Nada que perder excepto kilos!

Shalom a todos!

Les voy a contar mi historia. Estoy seguro de que va a servir de inspiración a más de uno…

Desde que tengo uso de razón, siempre fui obeso. Cuando era niño, mi peso era siempre objeto de comentarios desdeñosos, miradas desagradables y de conductas abusivas por parte de los que me rodeaban. A cierta altura, no recuerdo bien cuándo, empecé a considerarme a mí mismo “obeso”. Era algo mucho más profundo que simplemente  aceptar que tenía varios kilos de más y que no me vendría nada mal sacarme de encima unos treinta kilos. Me veía GORDO. Sea como fuere, ya siendo niño  decidí que iba a ser gordo por el resto de mi vida y a pesar de unos cuantos intentos de hacer régimen fallidos, con el paso de los años siempre sentí que aquella decisión había sido correcta.

Era muy difícil odiar ser gordo, así que decidí aceptar el hecho de que iba a tener que someterme a esta desgracia por el resto de mi vida. Con el paso de los años, me dejé estar y cada vez me ponía más gordo y me soportaba menos. Así continué hasta hace casi un año y medio, cuando casi pesaba 160 kg. Había perdido toda esperanza.

Un día, mi mamá me dio para escuchar un CD de emuná en inglés llamado Healthy Eating. Eso fue hace seis meses  y en realidad nunca pensé en escucharlo, pero por algún motivo, decidí darle “una oportunidad” cuando iba conduciendo en mi auto al trabajo. Seguí haciendo eso mismo todos los días hasta que escuché el CD por lo menos 40 ó 50 veces y debo admitir que me cambió por completo. Esto fue lo que sucedió:

Bien tarde a la noche, yo abría la heladera y mientras decidía qué quería comer, me entraba un pensamiento en la cabeza: “¿Estás comiendo para ti mismo o estás comiendo para Hashem?”. Esa era una pregunta difícil de contestar. Ahora mi conciencia me traía las citas del CD a todo volumen. Yo no podía responder que estaba por comer un pedazo de torta de chocolate en honor a Hashem, así que me daba vuelta y me iba de vuelta a la cama. Al poco tiempo, ya ni siquiera iba a la heladera. Y estando en la cama yo me preguntaba a mí mismo si comía para mí o para Hashem. Desde esa época ya he bajado aprox. 50 kg y tengo que decirles que la principal lección que aprendí es que como para vivir, en vez de vivir para comer. Antes de comer, Le pido a Hashem que me ayude a comer solamente para saciar el alma, para que pueda cumplir preceptos, en vez de comer para saciar el cuerpo. Me hizo falta escuchar el CD 40 ó 50 veces para que me diera cuenta de que no tenía que vivir de la forma que había decidido vivir cuando tenía 8 ó 9 años, que no era gordo porque era mala persona, sino que simplemente tenía una mala inclinación muy fuerte. Hoy Le doy las gracias a Hashem por haberme ayudado a superarla y por enviarme tan buenos mensajeros, como el Rabino Shalom Arush, el Rabino Yonatan Galed, cuyos vídeos veo semanalmente, y el Rabino Lazer Brody.

Estoy empezando a creer en mí mismo y a amarme a mí mismo mucho más que antes. Ahora peso 113 en vez de 160 kg. Y en cuanto baje más, voy a empezar a buscar pareja, con la ayuda de Dios.

No tienes por qué sufrir. Si yo pude bajar de peso, entonces tú ciertamente puedes. Las dietas no sirven, pero la emuná y la plegaria sirven, y mucho! Haz el intento. No tienes nada que perder excepto kilos!