El secreto de la eterna juventud

Además de un gran negocio para la industria farmacéutica, las enfermedades son una señal de llamada directa de HaShem.

3 Tiempo de lectura

Tali Mandel

Posteado en 15.03.21

Además de un gran negocio para la industria farmacéutica, las enfermedades son una señal de llamada directa de HaShem. Es como si nos estuviera dejando un mensaje en el buzón de voz. Es algo así como -¡Eh, vigila lo que tocas y cómo lavas tus manos! (lo que nosotros vemos es que la persona desarrolla un eczema).

 

Pero no se preocupen, porque el mensaje viene con la solución: ya tenemos disponible la cura y, además, está al alcance de la mano. ¡Es mágico! Solo que se pueden hacer por lo menos dos preguntas: ¿cuál es esa cura? y ¿por qué molestarse tanto? Es decir, si ya tenemos la solución tan cerca, ¿por qué vienen las enfermedades al mundo? ¿Qué tipo de estratagema retorcida es esta?

 

Pues bien, como ya hemos dicho anteriormente en otros artículos, resulta que venimos a este mundo para superar pruebas. Ya lo sé, pensaron que todo era tomar piña colada a la orilla del mar, sintiendo la brisa marina… pero no. Estamos aquí para ejercitarnos, este mundo es como un gimnasio al que asistimos continuamente para mejorar nuestra alma y hacer reparaciones que nos llevarán eventualmente a acercarnos más a nuestro Creador.

 

Entonces, les iba contando cuál es el secreto de por qué la persona sufre enfermedades: para hacer su rutina de ejercicios diaria. Pongamos por ejemplo que la persona va al gimnasio pero los músculos de sus piernas son muy débiles. Entonces el instructor le asignará una serie de ejercicios para fortalecerlas. Si la persona no hace estos ejercicios porque le resultan pesados, no hay forma de que adquiera un tono físico equilibrado. Con toda seguridad la persona necesita también hacer cambios en su dieta para estar sana y que el ejercicio que está haciendo le resulte productivo.

 

Trasladando este ejemplo al asunto que nos ocupa, digamos que una persona está necesitando hacer más plegaria porque no dedica suficiente tiempo a honrar a nuestro Creador y agradecerLe por todo lo que ha recibido en su vida (la falta de plegaria serían unas piernas débiles). Entonces, la persona sufre una enfermedad, va corriendo al médico y éste le da una serie de instrucciones para sanar de su enfermedad. Con toda probabilidad el médico le recetará unas pastillas y listo. La persona toma las pastillas pero no se cura. ¿Qué está pasando aquí? Lo que sucede es que no está haciendo todo el programa, está saltándose una parte importante, que es el “ejercicio de las piernas”. En este caso, con el paralelismo del gimnasio sería como pretender que por tomar ensalada durante una semana ya las piernas se vuelvan vigorosas (pero falta hacer la tabla de ejercicios).

 

También hace falta ejercitar lo que está débil, o sea, hacer plegaria. Es decir, la plegaria es más importante que las medicinas. Obviamente, el tratamiento completo incluye todo: no podemos olvidarnos de ninguno de los componentes para tener éxito en la erradicación de la enfermedad. ¡Y también es necesario ser constante! Es decir, hay que mantener una vida sana tomando una dieta equilibrada y ejercicio constante. Que equivale a reservar tiempo cada día para la plegaria además de cumplir las mitzvot, hacer buenas acciones para con los demás.

 

Ahí lo tienen: el secreto de la eterna juventud. Compartan estos consejos, animen a los demás a llevar una vida completamente saludable desde todos los puntos de vista. Ayúdense a sí mismos y también a los demás, ¡compartan con ellos las buenas noticias! La esperanza es lo último que se pierde, solo hay que ponerse a trabajar.

 

 

Si tienes alguna pregunta o quieres compartir tu historia o inquietudes, escríbeme a tali.mandel.18@gmail.com

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario