Ritalin: ¿de veras la mejor solución?
Ritalin es la solución mágica a todos los problemas infantiles o es una poderosa droga que afecta al cuerpo y la mente, a falta de un buen sistema educativo?
Tras su invento, la penicilina fue considerada un milagro que salvaba vidas en casos de infección. Hoy en día, los antibióticos en base a penicilina son el remedio con el que se tratan las infecciones sistemáticas. Junto con su creciente popularidad, ha surgido también un abuso cada vez mayor de los antibióticos. Yo creo que esto se debe en parte al fenómeno mental que ha creado la medicina moderna, llamado: “Pacientitis perezotitis aguda”.
En vez de usar internet para investigar las curas naturales de las enfermedades que no constituyen un riesgo para el paciente, las masas prefieren usarlo para contaminarse el cerebro con horripilantes imágenes de decapitaciones de ISIS o para ver quíen habla más chismes en Facebook. La mayoría de nosotros va corriendo a la deidad médica con la esperanza de obtener una cura instant, en vez de hacernos responsables de nuestra propia salud.
En mi opinión, es ese mismo fenómeno el que está teniendo lugar con el Ritalín y demás drogas de la Lista II de estupefacientes, en la misma categoría que la cocaína, la morfina y las anfetaminas. En vez de tratar el tema en forma menos cómoda, pero que podría producir un ser humano sano, equilibrado y bien ajustado, muchos confían en la ruta estrictamente médica cuando se trata de resolver el fenómeno cada vez más grande de TDAH. Esta dependencia no siempre es producto únicamente de la búsqueda de una solución conveniente sino que muchas veces es consecuencia de la presión social, la falta de conocimiento, la presión del pediatra y/o culpa inducida por una misma o por su suegra…
Me gustaría compartir con ustedes mi propia experiencia con la esperanza de que ustedes, como padre, se replanteen el tema. De ningún modo les estoy sugiriendo que hagan lo que hice yo ni tampoco estoy quitando importancia o menospreciando el problema de sus hijos. Finalmente, las soluciones las van a tomar ustedes mismos, usando la sabiduría innata que les dio Dios, Dr. Google y sus muchas plegarias. Pero por lo menos deberían ser conscientes de que existen otras opciones y que no tienen que dejar que nadie los fuerce a hacer algo que vaya en contra de la sabiduría innata que ustedes tienen como padres.
Hace ya cuatro años que el maestro de uno de mis hijos viene tratando de obligarme a darle a mi hijo Ritalín. Yo me he negado terminantemente, sabiendo instintivamente que el niño sufre una falta de adaptación y además no entiende bien el idioma y demás ajustes mentales y emocionales que tienen que ver con haber inmigrado a un nuevo país, y que todo eso afecta su capacidad de sentarse equito y prestar atención en clase.
En la cabeza me surgían preguntas todo el tiempo: “¿Qué va a pasar con él cuando deje el Ritalín? ¿Cómo va a poder mantenerse al mismo ritmo de funcionamiento? ¿Y qué pasa si se le forma una muleta mental, pensando que solamente le va a ir bien en el colegio si toma el Ritalín? ¿Y qué pasa si le agarra depresión por tomar el remedio?”.
No había nadie que pudiera responder a mis preguntas. Finalmente, a fines del año pasado, cedí ante la presión del director de la escuela y lo llevé a hacerle un examen psicodidáctico, para aclarar el problema.
Hicimos el examen y realmente no logro recordar ni una palabra de lo que dijo el psicólogo, fuera de, sí, ¿cómo se dieron cuenta?, “Su hijo necesita Ritalín”. Él me dio un panorama tal que me sentí llena de culpa por haberme negado a darle Ritalín todos esos años. Cuando entendí que mi hijo realmente estaba sufriendo en la escuela, comprendí que no me quedaba otra opción más que darle esta droga.
Los resultados fueron inmediatos, pero no solucionaron todo el problema. Durante varios meses le di el Ritalín y tuve que atender varios efectos secundarios nada simpáticos, como una total falta de apetito y dificultad en quedarse dormido. En mi opinión, una combinación desastrosa.
Una cosa llevó a la otra y por una increíble intervención Divina, de repente tuvimos que cambiarlos de colegio. Enseguida me di cuenta de que este nuevo colegio tenía un currículum muy exigente y me pregunté si mis hijos iban a poder seguir el ritmo.
A los pocos cuantos meses, después de seguir de cerca el progreso de mi hijo, decidí dejar de darle el Ritalín. Le di palabras de aliento y le dije que ya no lo necesitaba, y que podía arreglarse muy bien sin la pastilla. Al principio fue un poco difícil pero cuando vi que el maestro no me había dado un informe muy diferente del anterior, decidí terminar con el Ritalín en forma definitiva. Curiosamente, mi hijo está al mismo nivel que estaba antes.
Esto no hizo más que confirmar varias sospechas que ya tenía:
Primero, que el método de enseñanza es un absoluto fracaso. Los chicos estudian solamente para pasar el próximo examen. ¿Qué fue lo que mi hijo mejorara? Ahora el nivel de estudios era más intenso y el maestro era más interactivo con los alumnos y a mi hijo no le quedó otra opción más que escuchar y prestar atención!
Segundo, etiquetar al niño es algo sumamente peligroso. Esto es algo evidente. Sin embargo, existe un riesgo mucho más peligroso que
enfrentan los niños que son forzados a tomar Ritalín: el riesgo de dudar de sí mismos. Niños de apenas seis años están siendo condicionados a depender de esta droga para poder portarse bien y ser buenos niños. No importa qué edad tenga el alumno que empieza a tomar Ritalín, cuanto más lo tome, más dependencia tendrá de la droga. Corre peligro de atribuir todos sus éxitos a la píldora mágica y más tarde en la vida es muy posible que le cueste mucho adaptarse a vivir sin ella. Eso es, si alguna vez decida dejar de tomarla.
Tercero, el primer instinto que tiene la sociedad es apresurarse a diagnosticar al niño con alguna clase de desorden neurológico, en vez de apuntarse el dedo acusador a sí misma. No es culpa del niño que las clases en la escuela sean en su gran mayoría un total aburrimiento y especialmente si se las compara con los juegos de vídeo a toda velocidad que les dejamos ver durante horas después del colegio. ¿Acaso alguna vez abriremos los ojos y nos miremos a nosotros mismos.
¿Les parece justo forzar al niño a que escuche al maestro hablando en tono monótono durante ocho horas y después dejar que su cerebro se sobreestimule con esta clase de actividades? Estamos dándoles a nuestros hijos un doble mensaje y para colmo les hacemos sentir que ellos son los que tienen la culpa por ser hiperactivos.
Cuarto, deberíamos recordar que el TDAH y todos los desórdenes de hiperactividad relacionados no se diagnostican por medio de experimentos de laboratorio sino que se basan en la observación y en pruebas muy parciales. Para quien sabe leer inglés, acá les paso el link de un estudio que analiza el tema en forma exhaustiva:
http://dxsummit.org/archives/2009.
Por supuesto que hay niños con desórdenes muy reales que necesitan ayuda médica pero ¿qué tan grande es el porcentaje? El nivel marcadamente creciente de uso del Ritalín cada año está indicando una plaga de proporciones epidémicas. Es simplemente imposible que tantos niños estén sufriendo de problemas de hiperactividad. Mi hijo fue uno de esos casos de diagnóstico equivocado. Lo trataban como un niño hiperactivo cuando en realidad estaba aburrido y le faltaba estimulación en la escuela.
Corregir el sistema educativo es una tarea de monumentales proporciones y por desgracia es un sueño bastante lejano todavía, a menos que vivas en Singapur y asistas al increíble programa MindChamps. Fíjense por favor lo que enseña este increíble programa que está revolucionando la forma en que estudian los alumnos, con resultados sorprendentes (en inglés):
http://www.mindchamps.org/about-us/about-mindchamps
Entonces qué podemos hacer?
Algo que ha demostrado reducir en forma drástica y muchas veces incluso eliminar los problemas de hiperactividad es una dieta sana. Esta es una de las áreas que los padres deberían aprovechar al máximo para poder aliviar muchos de los síntomas de TDAH y desórdenes relacionados. Para eso les paso acá un artículo del Rabino Lazer Brody que demuestra el impacto de la dieta, y en especial del azúcar, en el cerebro del niño:
¿Qué tiene el azúcar y los agregados de sabor que transforman a los niños en monos salvajes y descontrolados? Dr. Russell, conocido neurocirujano y científico investigador, responde: todos estos alimentos procesados están extremadamente contaminados con excitotoxinas.
Las excitotoxinas son neurotransmisores que excitan a las neuronas del cerebro. El glutamato, aspartato y la cisteína son tres aminoácidos que son excitotoxinas y se encuentran en forma abundante en los alimentos procesados.
En este link van a encontrar lo que las excitocinas le hacen al cerebro:
http://buenasiembra.com.ar/salud/alimentacion/las-excitotoxinas-sabores-que-matan-1223.html
El problema es que los efectos de estas excitotoxinas recién se ve muchos años después, influyendo en la alarmante tasa de aumento de enfermedades como Parkinson, Alzheimer y esclerosis. Años de sobreestimulación en ciertas áreas del cerebro hacen que mueran las neuronas y eso es lo que produce estas enfermedades paralizantes. Además, las excitotoxinas estimulan también la liberación de los radicales libres en el torrente sanguíneo y esto puede producir cáncer, Dios no lo permita.
La recomendación del Dr. Blaylock es mantenerse alejados de los alimentos refinados y procesados y en especial de los azúcares falsos. Yo sé que es más fácil de decir que de hacer pero créanme que por el bien de nuestros hijos y de su futuro, debemos hacer el máximo esfuerzo posible para asegurarnos de que consuman una dieta adecuada. Recuerden: una dieta sana posibilita un cerebro sano!
Si quieren iniciar un programa de comida sana, pero están demasiado ocupados como para pensar en el tema, consulten con la experta nutricionista en Breslev Israel, Yardena Slater, en www.holyhealthiness.com (escríbanle en inglés!). Ella tiene recetas buenísimas para que disfrute toda la familia!
Pueden enviar sus preguntas, y en especial sobre temas como el noviazgo, el matrimonio, la educación de los hijos y el rol de la mujer. Escriban a racheli@breslev.co.il
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