La Salud del Espiritu

Cada persona –incluso la considerada “normal”– sufre de problemas emocionales en un cierto grado, ¿por qué?...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.04.21

Cada persona – incluso la considerada “normal” – sufre de problemas emocionales en un cierto grado…

Salud mental

El alma y la fe poseen el mismo aspecto. Por consiguiente, la salud emocional, que es la salud mental del hombre, está directamente relacionada con su nivel de fe. De esto se desprende que cada perturbación emocional es el resultado de falta de fe; cada confusión mental resulta de una fe confusa; cada deterioro emocional es el resultado del deterioro de la fe; cada debilidad del espíritu es debilidad de la fe. Ésta es una regla básica para toda enfermedad mental.

No nos referimos a deficiencias mentales de nacimiento como el síndrome de Down, el autismo, etc. Esas son el resultado de consideraciones Divinas y reencarnaciones de alma, ninguna de las cuales somos capaces de entender. Pero cuando vemos que una persona nace sana, pero a una edad posterior sucumbe a miedos, angustias, sentimiento de persecución, depresión, y hasta esquizofrenia, o cualquier otra dificultad mental o emocional, entonces tenemos que saber que la raíz del problema es la alteración de fe. Pero he aquí las buenas noticias: si una persona emocionalmente desequilibrada aprende lo que es la emuná y ora al Creador para poder vivir con emuná, entonces no hay duda de que se va a curar de su enfermedad. Cuanto más logre rectificar y fortalecer su fe, más logrará corregir su espíritu, y disfrutar de salud mental y emocional.

Cada persona – incluso la considerada “normal” – sufre de problemas emocionales en un cierto grado. Sumado a la tristeza, miedos, ansiedad y depresión, la gente siente aburrimiento, insatisfacción, cólera, preocupaciones, nerviosismo, fluctuaciones extremas en su estado de ánimo, etc. Sin embargo, la fe cura todos estos problemas.

¿De qué hay que temer?

Mucha gente sufre de angustia. Cada uno le tiene miedo a otra cosa: a los demás, al jefe, al servicio de recaudación de impuestos, a accidentes, a terroristas, a motoristas, etc. Hay quienes se angustian por cada pequeño dolor que sienten y empiezan a imaginar que sufren una grave enfermedad. Todos esos miedos son expresiones de falta de fe, especialmente la falta de fe de que “Todo es para bien”. La persona que posee fe no le tiene miedo a nada, porque sabe que está en manos del Creador, y que todo lo que Él hace es para su bien. Entonces, ¿por qué va a tener miedo?

¿Acaso alguna vez vieron un hombre al que le aguarda un hermoso regalo y que él se preocupe por eso?

Según la fe, cada cosa que ocurre es según el Juicio Divino; no hay reglas naturales, y todo es para bien. Por lo tanto, el hombre que dedica una hora por día a la autoevaluación, al arrepentimiento y a la plegaria personal, no tiene que tener ningún miedo. Si uno hace todo lo posible para mejorar, ¿por qué piensa que el Creador lo va a castigar? Y también si algo le ocurre, es sólo para bien, para estimularlo a entender y ver sus errores, lo cual, de otro modo, no habría ocurrido.

El hombre que cada día cumple una hora entera de “Aislamiento” con el Creador pierde todos los miedos, pues confía que el Creador no lo castigará gratuitamente; también sabe que los miedos mismos son mandados desde lo Alto para estimularlo a arrepentirse. Por lo tanto, si el hombre se arrepiente por sí mismo, no hay ninguna razón para intimidarlo y estimularlo.

Estar contento

También debemos saber que la severidad y la meticulosidad exagerada en la observancia de la Ley Divina y los Preceptos es una enajenación. Por lo tanto, el hombre no debe ser demasiado meticuloso consigo mismo. No debe preocuparse si cumplió perfectamente o no con un precepto, sino que sólo debe hacer su parte con honestidad y con simplicidad de pensamiento e intención, según sus fuerzas. Debemos recordar que la Ley del Creador no fue dada a ángeles, sino a seres humanos con limitaciones humanas. Aquellos que se exigen conducta angelical son candidatos a la frustración, al rigor, y a la tristeza, que resultan de un sentimiento de arrogancia por el cual piensan que deben hacer todo a la perfección. Una persona honesta consigo misma está contenta con lo que puede hacer, sin llegar a rigores extremos.

