Pensando en los pensamientos

Los psicólogos estudian la forma en que pensamos y han descubierto que todo lo que pensamos con mayor frecuencia, eso es lo que pensamos que es “verdad”. Vale decir que las ideas y los pensamientos con los que estamos más familiarizados nos parecen los más “verdaderos”, mientras que tendemos a cuestionar los pensamientos menos familiares y menos frecuentes.

Veamos cómo funciona esto en la práctica: digamos que eres alguien que está acostumbrado a pensar un montón de pensamientos negativos y desalentadores. Entonces lees algo o conversas con alguien que te explica lo bueno que sería hablar con Di-s todos los días, o lo bueno que sería adoptar un enfoque más espiritual a tu vida. Esta es para ti una nueva idea, una nueva forma de pensar.

De repente, los pensamientos negativos con los que estás tan familiarizado se te meten en la cabeza y te dicen: “No sé si eres capaz de hacer plegaria personal… No me parece que puedas cumplir con el Shabat…”. Como estás tan acostumbrado a pensar en forma negativa, hay muchas menos probabilidades de que empieces a cuestionar o desafiar esos “malos” pensamientos. Simplemente los aceptas.

Pero no tiene por qué ser así. Una vez que uno se da cuenta de que el hecho de que piense algo no necesariamente significa que eso sea cierto, ahí es cuando se le abre toda una ventana de nuevas oportunidades para empezar a pensar en forma positiva y optimista.

La realidad de nuestra vida es nuestra alma sagrada. Lo que nos pasa por dentro ─ esa es la única realidad con la que tenemos que lidiar. Es posible que estemos a punto de ir en bancarrota, o que no tengamos con qué pagar la renta, pero no tenemos que preocuparnos por eso! Si nos dijeron que pronto vamos a ver un milagro en nuestra situación financiera, entonces no tenemos que seguir preocupándonos acerca del futuro. Nuestra tarea es simplemente creer.

¿Cuántas preocupaciones jamás llegaron a materializarse? ¿Por qué vamos a dejar que todos esos pensamientos negativos envenenen nuestra realidad interior? Todo pensamiento negativo que tenemos no proviene de Dios, entonces ¿por qué insistimos en prestarles atención a esos pensamientos que provienen del Lado Oscuro? Dios nos sigue dando otra oportunidad, de empezar de nuevo, y esta vez, lo vamos a hacer bien.

Todos tenemos una elección muy clara: o bien escuchamos la falsedad ─la negatividad, el pesimismo, la desesperación─ o bien escuchamos la verdad ─que nos llena de esperanza, y de alegría, y que nos hace sentirnos vivos.