año. Tú sientes que ella no aprecia tus esfuerzos y que está actuando en forma irresponsable y desconsiderada.

También sientes que, siendo el único que trabaja, tienes todo el derecho a actuar como el Policía del Presupuesto y hacer todo lo que haga falta para controlar los gastos de tu mujer. Por eso, cada vez que ella compra cosas poco prácticas y demasiado caras, te pones furioso con ella.

Ahora veamos lo que está sucediendo aquí.

En caso de que aún no te hayas dado cuenta, para las mujeres, las compras son como una drogadicción: nos hacen sentir súper bien. Y cuanta más cara la compra, mejor nos sentimos. Permíteme que te dé un ejemplo:

En Miami hay un centro de compras muy exclusivo llamado Bal Harbour. De más está decir que yo no pasé mucho tiempo ahí, porque los precios están muy por encima de nuestra capacidad de compra. Pero creéme que si aceptaran los billetes del juego de Monopoly, ¡yo sería su clienta más asidua!

Bueno, la cosa es que yo iba a este centro de compras cada vez que tenían de oferta productos de maquillaje. ¡No es que usara tanto, siendo que apenas tenía tiempo de mandar a mis hijos al colegio! Pero no podía resistir una buena oferta, así que me compraba el maquillaje.
Bueno, Alberto, te voy a decir algo: hay pocas cosas más divertidas para una mujer que comprar maquillaje, y en especial en Bal Harbour. ¡Esos vendedores sí que saben cómo tratar a una dama! Ups… me parece que se me escapó el secreto… Bueno, no importa, como te iba diciendo: estos hombres prácticamente se caen al suelo de la emoción cuando te dicen lo que piensan del maquillaje que acabas de probar: “¡Ay, querida, luces espléndida! ¡Mira qué ojos tan espectaculares!”. Muy pocas mujeres se resisten a estas palabras y no se derriten ahí mismo con tantos elogios, aunque sean pura falsedad y aunque el vendedor esté recibiendo comisión por cada venta que hace.

Cuando me doy cuenta, estoy saliendo del shopping con un paquete de nuevo maquillaje más y cien dólares menos. ¡Pero no importa – lo importante es que me sentí bien algunos minutos!

¿Entiendes lo que te estoy diciendo, Alberto?

Tu mujer está comprando para llenar el vacío que siente por dentro. ¿Y qué es ese vacío?

Es la atención que no le estás dando.

Si te concentras en darle el amor y la atención que necesita, ella no va a tener necesidad de llenarse el corazón y el guardarropas con tacos de diez centímetros. Esa es la forma que tiene ella de demostrarte que te está extrañando.

Yo entiendo que estás bajo una tremenda presión, con los gastos aumentando cada año y con el jefe a punto de hacerte una incisión en la yugular. Pero no te olvides de que cuando te casaste hiciste una promesa – que tu mujer iba a ser Número Uno en tu lista de prioridades.
Reserva unos cuantos minutos cada noche, y después de que los chicos se vayan a dormir, siéntate con ella en el sofá. Pregúntale cómo le fue ese día. Dale un abrazo y dile que la amas. Eso es lo que ella necesita. Vas a ver que, antes de que te des cuenta, las compras van a ir bajando y la paz matrimonial va a ir subiendo.

Te recomiendo mucho que leas el libro En el Jardín de la Paz y que escuches el CD del Rabino Arush “El respeto a la esposa”. Ustedes dos soñaron con tener un matrimonio feliz. Esta es la forma de hacer realidad ese sueño.

Todo lo mejor,

Rajeli.
 

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1. Eliza

12/23/2013

Rajelii sos lo Maximo!!! Gracias por tus articulos Rajeli, que nos dejan bien paradas a las mujeres, ya que muchas veces somos mal tituladas por…

2. Eliza

12/23/2013

Gracias por tus articulos Rajeli, que nos dejan bien paradas a las mujeres, ya que muchas veces somos mal tituladas por…

3. JORGE

12/22/2013

compras, compras… Shalom a todos y en especial a Rajeli: Gracias por los consejos y sugerencias. Aunque yo no soy Judio; de un tiempo atras a la fecha, me siento atraido por las ensenanzas del D-os de Yisrael., y de su pueblo. Las palabras de aliento y de esperanza que siempre hay para mejorar como creacion de Hashem.

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