Fe en los Sabios

Enseñó el gran Justo, el Rabi Najman de Breslev: “El que no obedece a los verdaderos Sabios, los Dueños del verdadero Conocimiento, puede volverse loco. Una persona actúa locamente sólo porque no cumple los consejos de los Sabios. Si los obedeciera, podría actuar normalmente. Su estado mental podría racionalizar su necesidad de hacer tonterías como andar harapiento o revolverse en la basura u otras tonterías y locuras semejantes. Pero cuando un hombre que llegó a ser dueño del verdadero Conocimiento le dice que no haga ciertas cosas – si sólo aceptara su opinión, ciertamente se acabarían todas sus locas acciones. Vemos entonces que la principal causa de la locura es debida a que el hombre no quiere escuchar y obedecer a los Sabios, y esto debe ser bien entendido”.

Aprendemos entonces, que cada uno debe obedecer a los dueños del verdadero Conocimiento, es decir, a los que poseen la inteligencia de la fe a la perfección, estudiar sus palabras y rezar para llegar a cumplirlas. La creencia en sus palabras junto con la fe en el Creador es la clave del estado mental del hombre. Y más que nada, debemos obedecer y creer que el Creador nos supervisa y nos ama; que “Todo es para bien” y que “¡No existe ningún mal en el mundo!”; que el Creador no viene a nosotros con quejas; no espera que lleguemos al auténtico arrepentimiento en un solo día, sino que vayamos paso a paso y que progresemos según nuestro propio ritmo. A decir verdad, todo este libro es una guía a la inteligencia de la fe, y por lo tanto, es un remedio para la salud mental.

El estudio de la Ley Divina

Por medio del estudio intensivo de la Ley Divina, que contiene las Leyes de la vida, códigos morales y la Sabiduría Divina, el hombre logra salvarse de la locura, como explicaremos a continuación. Debemos saber que la Mala Inclinación quiere transformar al hombre en un verdadero loco, y como han dicho los Sabios: “Nadie peca a menos que se apodere de él un espíritu de locura”.

Pero, ¿cómo le llega al hombre y lo vuelve loco de pronto? El camino de la Mala Inclinación es disfrazarse primero de Preceptos y engañar al hombre como si cumpliera uno de ellos. Después lo engaña y lo seduce todavía más, hasta que llega a cometer alevosamente graves pecados. Este es en efecto, el aspecto de su locura – se confunde y pierde la razón hasta llegar a decir que el mal es bien y viceversa. No obstante, todavía hay en él unas chispas de razonamiento y conocimiento que, incluso con su estupidez y falta de razón, todavía entiende y sabe que hay ciertas cosas que no debe hacer, y a pesar de todo las hace.

Para curar al hombre de las locuras de la Mala Inclinación, se necesita derrotar primero su perfidia, para que no haga lo que él mismo entiende y sabe que es malo. También se le debe expulsar el mal espíritu, la tontería, que se disfraza de Preceptos, lo engaña y lo convence a cumplirlos como si lo fueran. Todo esto se logra a la perfección sólo por medio del estudio reforzado de la Ley Divina que incluye esas dos acciones espirituales, y que dirige al hombre a comportarse como realmente debe ser, dándole una clara y recta visión de fe sobre el mundo y la Creación entera.

 

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1. Alfredo

8/02/2017

Salud

Excelente el darnos estas gotas de sabiduría, gracias, me siento nuevo

2. Alfredo

8/02/2017

Excelente el darnos estas gotas de sabiduría, gracias, me siento nuevo

3. MILAGROS ORTEGA

11/27/2014

lo necesitaba

gracias por el articulo,,,, DIOS BENDIGA AL GRUPO BRESLEV CON ABUNDANCIA DE BIEN, CON CARIÑO DESDE VENEZUELA

Gracias por tu respuesta

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