Una segunda oportunidad

Dar una segunda oportunidad es un acto de misericordia, pero con esto no se debe entender que siempre haya que poner la otra mejilla!

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Tali Mandel

Posteado en 14.03.21

Nadie se libra de haber sido defraudado por el comportamiento de un amigo, familiar, de la pareja o de cualquier persona que nos rodea. Es normal, es parte de la vida. Muchas veces esperamos más de los demás de lo que se podría pedir.

 

Dar una segunda oportunidad es un acto de misericordia, pero con esto no se debe entender que hay que poner siempre la otra mejilla. Este concepto cristiano está errado. Una cosa es entender que alguien puede equivocarse y darle la oportunidad de explicarse y enmendar sus errores y otra cosa es aguantar maltratos o insultos de alguien sin venir a cuento.

 

La violencia doméstica es, por desgracia, un buen ejemplo de este caso. Muchas veces recibimos en nuestro equipo preguntas de mujeres u hombres que están siendo sometidos a malos tratos y todavía siguen preguntando si deben seguir poniendo la otra mejilla, olvidar lo que ha sucedido y seguir con su maltratador/a. Para responder estas preguntas primero hay que hacer un análisis profundo de la relación de pareja de quien está planteando su separación. Generalmente, son más los casos de mujeres maltratadas aunque también hay hombres que sufren, y mucho, por el trato vejatorio y los golpes de sus parejas. Se ven a si mismos en una situación incomprendida por los demás y no sienten la comodidad de contarlo a sus familiares o amigos por temor a las burlas. Sin embargo, esto no lo hace menos doloroso o violento.

 

Entonces, como iba diciendo, muchas personas se ponen en contacto con nosotros y nos cuentan que están sufriendo malos tratos por parte de sus parejas y no saben qué hacer. Una de las cosas que deben plantearse es, ¿qué ha hecho esa persona con las segundas oportunidades que les han dado? En la mayoría de los casos, la historia se repite continuamente y siempre hay pretextos: el estrés, la falta de dinero, el alcohol, las drogas o cualquier otra razón que justifique la golpiza. Normalmente, el maltratador se disculpa y promete que no va a volver a hacerlo. Promesa que, por lo general, no sostiene durante mucho tiempo.

 

La Torá nos dice que debemos defendernos de nuestro enemigo, de la persona que nos pretende hacer daño. Lo que sucede es que en estos casos, estas personas están durmiendo con la persona que les daña y esto les hace nublosos los límites de la realidad. Normalmente, todavía quieren o piensan que siguen enamorados de su pareja. No se confundan, si su pareja les maltrata y les pega, les insulta o les hace la vida imposible, su amor por ustedes deja mucho que desear. Hay personas que han tenido una infancia difícil y que no saben cómo querer a otros, pero nadie tiene por qué sufrir las consecuencias. Estas personas deben someterse a tratamiento y reconducir sus hábitos y no dañar a nadie. Si ustedes siguen estando en medio y les consienten sus arrebatos de ira no se están haciendo un favor ni a ustedes mismos ni a sus hijos. Lo peor es que estos niños se crían pensando que eso es normal y si en el futuro su pareja les maltrata van a pensar que es normal aguantar.

 

Hay sociedades enteras que piensan así, que hay que aguantar los maltratos y poner la otra mejilla, ocultarlo para que nadie sepa la vergüenza (porque en el fondo saben que no está bien). La judía no es una de estas sociedades.  No está permitido dañar a nadie ni física ni moralmente y no están justificados los malos tratos.

 

Muchas cosas en esta vida tienen solución, pero hay que buscar ayuda y asesorarse apropiadamente. Tal vez su matrimonio tenga la capacidad de tener una segunda oportunidad, pero en este caso tienen que trabajar duro las dos personas integrantes de la pareja para que tengan un futuro juntos. Cada uno de ellos tiene que poner de su parte para que funcione.

 

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

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1. Jorge Sanchez

4/08/2019

Poner la otra mejilla…

Gracias, Tali Mandel por este mensaje, de reflexión y sobretodo del amor a uno mismo; no como, egolatría, si no, como dice La Torah: ama a tu prójimo como a ti mismo. Y para mi punto de vista poner: la otra mejilla; es precisamente, dar una segunda oportunidad… y no guardar rencores o venganza, pues, la venganza Le Pertenece a Hashem… también está escrito: que los hombres deben de amar a sus esposas como, si fuera su propio cuerpo; pues, quien desea el mal o hacerle daño a su propio cuerpo… Gracias Por esta enseñanza y reflexión… Hashem la siga bendiciendo y llenando de conocimiento…

2. Jorge Sanchez

4/08/2019

Gracias, Tali Mandel por este mensaje, de reflexión y sobretodo del amor a uno mismo; no como, egolatría, si no, como dice La Torah: ama a tu prójimo como a ti mismo. Y para mi punto de vista poner: la otra mejilla; es precisamente, dar una segunda oportunidad… y no guardar rencores o venganza, pues, la venganza Le Pertenece a Hashem… también está escrito: que los hombres deben de amar a sus esposas como, si fuera su propio cuerpo; pues, quien desea el mal o hacerle daño a su propio cuerpo… Gracias Por esta enseñanza y reflexión… Hashem la siga bendiciendo y llenando de conocimiento…

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