Protege tu Mente

Imagínate una vida en la que uno vive feliz, calmo, relajado, sereno… ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste tranquilo y te sentiste calmo, sin un millón de preocupaciones...

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Dr. Zev Ballen

Posteado en 18.03.21

Imagínense una vida en la que uno vive feliz, calmo, relajado, sereno… ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste tranquilo y te sentiste así, sin un millón de diferentes presiones y preocupaciones

A lo largo de la historia, muchísima gente dedicó la vida a “la búsqueda de la sabiduría”. Pero la persona que realmente quiere ser sabia, entonces tiene que proteger su mente y cuidar sus ojos para no ver cosas que le puedan hacer daño. Los ojos en particular se llaman “las ventanas del alma”. Si uno deja que entre algo feo por los ojos, el alma inmediatamente se queda atrapada y sufre un gran daño. Por eso, si estás en presencia de algo que está prohibido mirar, ¡cierra los ojos! Dios no nos dio los párpados por nada… Y también a veces tenemos que cerrar los oídos, que es incluso más difícil. Yo conozco mucha gente que se pone tapones en los oídos para no escuchar todo tipo de cosas malas o si no uno también puede ponerse un MP3 y escuchar una clase de Torá, por ejemplo.

No olviden que la mente es como el Santo de Santos, que era la sala más sagrada de todo el Templo mientras aún estaba en pie y a la que solamente el Sumo Sacerdote podía entrar una vez al año, en Yom Kipur, el Día del Perdón.  Al igual que el Santo de Santos, nuestra mente también es igual de sagrada y es por eso que tenemos que hacer todo lo posible por santificarla y evitar todas las cosas impuras. La recompensa para quien así lo haga es simplemente indescriptible. Imagínense una vida en la que uno vive feliz, calmo, relajado, sereno… ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste tranquilo y te sentiste así, sin un millón de diferentes presiones y preocupaciones acosándote y amenazándote con privarte de tu calma espiritual?

En mi trabajo de psicoterapeuta, yo solía hacer todo tipo de procedimientos “des-condicionadores” para ayudar  a la gente que sufría de todo tipo de fobias y ataques de pánico y demás problemas relacionados con la ansiedad. Una de las cosas que hacía eran los ejercicios de visualización, en los que alentaba al paciente a que viera su propio sistema nervioso como si fuera un montón de cables mezclados con cubierta de goma. Cada segundo adicional que uno descansara, uno agregaba otra capa más de material protector a esos cables. Cuanto más uno practica la calma y la relajación, más gruesa es la cubierta protectora, hasta que uno finalmente alcanza un estado en el que el estrés de la vida ni siquiera logra penetrar y simplemente rebota.

Ahora veo que con el nuevo método de Coaching de Emuná ocurre algo muy parecido. La gente que aplica este método simplemente descubre que el estrés ya no los puede tocar. Ni siquiera perciben los momentos de estrés que cualquier persona tiene normalmente en la vida diaria. Incluso cuando la Mala Inclinación los enfrenta con grandes sustos y grandes presiones, ellos continúan reaccionando en forma muy calma. ¿Cómo es posible? Porque ellos saben que están junto a Dios y que una vez que se unen a Dios, no importa lo grande, o lo feo o lo amenazador que sea el “monstruo”. Tal como sucedió con David y Goliat, sabemos que estamos junto a Dios, y que necesitamos una sola arma para acabar con los malvados de este mundo.

En la vida hay dolor; hay cosas sobre las cuales no tenemos control y así es como Dios quiere que sea. Pero cuando nos unimos a Dios no necesitamos nada más, porque Dios puede hacer  cualquier cosa y Él verdaderamente quiere ayudarnos. La mente es la manifestación del alma, además de su asiento. Cuanto más purificamos la mente, más purificamos el alma y cuanto más purificamos el alma, más fácil nos resulta entender y reconocer cuál es el propósito ulterior de la vida. Este mundo no es más que un corredor y cuanto más nos desarrollemos espiritualmente, más claramente veremos que esa es la realidad y menos tiempo pasaremos en todo tipo de búsqueda de placeres y demás tonterías que no sirven de nada y no nos conducen a la verdadera felicidad.
 
 

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1. Roberto

10/09/2013

Mesuyan! Extraordinaria Enseñanza!

2. Roberto

10/09/2013

Extraordinaria Enseñanza!

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